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Todos habíamos optado por quedarnos en la carretera lo que quedaba del día. Bien lo dijo Daryl, no era prudente salir a buscar a la pequeña de noche cuando todos estaríamos caminando en círculos, y terminaríamos perdiéndonos y arriesgando nuestros pellejos innecesariamente.
Dormí en la RV junto a Will, Dale y T-Dog; Will y yo si bien descansamos también estuvimos pendientes del estado de salud de T. Los antibióticos que Daryl nos había dado habían ayudado con su brazo a la perfección, ahora la fiebre había desaparecido y él había dormido y pasado la noche sin problema alguno.
En la mañana, todo el grupo se prepara para la búsqueda de Sophia. O por lo menos, eso hacíamos hasta que Dale y Will se ofrecieron a quedarse aquí junto a T-Dog, para permitir que él descansase, y así pudiese tomarse el tiempo de cambiar la manguera de la casa rodante.
—Cuídate ¿vale? —abracé a mi mejor amigo, a lo que él me guiñó el ojo.
—No te preocupes, hermosa. Me encontrarás en una pieza —besa mi cabeza con ternura—. Cuidaré de T, su fiebre pudo haberse ido pero si no lo mantenemos bajo observación podría empeorar de nuevo.
Rick nos llamó, obligándonos a alejarnos. Cogió el arsenal que Carl había encontrado justo cuando me peleé con Lori y con Shane.
—Todos tomen una —dijo él abriendo el arsenal, mostrando la gran cantidad de machetes y de armas corto punzantes que se encontraban ahí.
—No necesitamos armas cómo estás ¿por qué no usamos las pistolas? —gruñí, cansada de la maldita molestadera de Andrea. Ni siquiera sabía usar su puta pistola.
—Ya hablamos del tema —respondió Shane—. Daryl, Rick y yo llevaremos las pistolas, no pueden andar a los tiros cuando se mueve una hoja —bajó la voz a lo ultimo, haciéndome reír, y no contuve mi risa, porque realmente no me importa.
—Tenemos que recorrer el arroyo unos ocho kilómetros y volver por el otro lado. Seguro está cerca de ahí, es un punto de referencia —dijo Daryl, y sonreí, sabiendo que mi hermano tenía razón. Él conocía tan malditamente bien los bosques...
—Addison, —me volteé, mirando a mi hermano. Él sacó de la bolsa una pistola y me la entregó.
Arqueé una ceja, tratando de ignorar el bufido de Andrea al ver que a mí sí me dieron una—. ¿Seguro? Con mi espada tengo suficiente, Rick.
—Eres buenísima con la espada, eso lo sé, pero me sentiría más seguro si tienes una también —me encogí de hombros, aceptándola. Era una pequeña de doble cañón, elegante y bonita.
Shane fue quien me enseñó a disparar. Puede que sea un imbécil, pero apenas llegué al campamento eso fue lo que él me enseñó.
—Tienes que dejar de hacerlo —todos nos callamos y nos enfocamos en lo que Andrea le estaba diciendo a Dale—. ¿Qué crees que haré? ¿Me la meteré en la boca y me dispararé? —Dale trataba de defenderse, más no tenía palabras ante lo que Andrea le estaba diciendo. Maldita perra—. ¿Y qué? Casi no me conoces, si yo decido que no tengo nada por lo que vivir ¡¿quién rayos eres tú para contradecirme?! ¡Yo te salve la vida, Dale! Tú me obligaste, no quería tu sangre en mis manos, sólo por eso dejé ese edificio. ¡¿Qué esperabas?! ¡Tú me quitaste esa opción, era mí decisión Dale!
