Capítulo 2

830 111 60
                                    

Media hora después me decidí por entrar de nuevo a la cafetería. Me sentía más relajado, fresco e incluso un poquito culpable por haberle gritado a mi mejor amigo. En pocas palabras, con solo haber tomado un poco de aire, me sentía una nueva persona.

Joyin me seguía, como siempre, tomado de alguna prenda de mi ropa, ya fueran los pantalones o la camisa. Sin embargo, al poner un pie dentro del local tuve que detenerme de golpe, provocando que Joyin chocara contra mis piernas. Me quedé con la boca abierta porque estaba sorprendido de lo que mis ojos veían.

Hyukjae tenía puesto mi mandil rosa, el lapicero atorado encima de su oreja y sostenía la libreta de ordenes con la boca. En su mano derecha cargaba con una bandeja y encima de esta un pastel; y en la izquierda dos vasos con malteada, una de fresa y otra de banana.

Me reí sin poder evitarlo.

Hyukjae estaba... ¡Hyukjae estaba trabajando! ¡Trabajando en serio!

¡Al diablo con los arrepentimientos! Creo que debería gritarle más seguido.

-Mi papá parece atareado -Dijo Joyin viendo, inevitablemente, el mismo espectáculo que yo.

-Lo está -Asentí.

Hyukjae dejó el batido de banana en la mesa 10, el pastel en la 3 y el otro batido en la 5.

Con las manos ya desocupadas se quitó la libreta de la boca, tomó el lapicero y tachó un par de cosas en el papel.

Me acerqué a él sin quitar la sonrisa de mi rostro.

Suspiró con cansancio al verme.

-Me alegro mucho de que tu descanso haya terminado ¿Cómo haces para atender este sitio sin desfallecer? -Me preguntó. Se guardó las cosas en el bolsillo del mandil y cruzó sus brazos sobre su pecho.

-Es un don, supongo -Respondí. En ese momento mis impulsos fueron más fuertes que yo, así que no me reprimí en tomar su rostro con mis dos manos y plantarle un beso en la mejilla. De todos modos no me daba vergüenza, pues no era la primera vez que lo hacía.

-¿Y eso por qué ha sido? -Preguntó mostrándome su encantadora sonrisa. Ni siquiera estaba sorprendido, pero sí se le notaba feliz, quizá de que yo ya no estuviera enojado con él.

-Porque estás haciendo algo de provecho por primera vez desde que te conozco...

-No exageres -Me pidió entrecerrando sus ojos en mi dirección.

-¿Ven? Yo sé que están casados -Murmuró Joyin en forma burlesca y, antes de que nadie pueda decirle nada, se esfumó corriendo hasta meterse a la cocina, seguramente para poder seguir contando cucharas.

-¿Por qué piensa qué...

-Larga historia -Interrumpí a Hyukjae porque en realidad no sabía si recordaba cómo me trató por la madrugada, cuando llegó ebrio y antes de ver a Joyin. Seguro que no.

Así es como mi "yo normal" regresó a mi cuerpo y, bajo la misma premisa de no controlar mis impulsos, volví a acercar mi mano a Hyukjae, pero esta vez para pellizcarle el brazo.

Se quejó y frotó el lugar donde lo lastimé.

-¿Y eso por qué?

-Por ser un idiota -Me carcajeé. Reanudé mi camino, pasando de largo a su lado y aproveché para darle una palmada en el trasero -Toma las órdenes y yo las prepararé en la cocina ¿vale?

-Como ordenes, patrón -Me respondió con sarcasmo que yo elegí ignorar. Casi pude verlo entornar los ojos.

♦♦♦

¡Hola, papá! [Eunhae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora