Era sábado por la mañana, la verdad no me quería levantar, pero ya tenía hambre y mis padres estaban de viaje y regresarían esta misma tarde, así que con toda la pereza de este mundo me levante y me dirigí al baño, al mirarme en el espejo me dedique una sonrisa torcida, mi cabello no era el mejor, pero intentaba cuidarlo como podía, aunque todas las mañanas era una pelea para poder arreglarlo y muy a mi pesar terminaba igual o peor que cuando despertaba.
Hice mis necesidades y baje a la cocina para preparar algo para mi hermana y para mí, si, era cierto que a la hora de cocinar soy un completo desastre, pero levantar a Komaru para que me ayudara tardaría alrededor de una hora y tenía mucha hambre como para hacer eso, así que con toda la determinación del mundo agarre una sarten y prendí el fuego de la estufa. Mientras esperaba que se calentara saque unos huevos de la nevera, porque, vamos no era tan difícil hacer unos huevos fritos ¿verdad? Tome el aceite y coloque un poco en la sarten, aunque creo que me pase un poco... bueno, me pase mucho ¡pero un error lo comete cualquiera! ¡¿ok?! Cogí la tapa de una olla, un guante de cocina y tomé él huevo listo para partirlo en la sarten cuando de repente suena el timbre, supongo que es el cartero.
Dejo las cosas en el mesón y me dirijo a la puerta para ver que, en efecto, era la correspondencia, tome los papeles y firme los documentos correspondientes para luego cerrar la puerta, mire que era lo que había llegado. El recibo del agua, luz, gas, entre otras cosas, pero me sorprendió ver una carta con mi nombre en ella, antes de poder abrirla escucho unos pasos provenientes de la escalera.
-Makoto ¿dejaste el gas abierto de nuevo? ¡tú lo que quieres es matarnos¡
Oh! Es verdad deje el aceite calentándose... MIERDA.
-lo siento Komaru!! Estaba haciendo el desayuno (o intentándolo) y deje la estufa prendida... otra vez
- por Dios Makoto ¡un día de estos vas incendiar la casa¡
-eso ya paso...
-EXACTO!
De repente Komaru vio la carta que tenía en mi mano y me la rapo, antes de que pudiera alegar ya la estaba leyendo en voz alta
Señor M. Naegi
Día XX mes X año XXXX
Residencia Naegi
Iwakuni
Prefectura de Yamaguchi, Japón
Es un placer informarle que, gracias al sorteo anual de la prestigiosa Academia KIbougamine usted ha sido seleccionado como el próximo "estudiante suertudo definitivo" estaremos esperando su llegada a nuestra escuela el 1 de abril, se informa que hay residencia escolar así que el hospedaje no será un problema, durante las próximas semanas se hará envió del material escolar y las reglas del instituto, felicidades y suerte en este año escolar señor Naegi.
Al terminar escuchar aquello me quede de piedra, no podía creer que había sido elegido para entrar en aquella academia a la que sola la gente más apta alrededor de todo el globo asiste, sin dudarlo me lance a Komaru y la abrace mientras ambos dábamos pequeños saltos de alegría. Todo fue emoción y felicidad hasta que algo hizo "poof" detrás nuestro, y si, era la sarten, le había echado demasiado aceite y ahora estaba en llamas. Komaru y yo salimos corriendo por el extintor que había en la sala y para empeorar la situación la puerta de entrada se abrió abruptamente dejando ver a mi madre con una cara entre sorpresa y enojo, lógramos apagar la sarten mientras nuestros padres nos veían muy enojados
-B-bienvenidos a casa...
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El aroma del amor
FanfictionMakoto Naegi, un chico común que no precisa de ninguna habilidad en especial, su vida es tan ordinaria como la tuya o la mía, se podría decir que es inclusive aburrida. Pero gracias a kibougamine eso deja de ser así, en aquella academia a la que sol...