TÚ [Tonick] H.H. #1

36.

"I fall in love with you."

Con su boca abriéndose hasta el punto de que su barbilla cayó de bruces al suelo y sus mejillas explotando en un profundo carmesí, Nick demoró su mirada enfocada en dirección al escrito que se encontraba perfilado llamativamente en todo el centro de la hoja de papel fotográfico. El verdadero mensaje estaba incompleto y aquel detalle lograba visualizarse con un simple vistazo como si el creador del dulce gesto no hubiera querido que el descarte quedara completamente despojado de la contemplación de su destinatario, una gran equis marcada se destacaba específicamente sobre las palabras "trying to" para que el resultado final sacara a relucir la afirmación segura de lo que él sentía por su osito en ese instante.

El castaño expandió sus ojos como platos que pensó se desprenderían de sus cuencas, permaneciendo hipnotizados en dirección al material blando, las letras volaban de una manera cursiva en un color combinado que el menor conocía seguramente como pertenecientes a la letra habitual del bailarín, y su corazón se desembocó en su interior. Sintió las mariposas nuevamente desbordar cada pedazo de aire en su estómago mediante la frase de la hoja pasaba frente a sus ojos como un anuncio publicitario.

Él no podía seguir de esa forma, no podía solo alejar al chico cuando este ya había dejado una huella perpetua sobre todo su cuerpo, una huella que desarmaba su corazón y ponía sus pelos de punta. Cada vez que se encontraba con Tony, era cada vez más amor el que sentía por él.

Esa fue la primera causa por la cual no logro sentir una partícula de resentimiento o enojo en su contra, ni ahora ni en el instante donde todo se derrumbó, incluso cuando estuvieron separados por un largo tiempo, intento innumerables veces acoger la culpa para que recayera sobre él y se convenciera de un buen motivo por el que debió alejarse de su mejor amigo, pero su orgullo siempre estuvo presente para detenerlo.

Pensó que Tony ya no regresaría, lo imaginaba junto a él todos los días, con una decidida fortaleza e ilusión, pero ahora que el chico estaba frente a sus ojos, todo se esfumaría. Él solo era débil frente a él.

"Te elijo a ti, mi amor."

El silencio dentro del circuito de una esperada respuesta lo hizo darse cuenta de que su alma luchadora había desaparecido, sus rodillas empezaron a flaquear en el compás de la elección, despertándolo de su ensoñación. Elevando su mirada, se encontró con esa sincera sonrisa de labios cerrados que conocía tan bien y ese rostro iluminado de esperanzas y temores. Pero, detallándolo con mejor exactitud, se percató del atisbo de lágrimas que rellenaban el borde de sus ojos y amenazaban con derramarse fuera de ellos, por sus mejillas.

Desde ese momento, supo que el antagonista de la historia de su sufrimiento, no era malo solo irresponsable. Y al final, aquel irresponsable sería quien sanaría sus heridas.

Y, mierda, él se maldecía por conocerlo tan bien.

Su labio inferior se resintió cuando lo mordió con contención, una causa y efecto, surgía una inevitable sensación prolongándose a lo largo de sus nervios cada vez que presenciaba las lágrimas del pelinegro. Nick también quería llorar. Era un efecto atribuido con el paso de su infancia junto a Tony, él siempre pensó que su valiente guerrero sin armaduras sería la vitalidad en sus momentos de vulnerabilidad, no una adición más a sus aflicciones, no una víctima más de sus demonios. Los hombres también lloran y Nick supo que debía tratarse de algo de suma importancia como para que su protector se sintiera de ese modo.

Él era su motivo importante.

Sin lograr suprimir más el impulso, se lanzó sin cautela hacia su dirección y enroscó sus delgados brazos alrededor del cuello del rizado al mismo tiempo que se enterraba en su alzado pecho. Como cuando eran pequeños. El pecho de Tony subía y bajaba con su respiración, estrepitosos, los latidos de su corazón parecían martillazos golpeando dentro de los esqueletos internos de su pecho. Su cuerpo, una mañana calurosa en la cual Nick quería siempre despertar.