Félix y Fausto recorrían la casa uno junto al otro.
Fausto fascinado por todo lo que veía, aquel mundo de Isla de fantasmas llamaba mucho su atención y despertaba su curiosidad.
Félix fascinado por la perspectiva de no estar siendo rechazado por Fausto y más aún porque de hecho talvez era justo lo contrario.
— ¡Es simplemente genial! — Dijo Fausto sonriendo encantado — Gracias por haberme traído... He escuchado mucho lo difícil que puede ser Isla, no pensé que me dejaría vagar libremente por su casa.
— Es buena... En el fondo — Dijo Félix riendo un poco — Pero ya ves, creo que por el momento está más interesada en tener aquí a Trevor para sus experimentos y si tú merodeando por la casa es parte del trato lo aceptará sin quejarse... Además estás conmigo y ella confía en mi.
— ¿Alguna vez pasaste aquí la noche?
— Nunca.
— Yo lo haría sin dudarlo.
— Esto te atrae mucho... A tu hermano no tanto.
Claro que no, pensó Fausto, por su mente empezaron a desfilar los recuerdos de aquella época en que las pesadillas y el miedo atormentaban a su hermano... No eran buenos recuerdos.
— Cuando Trevor era niño tenía pesadillas todo el tiempo... Compartíamos habitación cuando nuestros hermanos mayores aún vivían en casa, él siempre despertaba aterrado, sudando y a veces incluso gritando.
— ¿Que soñaba? ¿Te lo contó alguna vez?
— Soñaba dos cosas... Que moría ahogado o que se perdía en un laberinto de puertas... Eso le decía a mamá cuando iba a consolarlo a mitad de la noche... Era pequeño, seis o siete años... Luego empezó con lo de la música y las pesadillas se fueron, creo que ya no lo recuerda, a lo menos ya no lo menciona.
— ¿Te asusta que Isla lo haga recordar? — Preguntó Félix siendo conciente que Trevor si recordaba los malos sueños, él mismo se lo había comentado.
Fausto se encogió de hombros.
— Ya está grande... Pero no sé si lo has notado, mi hermano es muy bueno, a veces peca de inocente y la gente piensa que es ingenuo y lo toman por tonto.
— Todos lo hemos notado, Isla no ha sido la más amable con él y sin embargo...
— Él no reacciona como la mayoría lo haría... Así es él.
— Exacto... Aunque hoy se molestó un poco con Isla... Pasan cosas extrañas entre esos dos... Yo digo que se gustan.
Fausto empezó a reír.
— Tú definitivamente eres un romántico... Es una bonita cualidad.
Félix se sonrojó ante la mirada de Fausto.
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Isla de fantasmas
ParanormalA veces las personas llegan a tu vida de manera inesperada cuando algo te está haciendo falta... Algunas traen paz... Otras traen ese caos que te desorganiza y pone tu estabilidad patas arriba... Irónicamente a veces eso es justo lo que necesitas. ...