─Yesung, Amber, Henry y Ryeowook ─exclamó de lo más feliz, luciendo su enorme sonrisa de encías.
Abrí mis ojos hasta el tope y mi mandíbula cayó.
─¡¿Qué?!
Lo único que me faltaba.
Hace seis años creí que me había desecho de ellos definitivamente, pero aparentemente las cosas nunca eran como yo deseaba. Tenían que aparecer justo cuando menos debían.
Esos cuatro tenían entre 27 y 30 años. Hyukjae los conocía desde los 16 años, hasta que a los 19 (por tema de nuestra mudanza) los dejó de frecuentar.
Los conoció en una de sus noches de borrachera, en un bar que hoy día ya no existe. Eran una pandilla de vándalos a los que debíamos tenerles cuidado.
Yo, desde luego, le pedía que no les hiciera mucha confianza, que no se volviera tan cercano a ellos, pero como siempre, Hyukjae me ignoró. Incluso un día me los presentó, para comprobarme que eran "buenos chicos" según sus propias palabras.
En cuanto los vi supe que tenía que sacar a Hyukjae de ahí y correr, correr muy lejos. A leguas se notaba que esos chicos no causarían más que problemas; aunque, tal vez, estaba ignorando que Hyukjae, de hecho, encajaba muy bien ahí con ellos.
Flash back:
Hyuk acababa de cumplir los dieciséis unos meses atrás y yo todavía tenía 15. Era el verano del 2010, de hecho nuestro aniversario de amistad.
Con todo el calor que hacía yo hubiese preferido quedarme en casa, semidesnudo, comiendo helado y con un ventilador apuntándome en la cara, pero Hyukjae me insistió tanto en acompañarlo que no pude desistir.
El ambiente ardía cual horno y, aun así, Hyukjae me abrazaba por los hombros mientras avanzábamos por las calles. Si hubiese sido otra persona ya lo habría mandado de una patada al otro lado del mundo, pero como era mi mejor amigo me sentía dichoso de tenerlo tan cerca. Además... últimamente estaba sintiendo cosas raras que no deberían estar ahí cuando lo miraba; y aunque me daban miedo, tampoco sabía cómo controlarlas.
─¿Y si mejor regresamos? ─le pregunté aferrándome a su brazo al ver que entrabamos a un barrio poco confiable ─¿Sí, Hyuk? Venga. Podemos jugar fútbol en el patio.
─Nah, siempre me ganas -Sacudió la cabeza ─¿No te apetece más tomar algo en el bar con mis amigos? Ellos tienen muchas ganas de conocerte. Son buenos chicos, Hae.
─¿Cómo siquiera nos dejarán entrar a un bar?
─En este bar no piden identificación ─giró los ojos, comenzando a hartarse de mi cobardía ─. Además todos ellos son mayores de edad.
─Eso es lo que me preocupa. No deberías juntarte con gente tan mayor. No me dan buena espina, Hyukkie ─lloriqueé, por poco haciendo un berrinche, pero él se dedicó a ignorarme.
Miré a mi alrededor, demasiado asustado. La mayoría de los muros estaban pintarrajeados, había gente en la calle que lucía peligrosa y el ambiente olía extraño.
Finalmente llegamos a un local poco agradable que ponía en un letrero "bar" a secas.
Tragué saliva fuertemente al ver a cuatro muchachos apoyados en la entrada. Todos fumaban y reían entre ellos. Se trataba de tres chicos y una mujer. Ella estaba llena de tatuajes y ellos no parecían amables.
Volteé al cielo un segundo, preguntándome internamente qué diría mi mamá de verme aquí.
Le pedí perdón en mi mente y me agarré los cojones para proseguir con esta locura. Mientras más pronto terminara, más pronto Hyuk y yo podríamos volver a nuestro bonito y seguro barrio.
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¡Hola, papá! [Eunhae]
FanfictionDonghae y Hyukjae, a pesar de ser mejores amigos, son bastante distintos el uno del otro. Uno es atento, cálido, responsable, comprensivo y educado. El otro, sin embargo, es... caso perdido. Sorprendentemente, con todo lo anterior en contra, supiero...