TÚ [Tonick] H.H. #1

Extra: Halloween Tonick.

La artificial mirada de una calabaza decorada, causó que Nick colocara una expresión de incomodidad en su rostro.

La extraña cosa-rostro-calabaza que insinuaba ser una sátira hacia Donald Trump, se encontraba ubicado en una esquina, cercana a la cerca que delineaba el contorno del patio trasero de la Hype House, pero parecía dar una impresión repugnante a primera vista por su novata e inexperta manualidad. Daba mucho más miedo su artesanía que el rostro en sí, quien fuera el causante que creó aquel monstruo, debería, sin duda, alejarse de los instrumentos para decorar, más por el bien ajeno que por el suyo propio.

Miró la piscina al frente, su interior estaba vacío, por lo cual, el chico asumió que, después de una larga travesía nocturna, finalmente había logrado encontrar un espacio entre las reposeras para recobrar la paz que había perdido debido al estrés que ha estado manteniendo punzante en su cabeza como si un martillo estuviera incrustándole cientos de clavos a su cerebro mientras sus tareas universitarias se acumulaban día a día.

¡No fue su culpa el permitir que su escritorio se llenase de cuadernos y libros! Cuando tienes un novio calenturiento e incontrolable, no hay descanso que valiera.

Estirando sus piernas relajadamente, se dispuso a buscar sus audífonos en sus bolsillos y colocárselos en sus oídos una vez los encontró. Encendió su teléfono y se dirigió decidido a su reproductor de músicas. Eligió la canción adecuada, permitiendo que la misma invadiera sus tímpanos en lugar del descarado ruido del exterior, mientras revisaba sus redes sociales.

Halloween había llegado inesperadamente a la ciudad, estuvo inmersamente concentrado en salvar su semestre de estudios que olvidó por completo la divertida festividad, por la cual usualmente solía organizar sus ideas con anticipación para exhibir el disfraz perfecto.

Aquel año había optado por un estilo sencillo y característico a sus gustos puesto que todos los años escogía diferentes personajes de sus películas de terror favoritas. A decir verdad, nunca había pensado en disfrazarse de alguna inclinación a la que verdaderamente localizase en lo alto de sus gustos.

Sí, las redondas orejas marrones fueron un poco difíciles de conseguir ya que sorpresivamente se habían agotado de manera inmediata aunque, al final, logró obtenerlas. El traje de un tierno osito que había pedido en línea se adecuaba impecablemente a su cuerpo, aunque solo hiciese alusión al codiciado animal puesto que no había llegado con el combo completo.

Por decisión de Nick, optó por unas botas que tenían forma de las patas de un oso caricaturizado, las orejas circulares, la pequeña cola café, las garras y la ovalada nariz para personificar al depredador de los bosques y las montañas.

Todo había sido improvisado a última hora debido a que había olvidado totalmente la confección de su disfraz.

Por lo menos, su camisa roja manga larga a cuadros y sus jeans azul marino se ajustaban apropiadamente con el disfraz que lucía como un padre de familia intentando impresionar a sus hijos menores. Lo admitía, el disfraz era una abominación pero, por fortuna, Halloween se celebraba todo el mes así que podría conseguir otro traje el día siguiente.

Su objetivo ahora era ser el mejor de todos.

Lo cierto era que existía un concurso de disfraces cada Octubre en la universidad, según lo que había vivido durante sus primeros años estudiando en el establecimiento. No podía perder la oportunidad, era el primer año en el que participaba y el premio consistía en un viaje con cinco boletos a las islas Bahamas con todos los gastos pagados, incluyendo una aerolínea de ida y vuelta, una estadía de dos noches en un hotel de cinco estrellas, comida y cuidados médicos por si algún accidente no deseado llegase a suceder. Todo gracias al buen ingreso económico del internado, el reconocimiento internacional de las fraternidades y la donación caritativa de los padres con una presumible posición financiera.