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Estirando sus brazos, Ryland acomodó su cabeza sobre las palmas de sus manos, recostándose sobre el espaldar de su silla antes de examinar el resultado de haber trabajado durante toda la mañana en su portátil a través de sus lentes de armazón. Los alargados párrafos de su proyecto de literatura lo saludaron mientras se limitaba a suspirar de manera agotada y les daba el visto bueno.

Él amaba la asignatura con todas sus fuerzas, en especial si quería lograr crear una libreta de canciones personales, el cual aún era una pieza privada para la vista del público. Tal vez usaría el hecho de que nadie se atrevía a interesarse en sus proyectos para terminar de escribirlas, algún día se las enseñaría a Nick pero lo dudaba ya que el chico parecía concentrado en ordenar su miseria de vida que apenas se percataba de lo que sucedía a su alrededor.

Quizás en algún momento encontraría a alguien que realmente apreciaría su arte.

Tomó un poco de aire, estaba cansado, su vista escocía a pesar de la protección que abrazaban y sus músculos estimulaban tensión debido a estar sentado sobre la misma posición durante largas horas. Así como todo sueño anhelado, también había altos y bajos con los cuales lidiar.

Y peor aún si él era un perezoso de primera.

"¿Ryland?"

Bajando sus lentes hasta la mitad de su nariz, el mencionado frotó sus extenuados ojos con sus nudillos y volvió a colocarlos en su lugar. Parpadeó un par de veces antes de encontrarse con la figura de su mejor amigo arrojándose en una silla de roble cercana, a un lado del lugar en donde se encontraba acomodado.

Sus ocupados ojos avellanas lo observaron por un instante antes de regresar a sus deberes, desinterés incrustado en sus orbes, como si la tan sola presencia de Nick fuera una responsabilidad de la que no debía encargarse.

Sin embargo, la sonrisa que el castaño le obsequiaba no se removió.

"¿Vas a decir una palabra o tengo que soportar tu lamentable existencia sentada allí durante todo el día?" Respondió distraídamente, con el objetivo de espantarlo con su arrogancia mientras tecleaba en su portátil "Por si no te has dado cuenta, estoy lo pesadamente ocupado como para arreglar tu desorden de vida."

Encogió un hombro inocentemente "Eso a mí no me importa."

"Sin importar cuánto te ignore, seguirás fastidiándome, ¿verdad?" Suspiró, derrotado, cerrando la pantalla del aparato "Espero que lo que tengas que decirme también me beneficie de cierta manera porque, de otro modo, no me molestare en tomarme la paciencia de encerrarme en el sótano solo para deshacerme de ti."

"¿Tenemos un sótano?"

El casi rubio rodó los ojos ante su ignorancia "¿Qué es lo que quieres?"

Se movió incomodó sobre su puesto "Uhm, ¿cómo decirte esto? No se trata de lo que quiero, se trata de lo que necesito, uh" Dudó por un segundo "Sé que es agobiante pedirte esto, considerando que siempre recurro a tu ayuda para resolver mis problemas personales..."

"Déjame adivinar" Masajeó la zona estresada de su frente con la yema de sus dedos "Quieres perder tu virginidad con Tony pero tienes miedo a que te duela, ¿qué necesitas? ¿Una pomada, condón, lubricante? ¿Pastillas para el dolor?"

"¿Qué?" Chilló asustado "No iba a hablarte de eso, idiota, ni siquiera había pensado en la posibilidad de que eso suceda. Además, mi virginidad ya la perdí desde hace tiempo."

Negó con su cabeza con una sonrisa, sus rizos dorados revoloteando a la par "Aún eres muy pequeño para entenderlo, conejito, te lo explico: tú ya no eres virgen en el aspecto que tu pequeña lombriz ya disfrutó de su placer pero, al mismo tiempo, sigues siendo virgen porque aún nadie te ha follado por detrás."

TÚ [Tonick] H.H. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora