Un matrimonio arreglado, esa será la única forma en que Saint podría unirse a Zee. Ambos tienen mucho carácter y siempre chocan, además de que sus vidas son totalmente diferentes, sin embargo tendrán que aprender a entenderse.
¿Será su vida en común...
En la primera semana que pasó de la boda entre Zee y Saint, las cosas siguieron muy tensas, a pesar de los esfuerzos del alfa por contentar a su esposo.
El omega andaba como alma en pena por la casa y en cuanto se cruzaba con el padre del joven alfa, entre ellos saltaban chispas.
...-Tranquilo cariño, no le hagas caso a mi padre.
-¿Qué no le haga caso dices?...solo le falta desnudarme y buscar algún indicios de que si soy omega o no....¡joder lo hago lo mejor que puedo!.
-Lo sé, cariño pero eres un omega muy raro y el se pone así ante lo desconocido...descuida hablaré con él.
-¡Nunca debiste permitir que hiciese esto!, ¡Tú eres tan jodidamente culpable como lo es él!...
Willy no hacía más que presionar a su hijo para que marcase al omega y así formar el lazo pero este a pesar de que se moría por intimar con Saint, quería cumplir con la promesa que le había hecho.
Otro de los muchos y tensos momentos que vivía la pareja, era en el tiempo que pasaban en la Universidad pues el omega era muy independiente y a pesar de haberse casado el siguió con su vida como si nada.
Zee seguía siendo el que lo buscaba todo el tiempo, bien para comer juntos, verse durante los descansos o regresar a casa en compañía.
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Además de eso, este también siguió intentando convencerle de que fuese a sus entrenamiento y partidos, aunque Saint hacía oídos sordos.
...-Ahora eres mi esposo y mi omega, debes venir y animarme.
-Yo no voy a ir a ese lugar solo por que a ti te de la gana...tengo mi vida y según recuerdo dijiste que seríamos como compañeros de habitación...eso quiere decir que no tengo porque hacer lo que me dices si no quiero...mi trato con tu padre es ser tu omega y hacerte feliz y he cedido ya en muchas cosas pero no pretendas que lo haga todo el tiempo...yo tengo otros compromisos y no puedo faltar.
-Deja el trabajo o al menos no vayas siempre y deja de ayudar a todos esos omegas con los estudios...tan solo te pido que ocupes algo de tu tiempo en venir a verme, por favor Saint.
-No iré y deja de insistir... adiós tengo que irme ya.
Zee también quería que dejase de ir a la cafetería todas las tardes pues ya no necesitaba trabajar y conseguir el dinero para sobrevivir pero él quería seguir ayudando a su hermana.
Este no quería que esta corriese penas, después de haberse quedado sin todos sus ahorros debido al pago de la deuda de su último novio y de alquilarse un nuevo lugar para vivir.
Por todo ello, discutieron durante todos esos días y seguían haciéndolo a cada momento que se veían, teniendo muy pocos ratos de tranquilidad.
Su última discusión entre ellos fue esa misma tarde en la que el joven alfa explotó tras haber soportado las múltiples negativas, malas caras y otros desprecios.
...-¿Por qué todavía vienes ahora?
-Déjame, no quiero discutir...Además tenía cosas que hacer.
-¡Joder, Saint!...Yo intento ser todo lo razonable que puedo pero tú no me lo pones fácil-Le dijo molesto-...te llevo esperando durante horas para ir juntos a comprar ropa como habíamos quedado.
-Lo olvidé, no es para tanto.
-¿Qué no es para tanto?, cariño te amo y necesito sentir que te tengo conmigo en espíritu y también en tu presencia física... Necesito que me tengas en cuenta-Dijo este bajando el volumen y acercándose.
-Iremos en otra ocasión.
Zee resopló.
-No es solo eso...yo necesito darte un beso cuando me apetece...hacerte una caricia...quiero que me sonrías y no encontrarme con tu dura expresión todo el tiempo.
Saint se apartó y lo miró con molestia una vez más.
-Pues esto es lo que te toca por haberte empeñado en tener a un omega que no siente nada por ti más que repulsión y desprecio.
—Eres mi esposo y deb...
—¡Tú y tu padre habéis querido este matrimonio forzado!, ¡yo nunca he querido esto!—gritó Saint ya muy enfado.
—¡Tiene que ser así!, ¡eres mi destinado y debes aceptarlo de una vez!—Le gritó Zee también.
—Esto no nos lleva a ninguna parte, por favor déjame libre.
—Eres muy duro conmigo, Saint… no te importo para nada...de verás que no entiendo que demonios te ocurre, ¿Por qué tuve que enamorarme de un omega como tú?, ¿Por qué sigo amándote a pesar de todo lo que me dices y haces?...debo estar volviéndome loco por soportar esto-Se lamentó el joven alfa impotente ante la incansable actitud del omega.
-Pues ya sabes que hacer...convence a tu padre de que me deje libre y olvídate de mi de una maldita vez, así se terminará para todos esta jodida y tortuosa farsa.
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