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Los ojos de Jo se abrieron de par en par, rebotando fuera de sus cuencas, haciendo que la sangre azul de los mismos se ensanchara como una caricatura mientras se llevaba una mano a la boca, intentando seguramente evitar soltar un jadeo de estupor con la suavidad de la piel de su palma al encontrarse con la escena en la cual su hijo se encontraba besando a quien ha considerado de toda la vida su segundo hijo. El pensamiento llegando a su mentalidad de que aquellos jóvenes lucían como dos hermanos practicando incesto frente a sus ojos, estremeció un poco su mediano cuerpo antes de decidir que alejar la idea de su cabeza era una opción saludable para su cordura.

Era un mal pensar estúpido, a sabiendas que ambos eran hijos de diferentes madres.

La piel envejecida de la sensible mujer palideció a muchas escalas, nunca se detuvo a pensar que su único hijo guardaba aquel sentimiento arcano, considerando las veces que el castaño dejo entendido que era un mujeriego de primera clase durante su pubertad. Nunca se detuvo a pensar que su engreído retoño alguna vez cambiaría. Tal vez la cercanía de aquel par durante su infancia pudo haber permitido que la duda deambulase alrededor de la cabeza de Jo pero, inmediatamente, fue descartada al darse cuenta de que su amistad solo era demasiado empalagosa para ser cierto, con el tiempo, aprendió a verla bastante normal.

Ahora, simplemente se encontraba impactada gracias al recuadro que estaba observando.

Tanto que no pudo seguir reteniendo el jadeo de sorpresa en su garganta y dio un paso atrás, provocando el ruido suficiente para lograr separar a los tortolitos.

"¿Mamá?" Nick fue el primero en abrir la boca, alarmado, sus ojos iguales a los de su progenitora ampliándose de manera exagerada "Mamá, p-pensé que estarías en la mesa con papá."

La mirada de Tony también se volteó en su dirección, tímidamente, mientras secaba las lágrimas restantes de sus ojos, el rubor en sus mejillas tornándose leve.

Jo se llevó una mano al pecho al sentirse descubierta.

"¿N-Nicolás?" Susurró, con voz débil, para luego cruzar su vista hacia el rizado "¿C-cariño? ¿Qué está sucediendo aquí? P-pensé... pensé..."

No podía enojarse ni decepcionarse por las decisiones de su hijo, y aunque quisiera, simplemente no podría. La gravedad del asunto la pasmó en un alto grado, congelándola. Exigía una explicación para equilibrarse o toda la conmoción producida a lo largo de la visita terminaría golpeándola el doble, inclusive multiplicado a ello.

El joven con zafiros en sus ojos se acercó parsimoniosamente, siendo respaldado por el bailarín.

"Mamá..." Su mirada delataba el temor, suspirando derrotadamente "Creo que Tony y yo tenemos que contarte algo."

"D-dios mío" La pobre ama de casa se tuvo que llevar una mano a la frente porque, de repente, sentía como si el mundo le daba vueltas "Necesito sentarme antes que nada."

"Por supuesto, por supuesto" Ambos chicos se apresuraron en llevar a la mujer de rubios cabellos claros nuevamente hasta el comedor, donde inmediatamente fue sentada en el mismo asiento donde se ubicaba anteriormente mientras su hijo le traía un vaso de agua fresca para aliviar su desasosiego.

"¡¿Qué ha pasado?!" El padre de Nick apareció al instante desde la cocina, observando la escena con ojos aterrados y moviéndose agitadamente para ayudar a su esposa, su cuerpo temblaba del nerviosismo al verla sudorosa y pálida "Amor, ¿qué sucedió? ¡La presión! ¡Se le bajo la jodida presión!"

"Lo siento mucho, son muchas emociones que he llevado a cabo" Se lamentó, tomando toda la cantidad de agua que existía en el vaso, logrando tranquilizarse livianamente.

TÚ [Tonick] H.H. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora