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"Si no estoy mal informado, debería haber un Dunkin' Donuts cerca de la universidad" James, sin aun haber consumido una pizca de cansancio, ya llevaba un buen rato parloteando acerca de las maravillas de los distintos locales de comidas y malteadas que se podían encontrar en California. El chico parecía no darse cuenta de su ensoñación y sus nuevos compañeros no lo detendrían por el momento "Pero lo que no me quedó claro fue la ubicación exacta, ¿está dentro de la universidad o fuera de la misma?"

"No estoy interesado en las ubicaciones de mis lugares favoritos" Finalmente, Larri intercedió. Respondiéndole la pregunta y lanzándole un gesto con su mano de manera despectiva mientras revisaba su teléfono "Con tan solo encontrar algún Starbucks cerca, ya soy la perra más feliz del mundo."

La mano de Nick se aferró fuertemente a la de Tony, dejando huellas en su piel con sus uñas como si su vida dependiera de ello. Sus oídos rechazaban las palabras de sus nuevos compañeros de convivencia, muy concentrados junto a la línea de visión del castaño cada vez que se tropezaban con otro estudiante en su camino a la cafetería del internado.

Las escasez de personas que circulaban por los pasillos del campus no presentían sus presencias en los primeros minutos, regalándole un respiro de alivia al tímido niño de ojos azules pero siéndole arrebatado cada vez que cruzaban un punto de la zona donde la multitud era notoria. La misma les enviaba un pequeño vistazo colmado de confusión y murmuraban especialmente cuando sus ojos bajaban a la manera en que la mano de Nick se sujetaba a la de Tony, preguntándose íntimamente qué rayos tramaban esos dos con sus manos exhibidas de esa manera.

Afortunadamente, el ciclo de adolescente de la época aceptaba las extrovertidas personalidades e identificaciones de cada persona que formaba parte de ello. Entonces, ¿por qué demonios observaban a la nueva pareja del establecimiento, con la boca abierta hasta el piso y ojos ampliados, como si fueran seres de otro universo que llegaban para visitarlos?

La respuesta era tan simple como se planteaba: a absolutamente nadie se le había cruzado por la cabeza anteriormente que el Adonis más coqueto de la universidad y el bailarín más famoso y apuesto de Las Vegas estuvieran juntos en una relación, esparciendo el fruto de su vibra sentimentalista por los aires de la ciudad. Todos palidecieron del estupor con respecto a la nueva noticia, el golpe incluso impactó más fuerte en las chicas, quienes los miraban de pies a cabeza con expresiones estupefactas, pensando si aquellos eran los hombres con los cuales alguna vez se habían acostado.

Una en especial tuvo volteando a Tony.

Madison Lewis se hallaba a pocos metros de distancia, a lado de un futbolista que seguramente había caído en los encantos arácnidos de la chica después de que el bailarín terminara con ella. Al mirarlos, el celeste de sus ojos estuvo a punto de derramarse fuera de sus cuencas, sin poder imaginarse lo evidente del caso.

Tony había sido su juguete sexual en un tiempo de desahogo y desesperación, y aquella posición de su reputación le impactaba en una alta gama de emociones hipócritas. Ella no sentía nada por él pero, de todos los chicos con los que se había acostado, él fue el único que logró llevarla a las estrellas. Lo extrañaba en dicha forma.

En lugar de burlarse de ellos o sentir una puñalada de celos psicóticos, simplemente estiró una falsa sonrisa de la comisura de sus labios y, girándose sobre sus botines amarillos, enroscó sus escuálidos brazos alrededor del cuello del futbolista que tenía como pareja del momento. Su ego se había elevado de algún modo, a pesar de observar a un verdadero hombre entrelazar su mano con otro como si portaran algún tipo de noviazgo, se mantuvo reacia a negar que ese era el efecto secundario que sufrían los chicos como él después de haber roto con ella: caer por lo más bajo.

Pero poco sabía Madison que los prestigiosos estándares de Tony habían quebrado después de que estos escalaran su termómetro de satisfacción a máxima temperatura hasta salir fuera de la línea al probar los labios de su pequeño osito, quedando totalmente complacido.

TÚ [Tonick] H.H. #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora