Matteo sonrió y recogió su camisón del suelo, donde había caído junto al piano. Lo desdobló y lo sujetó para ponérselo por la cabeza. Obediente como una niña, Luna levantó los brazos sintiéndose de repente muy, muy cansada.
—¿Qué hora es?
—Más de las tres.
Luna se cubrió un bostezo con la mano y recordó que cuando él la encontró estaba vestido.
—Pero tú todavía no te habías acostado.
—Estaba trabajando. Preparando unas cosas para mañana.
—¿Qué ocurre mañana?
Matteo le tomó la mano y tiró de ella suavemente hacia la puerta.
—El baile anual de Easton que marca el final de la temporada de caza. Es una antigua tradición.
—Qué bonito —suspiró Luna, imaginando hermosas mujeres luciendo preciosos vestidos de noche y hombres de esmoquin... Matteo de esmoquin.
—¿Bonito? —se burló Orlando—. Te aseguro que es como estar en el mismísimo Infierno. La finca todavía obtiene buena parte de sus ingresos de la caza del faisán, organizando cacerías para grandes empresas y grupos financieros de Londres, que vienen aquí para demostrar lo machos que son. Mañana por la noche esto estará lleno de borrachos que sólo pensarán en beber todo el champán que puedan e impresionar a todo el mundo con su cacería en la finca del lord.
—¿Y tú tienes que organizarlo?
Ahora estaban en el pasillo y Luna se estremeció, al sentir el helado mármol del suelo en los pies descalzos. Al instante Matteo la alzó en brazos.
—Lo menos posible. Se lo encargo a una empresa de catering y mi ama de llaves hace el resto —explicó él mientras avanzaba por un pasillo flanqueado de cuadros con sus antepasados.
—Tiene que ser horrible tener la casa llena de desconocidos — comentó ella.
—Es la primera vez que tengo que hacerlo solo.
Los dos últimos años fue Ámbar quien se ocupó de organizado todo, eligiendo sofisticados temas para los invitados, hasta el punto de que la fiesta había aparecido en las paginas de Helio! pero todo aquel despliegue había logrado intimidar a los habitantes de Easton.
—El año pasado se canceló porque fue justo después de la muerte de Leonardo.
Sintiéndose segura en sus brazos, Luna apoyó la cabeza en el hombro masculino.
—Debe ser duro sin él —murmuró.
—Sí —Matteo la miró brevemente y sonrió—. Aunque el año anterior causó muchos más problemas desapareciendo con la esposa de uno de los invitados, al que tuve que regalar una caja de vino carísimo para que no montara una escena. Por lo menos este año no tendré que preocuparme de eso.
Ya habían llegado al final de las escaleras y el pasillo estaba oscuro.
—¿Nunca enciendes la luz?
—No me hace falta. He vivido aquí toda mi vida. Conozco la casa como la palma de mi mano.
Ésa era, a fin de cuentas, la razón por la que se había refugiado allí.
En el dormitorio, Matteo la depositó en la cama y la tapó con la colcha. Después se incorporó y dejo caer los brazos a los lados. Ya los sentía totalmente vacíos. Se volvió para marcharse, a pesar de que todo su cuerpo le estaba pidiendo a gritos que se tumbara junto a ella. Quería despertar a su lado, y que aquella melena castaña, vibrante y llena de vida fuera lo primero que viera al abrir los ojos.
«Una noche. Sólo una noche», susurró un eco en su interior.»
Sí, la deseaba. La deseaba y lo más terrible era que después de tenerla la deseaba incluso más que antes. ¡Qué optimista por su parte creer que una vez sería suficiente!
Pero había tenido la oportunidad de sincerarse con ella sin aprovecharla, y ahora su castigo era saber que todo lo que había ocurrido entre ellos se basaba en una mentira. La había engañado en creer que era algo y alguien que nunca podría ser. El hombre con quien acababa de hacer el amor con total abandono era el anterior Matteo Balsano. El que había muerto hacía un año.
Casi había llegado a la puerta cuando Luna habló.
—Gracias —dijo.
—¿Por qué?
—Por tenerme —dijo ella—. Bueno, no me refiero a eso —se ruborizó—. Me refiero por dejarme quedar aquí. Aunque... —hubo un silencio—. Lo otro también me ha gustado mucho —hablaba despacio, estaba casi dormida—. Ha sido la primera... vez...
Matteo se detuvo en seco.
—¿La primera vez? —cruzó de nuevo la habitación hasta la cama, donde ella estaba totalmente inmóvil—. ¿La primera vez, Luna? ¿Eras virgen?
Ella se movió bajo la concha y suspiró, con satisfacción.
—No. Pero ha sido la primera vez... que lo he deseado.
[...]
Luna descendió por la ancha escalinata pasándose los dedos por la melena alborotada y sonriendo. Por el pasillo había visto el patio cubierto de nieve y se sentía profundamente liberada tras la tormenta que había arreciado en su interior desde hacía tantos años. Por fin se sentía liberada.
Había escapado de Simón, y de paso se había encontrado a sí misma. Quizá no fuera la estúpida incompetente que siempre había sido para su madre y para Simón. Él también le había dicho que era frígida, y desde luego en eso estaba totalmente equivocado.
Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el repentino timbrazo del teléfono. Luna miró a su alrededor y lo localizó en una mesa del vestíbulo. Aunque al principio titubeó antes de responder, se dijo que no era más que un teléfono.
—Easton Hall, ¿En qué puedo ayudarlo?
—¿Oh? —era una grave voz de mujer que no ocultó su sorpresa—. Me temo que no hablo con la señora Amanda, ¿No es así?
—N-no —titubeó Luna—. ¿Quiere dejar algún mensaje?
—Bueno... —dijo la mujer, con una ligera irritación en la voz—. ¿Puedo hablar con Matteo, por favor?
—Hm, lo siento pero creo que no está —dijo Luna—. Bueno, yo acabo de levantarme y no lo he visto...
—¿Levantarse? —repitió la voz al otro lado de la línea con incredulidad—. Ya veo. En ese caso le ruego me disculpe. Supongo que es una de las ayudantes de la señora Amanda...
Dejó la frase en el aire, obligando a Luna a dar una explicación.
• • •
➵ El pasado volverá a Matteo... Quién creen que lo estaba llamando? 🧐
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Música Para Dos Corazones ➵ Adaptación Lutteo
FanficEl atractivo Matteo Balsano llevaba una vida alocada... hasta que todo cambió y se aisló del mundo. ☾ Fecha de publicación: 27.05.20 ☾ Fecha de finalización: 29.08.20 ☾ Historia adaptada. ☾ Todos los derechos y créditos reservados a su autora origi...