TÚ [Tonick] H.H. #1

13.

Sintiendo el voluminoso peso debajo de él, Nick pestañeó un par de veces, observando con ojos minimizados los rasgos dormitados del chico que durmió con él mientras se adecuaban a la penumbra de la habitación. Había olvidado correr las cortinas antes de caer en brazos de Morfeo, de hecho, no tuvo planificado pasar la noche junto al bailarín ni tampoco quedarse sumergirse al mundo de los sueños entre sus brazos, o de otro modo, habría permitido que un poco de la claridad natural del exterior se colara para que su no-invitado no se sintiera incómodo bajo la malla de la oscuridad.

La música parecía haber cesado al otro lado de la puerta, supuso que la fiesta había culminado o el sol mañanero había alcanzado a los estudiantes para darles un regaño sobre no haber descansado durante toda la noche.

Él se encontraba hecho un lío.

Aún tenía manchas de imágenes del engaño de su ex novia vislumbradas en cada punto de su cabeza, en vez de haber llorado en una noche de insomnio depresivo, estuvo preparándose para la escandalosa entrevista de cotilleos que se formaría una vez cruce las puertas de la universidad, pero eso era lo menos preocupante ahora.

Su consciencia cortó el resuello cuando abrió los ojos dentro de su cabeza y recordó con certeza a la persona que lo acompañó por toda la noche. Había certidumbre en la caja, él estaba seguro de que les había comunicado a todos, sin falta, que no daba con los ánimos para botar la casa por la ventana, así tenían una razón suficiente para no demandar su presencia.

Pero Tony...

La fiesta fue creada para él y su hermano, seguramente debieron haber estado buscándolo al notar que había desaparecido de la alocada multitud. De haber sucedido, creía con convicción que alguien entró a su dormitorio mientras dormían y los descubrió juntos, abrazados en una posición que entraba en el rango de lo extraño para los demás.

Las alarmantes suposiciones temblaron su mente: ¿Y si alguien vio a Tony entrar a su habitación durante la fiesta?

¿Y si ya todos supieron de sus paraderos y mal interpretaron las cosas?

¿Y si Dixie usó eso a su favor para confabular a sus espaldas aún más?

Gracias a esa última, ahuyentó totalmente cualquier pizca de somnolencia fuera de su sistema e trató de levantarse, olvidando, asustado, que el pelinegro aún permanecía con sus brazos enroscados alrededor de su cintura como dos esposas las cuales perdieron sus llaves. Se preguntó cómo lograron mantener la misma posición por toda la noche sin mover un centímetro, Nick estaba seguro que no se consideraba como un chico quieto.

"Mhmm, solo un beso más" El bailarín balbuceó algo que logro entenderse con esfuerzo mientras estrujaba su agarre al sentir los inquietos movimientos.

Hubiera seguido retorciéndose si no fuese por el toque duro que topó su vientre, el extraño bulto se frotó sobre el abdomen del castaño inconscientemente mientras procuraba acomodarse correctamente para escapar del aferramiento, no quería tener que soportar al propietario de la cosa rara si lo despertaba.

Su rostro se coloreó de un profundo rojizo, tan rápido como el soplo hacia una casa de naipes, y es que el diccionario debería inventar una palabra más fuerte y significativa para describir lo avergonzado que se encontraba. ¡Estaba sintiendo el amiguito de Tony Lopez en su estómago, ¿cuánta más humillación se podría tolerar en el transcurso del año?!

"¿Tony?" Susurró, pinchando su nariz con un dedo para que despertara y se librara del obsceno incidente que estaba matándolo "Despierta ya, tenemos que bajar con los demás."

El aludido puso mala cara pero continuó con su descanso, sin desprenderse del cuerpo más delgado. ¿Cómo llegaron a meterse en esa situación? Los amigos no hacían eso, los amigos no dormían abrazados ni sentían sus partes íntimas mientras lo hacían. Luego de unos minutos admirando la serena expresión de su acompañante, la memoria de Nick dio un salto hacia la noche de ayer. Recordó todas las palabras, las caricias, los gestos, las miradas, los toques, pero sobretodo, se dio cuenta que cayó de bruces al mismo lugar donde prometió jamás volver a poner un pie.