Un matrimonio arreglado, esa será la única forma en que Saint podría unirse a Zee. Ambos tienen mucho carácter y siempre chocan, además de que sus vidas son totalmente diferentes, sin embargo tendrán que aprender a entenderse.
¿Será su vida en común...
Saint estaba en su habitación ya acostado pero le era imposible dormirse pues no podía olvidar su encuentro con Zee.
Molesto encendió la luz y entonces se sentó en la cama.
-Maldito idiota, ¿Por qué tuvo que besarme?..ese era mi primer beso, no tenía derecho de robárselo.
Estaba muy enfadado y no sabía como hacer para sacarse al alfa de encima pues este era muy insistente y parecía no importarle su rechazo.
-Tengo que librarme de él pero ¿cómo?, ¿cómo?....
En la soledad de su habitación, el joven alfa estaba igual se aturdido pues el beso que le había robado al omega había sido su siguiente paso y aunque no había salido como esperaba, tenía por seguro que no había resultado indiferente para Saint.
-Vas ha ser mío... sea como sea, vas a serlo.
En el día siguiente, tanto Saint como Zee no se vieron las caras en toda la mañana pero si en la tarde pues ambos se cruzaron en la escalera mecánica de la Universidad.
Sus miradas se cruzaron y parecieron librar una furiosa batalla durante los breves segundos que se tuvieron enfrente.
Luego de eso, siguieron su camino sin mirar atrás, cosa que el omega agradeció enormemente pues no tenía ganas de montar una escena delante de los demás alumnos presentes, perder los nervios acabando a los golpes y a continuación ser expulsado.
No le duró mucho el alivio, ya que dos horas más tarde, cuando iba de regreso a su habitación, Zee lo abordó al salir de la biblioteca.
-Ni creas que me he dado por vencido, tan solo llegaba tarde al entrenamiento.
El omega suspiró con molestia.
-Eres un idiota y paso de malgastar mi tiempo contigo... si no te importa, debo irme... necesito estudiar para mi examen del lunes.
Rápidamente el alfa lo empotró contra la pared del edificio y acercó si cara a la de este.
-Ven a mi partido de mañana, Saint.
El omega resopló y acto seguido lo empujó con fuerza pero el alfa ya se lo esperaba, así que nuevamente se acercó y lo agarró de los brazos con toda la fuerza que pudo, impidiéndole moverse.
-Sueltame, déjame ir-exigió este.
Zee negó.
-Ven a mi partido de mañana.
Saint resopló furioso.
-No soy tu jodido novio... búscate a otro que te anime desee las gradas, a mi déjame tranquilo.
El alfa sonrió.
-No, no eres mi jodido novio pero eres mi omega destinado y como tal debes alentarme en mis competiciones y alegrarte en mis victorias...tienes que darme mi premio.
El omega rió con sarcasmo.
-Vaya, ya das por hecho que ganarás.
El alfa asintió.
-Por supuesto y tú deberás estar ahí para darme mi beso como hacen todas las novias y novios de los deportistas del planeta.
Saint volvió a reírse con sorna.
-Joder... realmente estás loco si crees que voy ha hacer eso.
El alfa apretó más su agarre.
-Te obligaré si es necesario.
-¿Y cómo lo harás?, estúpido engreído.
Zee acercó su cara a escasos centímetros de la boca de este.
-Te besaré hasta que aceptes.
-Eso ni lo sueñ...
El omega no pudo terminar la advertencia pues una vez más sus labios fueron atrapados en un indeseado beso.
Tras unos interminables segundos Saint luchó contra ello con todas sus fuerzas, hasta que finalmente el alfa lo soltó.
-¡E-Eres un gilipollas, bastardo, ma-maldito hijo de puta!-le gritó en la cara casi sin aliento.-...¡No me gustas!, ¡Joder!, ¡No sé como hacerte entender que me repugnas!, ¡a ver si te enteras de una jodida vez!, ¡No iré a ninguna de tus mierdas!
Zee bufó furioso por toda la sarta de barbaridades que habían salido de la preciosa boca del omega.
-No me obligues a usar la voz contigo, Saint te lo advierto.
El omega chasqueó la lengua y acto seguido echó a andar.
-¡Detente Saint o la usaré!
Saint levanto su brazo y le hizo un gesto obsceno con el dedo.
Eso fue la gota que colmó el vaso, por lo que el joven alfa cogió aire hasta llenar sus pulmones del todo y a continuación con la ronca voz de su alfa interior gritó.
-¡DETENTE OMEGA!
Saint se detuvo de inmediato y entonces este sonrió satisfecho pero su sonrisa decayó en cuando este se giró y lo miró desafiante.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
