Capítulo 21

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Dos semanas después...

La mañana del miércoles, Donghae se había levantado temprano. A las siete ya estaba despierto arreglando su maleta. Hyukjae se las vio duras haciendo todo el trabajo que normalmente compartía con él: preparó el desayuno, despertó a Joyin, lo ayudó a vestirse, cepilló su cabello, empacó el almuerzo para la escuela y también lo llevó, todo él solo.

Al regresar, se tiró sobre la cama mientras Donghae anotaba cosas en un cuaderno, aún en pijama.

—Estoy agotado, ni siquiera he podido desayunar —dijo sin moverse ni un centímetro, con los brazos y las piernas extendidas sobre el colchón. Donghae, en la otra punta de la cama, levantó la vista un segundo solo para observarlo con una ceja alzada.

—No aguantas nada —se burló poniendo una media sonrisa en el rostro.

—¿Ah sí? —Hyukjae usó toda su fuerza de voluntad en levantarse. Se colocó detrás de Hae y lo tacleó, quedando sobre él. El cuaderno salió volando entre los quejidos del rubio, pero Hyukjae lo tomó antes de que cayera —¿Qué es esto?

—Una lista de pendientes. No quiero olvidar nada.

Hyukjae observó con tristeza las anotaciones donde su novio se aseguraba de llevar la suficiente ropa y los artículos de limpieza necesarios.

—Mierda. Voy a extrañarte —confesó sinceramente y no pudo evitar odiar un poco más a Kyuhyun por haberlo convencido de tomar el trabajo. Aun cuando se encargó de recitarle a Hae todos los peligros de viajar solo, este le pidió que no lo tratara como a un niño y más se encaprichó en ir.

—Solo son tres días, Hyuk. —Donghae trataba de hacerse el rudo, pero lo cierto era que también lo extrañaría como loco. Pasó los brazos detrás de su cuello y le sonrió con el propósito de tranquilizarlo, pero Hyukjae no cooperaba.

—Nunca hemos pasado tanto tiempo separados. No sé si seré capaz.

—Estás exagerando —rio Donghae—. Tendrás mucho trabajo. Ya verás que ni siquiera pensarás en mí.

—Hablas como si no me conocieras. Yo siempre tengo un momento para pensar en ti.

Y aquello hubiera sido muy romántico si Hyukjae no hubiera arrastrado su mano por el costado de Donghae y acariciado una de sus nalgas. El rubio lo miró entre divertido y poco sorprendido. Aunque le jaló un mechón de cabello, Hyukjae no se apartó.

—Detente. Te he preparado el desayuno mientras no estabas. Va a enfriarse.

—Se puede volver a calentar —refutó. Llevó sus labios hacia el cuello de su novio y empezó a besar, chupar y morder, arrancándole un gemido.

—¿No se supone que estabas cansado?

—Lo estaba, pero hay prioridades, y descansar no es una de ellas.

Donghae entornó los ojos, fingiendo molestia. Aun así, permitió que Hyukjae lo besara como si vivir dependiera de ello. Gimió al sentir la lengua del otro abriéndose paso en su boca, y al buscar un poco de oxígeno, mordió su labio inferior sin dejar de mirarlo directamente.

No pasó mucho tiempo antes de que volvieran a unirse en un nuevo beso, esta vez acompañado de embestidas que Hyukjae simulaba en contra de Donghae.

Habían transcurrido varios días desde la última vez que lo hicieron, así que Donghae se preguntó por qué no, si de todos modos iban a estar separados durante un tiempo. Decidido, enrolló sus piernas a la cadera de su amante para recibir mejor los movimientos, tanto que los dos terminaron soltando ruidos obscenos.

¡Hola, papá! [Eunhae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora