Enterrando la cara ardiendo en el hueco del cuello de Leonardo, Luna se reprendió por ser tan ingenua.
¿En qué estaba pensando? Su intención había sido demostrar a Matteo lo capaz y sensata que era. Quería que Matteo se diera cuenta de que era la persona más adecuada para cuidar de Leonardo, y sin embargo había empezado a portarse como una ninfómana descontrolada.
—Soy una inútil, Leonardo —le susurró antes de dejarlo de nuevo en la cuna. El niño rompió a llorar—. Oh, cielito, no llores. Tengo que bajar. Tengo que decirle a tu papá que no busque a nadie más, que yo te cuidaré. Shh, chiquitín, no llores. Shh.
No sirvió de nada, y suspirando Luna se vio obligada a tomar de nuevo al niño en brazos para tratar de calmarlo. Meciéndolo con cariño, se acercó a la ventana.
—Ya he metido la pata con la comida. Por favor, pequeñín, tengo que hablar con él. Quizá sea mi única oportunidad... Es por ti, no puedo soportar la idea de dejarte... —se detuvo un momento y depositó un beso sobre los cabellos del pequeño. Después, en un susurro apenas audible añadió—: Ni a él. Tampoco puedo soportar la idea de dejarlo.
Apoyado en su hombro, Leonardo dejó escapar un sollozo y después un hipido. Luna sintió que el pequeño levantaba la cabeza y se dio cuenta de que no iba a dormirse sin un biberón.
—Oh, cielo —suspiró ella—. Veo que eres tan testarudo como tu padre. Me rindo.
—No deberías —dijo una voz grave a su espalda—. Eres demasiado buena con nosotros. Deberías pararnos los pies a los dos.
Luna cerró los ojos, sintiéndolo a su espalda, lo suficientemente cerca como para que su piel reaccionara con un nervioso cosquilleo y se le encogiera el estómago.
—Ya lo intenté, y me dijiste que me fuera —respondió ella sin mirarlo.
—No como castigo.
Luna se volvió lentamente para verlo. Tenía los ojos llenos de lágrimas.
—Eso es lo que parece —dijo—. Y sé que es una tontería, pero me he enamorado de este niño... También sé que no tenía derecho, porque no es mío. Es de Ámbar, y tuyo, pero es un encanto y no puede evitarlo. Yo no quería. Ojalá no hubiera...
—No digas eso.
—Yo quería convencerte para que me dejaras quedarme, quería demostrarte que soy la mejor persona para cuidar de Leonardo, pero he vuelto a meter la pata con la cena —continuó ella—. No me extraña que hayas buscado a otra persona.
—No lo he hecho por eso —dijo él.
—¿Entonces por qué?
—Estoy intentando romper una costumbre muy arraigada en mí y pensar en lo mejor para la otra persona —confesó él, con voz débil.
Luna tragó saliva. Tenía que respetar su derecho a tomar decisiones por su hijo, pero ella necesitaba saber que Leonardo sería un hijo amado.
—Prométeme una cosa —le pidió con voz temblorosa—. Prométeme que la persona que cuide de Leonardo también le dará amor. Que será alguien que lo quiera.
En algún momento, ninguno de los dos hubiera podido decir ni cómo ni cuándo, empezaron a estar muy cerca, tanto que apenas les separaba el diminuto cuerpo de Leonardo. Luna recordó que Matteo no podía ver cómo brillaban los ojos de Leonardo en la penumbra, ni tampoco el contorno de su boca.
—Se parece tanto a ti, Matteo —dijo ella—. Tiene los ojos avellanas, sí, no cafés, pero se oscurecen como los tuyos cuando está enfadado o molesto... Y la forma de la boca es igual a la tuya, y las cejas, incluso el pelo...
Era un riesgo y ella lo sabía. Matteo Balsano era la persona más orgullosa y distante que había conocido, y las barreras que había erigido a su alrededor eran altas e indestructibles.
Lentamente, Luna le buscó la mano en la oscuridad y la colocó sobre la cabeza de Leonardo.
—Incluso tiene las manos como tú. Con dedos largos y esbeltos, y unas uñas tan bonitas como las tuyas.
Matteo no había movido la mano. Continuaba sobre la mejilla de Leonardo, y Luna observó, hipnotizada, cómo acariciaba levemente con el pulgar el suave cabello de la sien.
—Te prometo una cosa —continuó ella francamente—. Te prometo que me iré sin más si tú me demuestras que la persona que cuidará y querrá a Leonardo serás tú.
Matteo ladeó la cabeza bruscamente, como si le hubiera abofeteado, y habló con los dientes apretados.
—No puedo.
—Sí que puedes —insistió ella con firmeza—. Tienes que trabajar, por supuesto, por lo que necesitarás la ayuda de alguien que se ocupe de la casa y de la comida, pero tú puedes ser la persona que lo ame...
—Eso no va a pasar —la interrumpió él tajante.
Luna respiró profundamente.
—Pues en ese caso, no me iré —afirmó ella y le entregó al niño —. Piénsalo mientras le preparo el biberón.
Matteo no bajó la mirada. No era necesario.
Luna había descrito al pequeño con tanto cariño que podía imaginárselo incluso sin poder verlo. Quizá no fuera una imagen exacta, quizá debiera una buena parte a los innumerables álbumes de fotos repletos de imágenes de su hermano y suyas, niños de pelo castaño y ojos avellanas, pero había hecho que su hijo le pareciera real.
Como para remarcar ese hecho, Leonardo dejó escapar un suave sonido que a Matteo le llegó al alma. Bajó la cabeza y acarició con los labios la parte superior de la cabeza. Respiró su olor, una suave fragancia a bebé, a polvos de talco y a rosas.
Sí, Luna lo había conseguido. Sin que él se diera cuenta, había disuelto todas sus barreras hasta dejar su corazón al descubierto, tan indefenso como el niño que tenía en brazos.
Dios, por primera vez en un año se sentía casi como una persona. Pero eso iba acompañado de dolor, y él podía intuirlo agazapado en la oscuridad que lo rodeaba, al acecho. Sí, podía abrir su corazón a Leonardo, y aceptar la angustia de saber que nunca sería un padre como era debido, pero también podía mantenerlo alejado, y como castigo tener que soportar la tortura de tener a Luna cerca pero totalmente prohibida.
Matteo Balsano conocía muy bien lo que era sufrir, pero perder la vista no era nada en comparación con la terrible idea de perder su corazón.
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➵ Solo quería contarles que quedan menos de 10 capítulos para el final 🥺
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Música Para Dos Corazones ➵ Adaptación Lutteo
FanfictionEl atractivo Matteo Balsano llevaba una vida alocada... hasta que todo cambió y se aisló del mundo. ☾ Fecha de publicación: 27.05.20 ☾ Fecha de finalización: 29.08.20 ☾ Historia adaptada. ☾ Todos los derechos y créditos reservados a su autora origi...