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Abriendo sus ojos paulatinamente, Nick no consiguió evitar el parpadeo que amenazó a sus pestañas. Se sentía sumiso mientras las pequeñas hebras de los pelos de las mismas, por más diminutas que eran, rozaban momentáneamente sus ojos, provocando una sensación de ardor prolongado en las zonas afectadas. Su línea de visión poco a poco empezó a acostumbrarse a su entorno, con un tenue reflejo de los acontecimientos ígneos que transcurrieron durante la noche anterior y los recuerdos que parecían fragmentos de sueño dentro de su memoria.

No le sorprendió encontrarse con Tony a su lado, dormitando aún, aferrándose a su pequeña cintura como si abrazara a un peluche de felpa. Su osito Teddy.

Los suaves ronquidos que cañoneaba de su boca le decían que el chico no tenía planeado despertar pronto, la pausada cadena de su respiración llegó a sus oídos junto con la brisa de su matutino aliento. El castaño se giró para admirarlo en todo su esplendor, observando sonriente sus tranquilizados rasgos descansando con suavidad y sus grandes ojos cerrados, inmerso en un recompensado sueño. Nick deseó con todas sus fuerzas contemplar aquella enternecedora escena durante el resto de la eternidad, el bailarín lucía completamente calmado como si la existencia de todas sus preocupaciones personales se hubiera extinguido repentinamente.

Dejando un cálido beso sobre la punta de su nariz, quito la mano del pelinegro cautelosamente de su cintura y se levantó de la cama. Buscando un par de zapatillas antes de caminar hacia el exterior de la habitación, sus pasos resonaron por unos segundos pero logro arreglárselas para mantener el silencio del ambiente equilibrado. De puntillas, finalmente logro salir de su propio dormitorio y cerró la puerta detrás de sí con bastante delicadeza para no despertarlo.

Bajando las escaleras, se dirigió directamente a la cocina, tropezándose con Ryland en su camino. Se preguntaba en qué momento el chico consiguió llegar al lugar sin causar el mayor sonido con sus pies, sobretodo, por qué decidió despertarse temprano cuando normalmente no se tentaba a hacerlo. Poco conocía la respuesta a su desconocimiento.

Su resplandeciente sonrisa se apagó.

"¿Ryland?"

El nombrado se sobresaltó al escuchar su nombre provenir de los labios de su mejor amigo, quien elevó una ceja interrogativa cuando su arco de visión flechó directamente en el biberón lleno de reciente leche hervida.

Su mirada espantada fue lo que más confundió al castaño en el momento que se giró para enfrentarlo, instantáneamente sus cafeses ojos se abrieron de par en par.

"¿Nick?"

El chico lo miró extrañado "¿Tienes alguna explicación que darme acerca de la relación que tienes con ese biberón entre tus manos?"

"¿Uhm?" Trató inútilmente de desorientar la curiosidad de su mejor amigo, fallando en su camino "Yo... yo, uh, los chicos y yo estábamos planeando gastarle una broma a Chase."

"Chase ni siquiera pasara el resto del día con nosotros, pensé que él ya nos lo había contado" Señaló, cruzándose de brazos a la espera de una explicación razonable "¿Qué está ocurriendo realmente, Ryland?"

"No tengo la menor idea de lo que me estás hablando" Sonrió y se encogió de hombros con ingenuidad "No está pasando nada de lo que debas preocuparte, la vida está siguiendo su curso normalmente como siempre lo ha hecho y seguirá haciéndolo."

Inclinó su mirada para señalar el objeto de cristal que tenía detrás de él.

"¿Para quién es ese biberón?"

Arrojando un rápido vistazo a sus alrededores con la esperanza de que no se hallara nadie a la cercanía para atraparlos, Ryland tomó el brazo de Nick y lo jaló mientras abandonaba el biberón sobre la encimera, el mismo acabado de ser calentado. Llevó al más joven hacia una esquina apartada de la cocina donde estaba seguro nadie los escucharía.

TÚ [Tonick] H.H. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora