NO EXISTE NADIE MAS QUE TU [En Edición ]

Capítulo final

La búsqueda (parte final)

- Jun..., despierta, abre los ojos..., se que puedes hacerlo...

Esa puerta había sido atravesada sin embargo Jun sintió pánico por lo que vio hasta ese momento.

- ¡Nada¡ no veo nada...- decía Jun.

La oscuridad cegaba sus pasos que cada vez eran más dudosos.

¿Debía volver?, se preguntaba. Sin embargo la puerta que había atravesado desapareció, y ese pánico hizo que cayera en ese piso oscuro y frío, sus lágrimas se sentían sobre su rostro.

Las dudas invadieron su mente. ¿Cómo había llegado hasta aquí?
¿Qué sucedió?
Lo último que recordaba era el rostro de susto y preocupación de Jung Min.

- J-jung Min...- decía entre sollozos, recordando esos momentos vividos a su lado, pidiendo por ayuda, aún sabiendo que no llegaría.

Su rostro se había posado entre sus manos, trataba de pensar que simplemente era un sueño, o una pesadilla.

- Junnie..., despierta...

Jun se exalto al instante, trataba de trazar su viste al lugar donde provenía esa voz...

- Jun...despierta...

¿Dónde?¿Dónde estás?, se preguntaba ya seguro de que esa voz no era solo parte de su imaginación.

Entonces a pocos metros de él una luz se generó, aumentando su tamaño a cada segundo, y una nueva puerta se formó, esta vez esta puerta desprendia brillo y luz a su alrededor.

¿Debía ingresar allí?, dudaba.

- Jun..., se que puedes hacerlo...- esa voz nuevamente se escuchaba a través de la puerta.

Sin más decidió abrirlo, sin saber que al cruzar esa nueva puerta su vida realmente cambiaría.

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Pov. Hyung Jun

Era una noche como todas, al terminar mi rutina diaria de lectura salí de la habitación rumbo a la cocina por un vaso de agua, cosa que no se me hace difícil, no suelo dormir sin antes pasar por dicho lugar, escuché unos ruidos cercanos, pero no le di importancia, la sed me mataba y el solo probar ese líquido correr por mis labios me hizo dar un gran suspiro, pues desde ese día mi obsesión por los libros se habían intensificado.

Me sentí aliviado, luego me dispuse a salir y al solo levantar la mirada noté una sombra atravesar la cocina, un pequeño susto llegó a continuación, pero recordé lo que sucedia.

- ¡Jung Min! ¿Acaso quieres quedar viudo?,- pude notar su sonrisa a pesar de la oscuridad, con la pequeña luz que atravesada por la ventana noté sus pasos continuos para llegar a mí.

Un abrazo llegó luego y con ello sus labios se posaron en los míos, la humedad y sus labios tan suaves hizo estremecer mi cuerpo, me deje llevar por la calidez que desprendía, una de sus manos se poso sobre mi abdomen y el otro sujetaba suavemente mis cabellos procurando que no me separara de sus labios, un beso suave y lento estaba presente, los labios de Jung Min eran realmente besables, carnosos y suaves, tan perfectos...