El cuenco de frutas

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La tierra de krypton era hermosa llena de vida y recursos, los kryptonianos eran gente amable que convivian felices entre sí todos regidos bajo el mandato de un alfa sabio y justo que fue coronado como rey y al cuál amaban y obedecían ya que había sido elegido por la luz de Rao para llevarlos a la grandeza, o eso era lo que contaban los antiguos bardos.

Yo nací en un mundo muy distinto, uno donde la guerra era el pan de cada dia, donde krypton estaba dividido entre dos reinos y todo gracias a mi abuelo Leónidas Luthor, el hombre que se había rebelado y separado la una vez unida tierra de krypton, liberando a todo su pueblo, yo no entendía de qué quería liberarlos si vivian tan bien.

después de años de guerra mi abuelo logró instaurar el reino de Luthoria, otorgándole a sus generales tierras para gobernar como amos y señores siempre y cuando pagarán el tributo en oro correspondiente a la nueva corona, desgraciadamente esto no trajo la paz pues los Kriptonianos no se quedaron cruzados de brazos si no que emprendieron Campañas para derrocar al nuevo rey, Leónidas luchó hasta su último aliento por defender a su gente, obligó a los Kryptonianos a aceptar el nuevo Reino y a compartir las tierras y recursos, firmando un tratado de paz en lo que hoy se conoce como El Río Rojo, la frontera de los dos reinos.

Pero desgraciadamente la paz no duró eternamente, pues Leónidas fue asesinado por un espía de krypton mientras dormía, iniciando la guerra nuevamente, mi padre un alfa llamado Lionel ascendió como nuevo rey a la edad de disiocho años y juró proteger Luthoria de todos los males, pero desgraciadamente no pudo protegerlos de sí mismo.

Lionel se volvió un tirano y un dictador, llevando al ejército de Luthoria a batallas sangrientas y mortales donde cientos de jóvenes soldados murieron y otros más fueron esclavizados durante años, todo terminó en la noche de la victoria, cuando el rey y sus generales habían logrado derrotar al ejército Kriptoniano e ingresar a la capital de Krypton asesinando al rey y a los miembros de la casa de El, la familia real de kripton, trayendo al fin la tan deseada paz.

Luthoria siguió prosperando y creciendo bajo el mandato de Lionel, el rey se casó y tuvo a su primer hijo, Alexander Luthor, alfa y heredero de la corona y años después nací yo Lena Kirean Luthor, princesa de Luthoria y segunda en la línea de sucesión.

No voy a mentir diciendo que mi infancia fue horrible, tenía todo lo material que una niña pudiera desear, lo único que me faltaba era amor, tenía a mi hermano Lex pero él siempre estaba en lecciones y más lecciones, para aprender a gobernar y ser un gran alfa.

 mi día a día era solitario y aburrido, a la temprana edad de diez años ya tenía muchas lecciones con los profesores y con las damas que me enseñaban a ser una buena Omega, yo aún no me había presentado como tal pero todos sabían que lo sería, tal vez porque era lo más conveniente, nadie quería una mujer reinando y al ser Omega perdía mi derecho a reclamar el trono por medio de una lucha cuerpo a cuerpo con mi hermano.

Cómo había mencionado antes, en Luthoria existían los esclavos, hombre mujeres y niños capturados de las aldeas que se revelaban a la corona ellos servían a los más ricos del reino, fue de esa forma que conocí a Kara mi hermosa y fuerte alfa.

Luthoria muchos años atrás.

Corría por los pasillos del palacio tratando de escapar de mis profesores, ya no quería estudiar la aburrida lección de historia, no me interesa saber lo que hizo mi abuelo ni lo maravilloso que era mi padre, ni tampoco quería saber como ser una buena omega. 

Llegué a mi habitación y me escondí debajo de la cama, sabía que nadie se atrevería a entrar en mi habitación, papá lo tenía prohibido solo mi nana y mi sirviente podían hacerlo, pero más valía ser precavida.

El Río RojoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora