¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ADVERTENCIA — en éste capítulo habrá mención de abuso sexual, de violación y de acceso carnal abusivo. Por favor recomiendo completa discreción, y aunque realmente pensé MUCHO en no hacerlo, todos sabemos que el mundo en el universo TWD se corrompió de muchas maneras. Y mientras unos se volvieron asesinos despiadados, como el Gobernador y como Negan, otros se volvieron violadores, como vimos en el principio de la serie en la granja de Hershel, así que no es nada raro encontrarse con éste tipo de personas. Además de que era necesario traerlo a la historia.
—Addison—
¿No les pasa en algunas ocasiones, que si el lugar en donde se encuentran es tan agradable, cómodo, hermoso y fácil de mantener se han visto a sí mismos teniendo una vida allí una y otra vez? Bueno eso es lo que me ha estado pasando éstos últimos días.
Han pasado casi tres días desde que encontramos la cabaña. Y en el proceso, he cometido el error de bajar la guardia, de comenzar a rendirme, y como consecuencia, me he visto a mí misma sentando lugar aquí. ¿El único problema? Daryl no se encuentra dentro de mis sueños teniendo una vida aquí. Y eso no es lo que quiero.
Claro que no.
Es por ello que sé que debo irme.
Ésta mañana me levanto y me miro durante varios minutos contra un espejo que está en la habitación en la que Carol y yo estamos durmiendo. Mi cabello ahora corto creaba pequeñas ondas en las puntas, el efecto que causaba realmente me encanta. Y todo rastro de tintura café —puesta por mí antes de que el Apocalipsis iniciara— se había desaparecido, y ahora mi cabello era completamente rubio nuevamente, y me encanta.
Desenredo mi cabello y me lavo los dientes. Pongo agua en mi cara para despertarme. Me cambio rápidamente. Cuando salgo del baño Carol todavía se encuentra dormida, así que cojo mi espada, me la cuelgo, y bajo las escaleras para encontrarme con que William se encuentra despierto y preparando el desayuno. Sonrío.
—Hola extraño.
Se voltea con la tetera antes de sonreír, la pone en la estufa y después se viene a donde estoy yo—. Hola extraña —me responde igual—, ¿dormiste bien?
Asiento. Me estiro y hago una mueca—. Pero tengo que decirte algo.
Se queda quieto, mirándome a los ojos—. Tengo que irme.
—Addie, no.
—Will, sí —él me mira triste, es más que obvio que no quiere separarse de mí, bueno, noticia tarde, mi amigo, yo tampoco quiero pero debo hacerlo—. Tengo que encontrarlo, ya no puedo más —sorbo mi nariz—, el dolor que siento aquí —toco mi pecho y éste arde—, es como si estuviese consumiéndome en llamas, William. ¿Qué si él me necesita y yo no estoy haciendo nada al respecto?
