10 años después
—Ya te he dicho que no tienes que ayudarme. Sé que vienes cansado del trabajo —lo regañó Hyukjae a pesar de tener la cafetería atestada de clientes. Donghae entornó los ojos y se puso un delantal sin prestar atención a las palabras de su novio.
—Dices esas cosas porque soy mejor mesero. Me tienes envidia —bromeó enganchando sus brazos al cuello ajeno. Hyukjae sonrió y le dio un casto beso.
—Cierto, pero creo que se te da incluso mejor ser profesor.
—¿Tú crees?
—Totalmente.
Compartieron otro beso, este un poco más largo. Nunca pudieron deshacerse de esa manía. Desatender el negocio para besuquearse encerrados en la cocina era divertido.
Con mucho trabajo duro, Hyukjae había recaudado una buena cantidad de dinero y abierto un negocio propio. Donghae le cuestionó, entre risas, el por qué una cafetería. La respuesta de Hyukjae fue sencilla:
"No sé hacer muchas cosas además de preparar batidos y pintar casas. Entre los clientes gruñones o las alturas, prefiero a los primeros".
Donghae, por su parte, tuvo un momento de claridad luego de lo de Joyin y decidió que quería estudiar magisterio en la universidad, a lo cual le agregó su enorme talento como artista. Ahora daba clases de arte a niños pequeños en un colegio y nada lo hacía más feliz que eso.
A pesar de todo lo que vivieron, la buena racha sí llegó a sus vidas.
Un par de años atrás, mientras celebraban el primer aniversario de sobriedad de Hyukjae, se besaron, unas horas después tuvieron sexo, y a la mañana siguiente ya eran novios de nuevo. Desde entonces hasta ahora estuvieron haciendo las cosas bien.
Donghae se escurrió de entre sus brazos y corrió a la salida. Hyukjae rio y siguió rebanando frutas. Su sentido de la responsabilidad no se deterioró ni un poco.
El castaño tomó un par de órdenes y regresó a la cocina. Mientras preparaba un sándwich de atún llamó a Hyukjae.
—Amor.
—¿Umm?
—Visitarás este sábado a Yesung ¿cierto?
—Sí, como cada sábado ¿por?
—¿Puedo acompañarte?
Hyukjae dejó de lado el cuchillo y lo miró sorprendido.
—¿Y ese milagro? —rio —Dices que ir a ese lugar te causa pesadillas.
—Sí, pero es que... pronto será su cumpleaños ¿no? Quiero felicitarlo. El otro día estaba recordando lo mucho que nos ayudó cuando las cosas se pusieron difíciles hace diez años. También recordé lo mucho que te quiere, todo lo que estuvo dispuesto a hacer por ti y... no sé, creo que se merece aunque sea un "feliz cumpleaños" de mi parte.
—Vale, amor. Puedes acompañarme.
Hyukjae estaba feliz de escuchar las palabras de Donghae. Luego de lo que pasó con Hyobun tantos años atrás la policía puso la mira en Yesung y su buena suerte no duró por siempre. Llevaba nueve años encerrado en prisión y estaba próximo a obtener su libertad. En un inicio le sentenciaron a quince años, aunque por buena conducta y colaborar con la policía la pena se redujo.
—Genial... Oh, espera. —Donghae corrió al ver que su novio se dirigía a la puerta y acomodó el sándwich de atún en una de las bandejas —Para la mesa siete ¿sí?
Hyukjae entrecerró sus ojos y asintió fingiendo indignación por el trabajo extra.
Repartió todas las ordenes en sus correspondientes mesas. Al terminar su labor pensó en regresar a la cocina y besar un poco más a Donghae. Después de tantos años la pasión no menguó ni un poco, al contrario. Era la mejor parte de todo: las cosas seguían casi igual que antes... Casi.
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¡Hola, papá! [Eunhae]
FanfictionDonghae y Hyukjae, a pesar de ser mejores amigos, son bastante distintos el uno del otro. Uno es atento, cálido, responsable, comprensivo y educado. El otro, sin embargo, es... caso perdido. Sorprendentemente, con todo lo anterior en contra, supiero...