C A P I T U L O 4

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—¡Au! —reclamo de que el cepillo me arrancara un cabello y me rasco la cabeza.

—Lo siento, bebé. Es que ya son casi las nueve y en cualquier momento llegará Leonardo —dijo nerviosa.

Mi madre sigue cepillando mi rebelde cabello con mucha fuerza y felicidad. Que maldito coraje, cuando no vas a ningún lado tu cabello está normal, ¡ah! pero cuando estás apurado y tiene que ir a un lugar importante se pone rebelde.

Había olvidado subirle el volumen al celular anoche y por eso no eso no escuché la alarma, provocando que me levantara tarde.

Llevo unos short de mezclilla de talla alta, corta y ajustada, una camisa negra que dice "I Love París" y unas vans negras.

Cuando mi madre termina de cepillar mi rebelde cabello, me coloco mi pequeña mochila de cuero negro sobre la espalda y me unto protector solar en toda mi piel. Pero todas gritamos cuando suena el timbre

—¡Yo abro! —Corre acomodándose el cabello y abre la puerta.

—¡Hola Elizabeth! —Su dulce voz me indica que si es él.

—Hola Leonardo... —Se agarra de la puerta con una cara de tonta enamorada.

—¿Tu hermana está lista?

—Pasa adelante, mi madre y mi tía están sentadas en el desayunador esperándote.

—Muchas gracias —Entra con su canasta de picnic en manos.

Leonardo se queda de pie en la sala con la mirada perdida, de seguro buscándome. Pero cuando se voltea, nuestros ojos se encuentran. El brillo de alegría, emoción o talvez sentimental se reflejan en sus bellos ojos. Sus rosaditos labios forman una sonrisa.

Lleva unos pantaloncillos cortos de color negro, una camisa verde jade y un suéter del mismo color pero un poco más oscura. Él es tan hermoso, ya era hermoso antes y será siempre una hermosura.

NO LO PUEDO CREER

¡Anda un sombrero negro vaquero con una cinta verde en el medio!

¡QUE HERMOSO!

—¡Hola Estefany! —Alza la mano en forma de saludo—, ¿estás lista?

—Por supuesto —bajo de mi asiento y le sonrío con mis manos agarradas detrás de mi espalda.

—Qué bonita te vez hoy ¿te hiciste un corte?

Rio un poco y niego.

—¿Pero que me sucedes? ¿Dónde quedaron mis modales? —Camina estrechando la mano con mi madre y le da un beso en la mejilla— Mucho gusto, señora Hoffman, ¿cómo está? Soy Leonardo Stokwell.

—Muy bien gracias, encantada de conocerte por fin.

—Igualmente —Me mira—. ¿Nos vamos ya?

Asiento. Me despido de mi madre con un beso y diciéndole que no me espere despierta en son de broma. Pero me hecha una mala mirada y niega con desaprobación.

—¡Adiós Eliza!

—¡Adiós Leonardo! ¡Besitos en el culo!

Le doy un leve codazo.

—No le digas eso —digo entre dientes—, es mío —susurro cerrando la puerta.

Volteo sobre mis pies y Leonardo sigue mirándome con una sonrisa.

—¿Qué rayos fue eso?

—Español —me encojo de hombros como.

—¿Me lo traduces?

Estefany Hoffman © [Parte I] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora