Capítulo treinta y uno

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Tres días habían pasado desde lo sucedido y Saint seguía en estado de coma.

Cada tarde, el alfa fue al hospital y se paso las horas al pie de la cama, hablándole y dándole todo el amor que podía pues creía que en cuanto este despertase, si su trastorno seguía presente, sin remedio tendría que dejarle ir.

Esa tarde no fue diferente pues Zee llegó a la habitación y tras comprobar que todo estaba en orden, se sentó y empezó a relatarle todo lo que había pasado en la Universidad.

...-Te amo y siempre voy a amarte... aunque me desprecies y aunque esté lejos de ti... mi espíritu siempre estará contigo, mi precioso omega.

El sueño acabó vendiéndole y mientras este dormía, ocurrió algo maravilloso, Saint se despertó.

-¿Qué hago aquí?, ¿Que me pasó?-se preguntó el omega mirando a todo lo que le alcanzaba la vista-...¿Qué es ese rico olor?.

Este movió su cabeza y entonces miró a su esposo dormido y lejos de sobresaltarse, sus labios esbozaron una tierna sonrisa.

-Zee...Zee-Lo llamó.

El alfa entonces abrió los ojos y se levantó de la silla.

-Oh joder, has despertado...oh eso es jodidamente bueno-dijo feliz desde la distancia.

Saint asintió sin parar de sonreír.

-¿Estás bien?, ¿Te duele algo?, me diste un susto de muerte, cariñ....oh perdona, Saint- retificó este creyendo que el omega en cualquier momento le gritaría que se fuese.

-Oye, ¿Por qué estás tan lejos?, ven acercate-dijo este haciendo un puchero-... gracias por velar mi sueño.

El alfa lo miró con el ceño fruncido.

-Saint, ¿estás bien o esto es uno de esos juegos mentales para que me confíe?.

Este soltó una sonora risita.

-¿Qué dices?, ¿Anda acercarte?, deja que te huela, te extrañé mucho.

Zee se acercó algo dudoso por si en cualquier momento el omega le gritaba o le soltaba un golpe sin previo aviso.

-Anda ven, no tengas miedo... prometo que no te morderé.

El alfa llegó a su lado y entonces este le rodeó con sus brazos.

-¿Siempre has sido tan guapo?, mmm-preguntó este soltando un sonoro gemido-...¿De verdad siempre has olido tan bien?.

-¿Tú puedes olerme, Saint?

-Aja y me gusta mucho...no te vayas de mi lado, por favor-el omega hizo otro tierno puchero.

El alfa sonrió nervioso.

-No, tra-tranquilo... no me iré a ningún sitio, cariño.

Unas horas después de despertarse, los médicos comprobaron que Saint estaba en perfecto estado y todo hacía indicar que su trastorno había desaparecido, por lo que no tardaron en darle el alta.

Para regresar a casa, la pareja cogió un taxi.

-Estoy cansado-dijo el omega agarrándose al brazo del alfa y posando su cabeza en el hombro de este-...se me cierran los ojos.

Zee aún asombrado por el maravilloso cambio en su esposo, sonrió encantado de ser su almohada.

-Descansa cariño, yo siempre velaré tu sueño.

Saint no dijo nada pero en su lugar soltó un tierno suspiro que hizo temblar el corazón del joven alfa, el cual ladeó su cabeza y la posó en la de éste.

-Te amo.

Cuando llegaron a casa, el alfa acarició la cara del omega y este abrió los ojos.

-Ya hemos llegado.

Tras bajarse y entrar, Saint sonrió feliz.

-Me encanta este lugar.

-¿En serio?-preguntó Zee con extrañeza-...creí que para ti era como una cárcel.

El omega asintió y acto seguido se abrazó a este.

-Si bueno... eso sentía el antiguo Saint pero en realidad si que me gusta esta casa, sobre todo porque es donde tú vives.

-Wow...realmente si que eres otro.

Ambos se miraron y rieron, entonces Zee cogió la bolsa con las cosas del omega que el taxista sacó del maletero y a continuación entraron.

Saint miró hacia todos lados con notorio nerviosismo.

-Tranquilo, cariño... mi padre sigue de viaje, estaremos nosotros solos.

Al escuchar eso, este suspiró aliviado.

-Podemos subir a la habitación, me siento un poco mareado, aquí hay demasiados olores distintos.

El alfa asintió.

-Tranquilo, son de los empleados... te acabarás acostumbrando.

Tras subir a la habitación, el omega se tumbó en la cama y acto seguido soltó un sonoro gemido cuando olió la almohada de Zee.

-Mmmm... mi alfa.

Este dejó la bolsa al instante y se acercó a este.

-Anda cariño... métete bajó la ropa y descansa un rato, hasta la hora de la cena.

El omega asintió y obedeció.

-Ven aquí, quédate conmigo un momento mientras no me duerma.

Zee sonrió y acto seguido se sentó a su lado.

-Siempre quise tenerte así, Saint...me parece estar en un sueño.

El omega sonrió ante eso.

-No estás soñando, mi alfa...esto es muy real.

—Wow dime eso otra vez—le susurró Zee emocionado.

—¿El qué?, ¿Qué no estás soñando y que es real?—preguntó el omega mirándolo con gusto.

Este negó sonriendo

—No...dime mi alfa.

Saint asintió en un tierno suspiro.

—Mi alfa, mi alfa, mi alfa...


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Estamos ya en los últimos capítulos
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1 Matrimonio Forzado-Zaintsee (Zee Saint), Mii2(Jimmy Tommy) Omegaverse TerminadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora