C A P I T U L O 14

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AÑO 2016

(Primer día de clases, primer año del colegio)

Un mes después de aquella despedida, me la he pasado concentrándome en mis cosas mucho más importantes como reuniones, contratos, secciones de fotos, compras, salón de belleza, salir con Leonardo, preparando los proyectos de este año como por ejemplo: la cuarta temporada de My Princess. Incluso he estado grabado canciones para el álbum, ya que este año debutaré como cantante. Estoy tan nerviosa, al final no cantaré en español, solo en inglés.

Triste realidad para triunfar al nivel global.

Todos los días canto las canciones del álbum al derecho y al revés, voy al salón de ensayo en donde practico como diez veces las coreografías de cada bendita canción. Al principio, caí muchas veces al suelo, el baile no es lo mío ni mucho menos cantar al mismo tiempo, me agito muchísimo. Ahora sé lo que pasan mis pobres bebés asiáticos cuando cantas con sus coreografías en sus conciertos o donde sea.

Leonardo siempre está presente en cualquier momento. Cuando caigo él siempre corre a mí para ayudarme a ponerme de pie. Me abanica cuando estoy muy exhausta en una silla o cuando me desmayo por hacer mucho esfuerzo. Con apenas doce años, muy pronto trece, me pasan estas cosas.

¿Esto es abuso, no? ¿Explotación?

***

¡HOY ES MI PRIMER DÍA EN EL COLEGIO!

Estoy tan ansiosa y emocionada.

Llego por fin a la colegio, mi sueño desde muy chiquita siempre ha sido ser una adolescente, ser de su altura, saber de qué hablan, salir con un grupo de adolescentes y divertirme. Para mi primer día de clase me he vestido muy bien. Traigo una camisa blanca de mangas negras y está prensada a mi falda de cuadros negros —es mi vestimenta favorita—, por debajo trae un short y mis zapatos son unas converse blancas altas arriba del tobillo. Claro, no olvidemos mi cabello, va suelto con una diadema blanca con un lazo.

¿Me veré muy niña si uso estos adornos sobre mi cabello?

Y por supuesto, nunca puede faltar mi collar con la L que me regaló Leonardo.

Voy caminando por el pasillo con mi chico de la mano. Todos tienen sus ojos puestos en nosotros y Leonardo va saludando a los estudiantes con una sonrisa, amo a este chico.

Mi novio —me gusta decir "mi novio"— en este año cumple sus diecisiete años. Su cuerpo cada vez es más definido, sus brazos, su pecho, abdomen, V... todo. Cada vez que lo veo sin camisa no puedo evitar mirarlo.

—Este debe ser tu casillero —Nos detenemos. Está leyendo una hoja de donde indica donde está ubicado mi casillero—. Está al lado del mío —sonríe.

Todos los casilleros son rojos y me pregunto si puedo darle mucho dinero a la directora a cambio que me deje pintarlo. ¿Se imaginan? Sería la única persona con un casillero VIP. Pero me gustaría que no fuera una casilla cuadrada y pequeña, quiero uno largo de mi misma altura, o talvez más, que sea más grueso y con puertas francesas.

Sí... creo que le diré a Charlie que hable con la directora.

—Estoy muy emocionado, Leonardo —Coloco todas mis cosas en el casillero—. Estoy por fin en el colegio, considérame ya como una adolescente más.

—Pero lo eres... —Cierra mi mochila y se lo cuelga en su hombro.

—No, soy una preadolescente. Aún tengo doce años. Cuando cumpla los trece ya lo seré. Pero mientras llegue mi cumpleaños, considérame ya una de trece —Me cruzo de brazos con una sonrisa.

Estefany Hoffman © [Parte I] ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora