Capítulo 25

604 90 26
                                    

—No entiendo nada —fueron las palabras que salieron de su boca. Hyukjae apresaba los mechones de su cabello oscuro en tanto intentaba procesar lo que escuchó. Por supuesto no llegaba a lograrlo.

Su madre le dio una caricia en la espalda, intentando reconfortarlo. Al hacerlo sintió los huesos de Hyukjae marcarse debajo de la camiseta. De verdad que se veía muy desmejorado.

—¿Has estado comiendo bien, hijo? —su instinto maternal habló por ella.

—Eso no importa, mamá. —Contuvo las ganas de gritar, una, porque no quería hacer más alboroto en el hospital y provocar que lo echaran, y dos, porque se trataba de su madre, al fin y al cabo—. Explícame qué está pasando. Te juro que no tengo siquiera una pista en la cabeza.

—Yuknee había ido a visitarnos y se encontraba en casa cuando llamaste. Insistió tanto en venir que al final tuvo que decirnos el porqué de esa insistencia...

—¿Y bien? Vale que quizá sea del mismo grupo sanguíneo que Joyin, pero ¿por qué mentir acerca de que es su padre? Eso es una locura.

—No lo es, hijo. Yuknee... realmente conocía a la madre de Joyin.

Hyukjae se colocó una mano sobre la frente, drenando fuera de su cuerpo el mareo que sentía. Eran tantas cosas que estaba próximo a explotar.

Aquello era imposible.

—Es una tontería, Limh me dijo...

—¿Limh?

—La hermana de Lisa. Ella asegura que soy el padre, porque... porque Lisa era virgen cuando me conoció.

Un enorme sentimiento de vergüenza se cernió sobre él a medida que los ojos acusadores de su madre lo escudriñaban. Tenía claro lo mal que obró y que su estúpida promiscuidad lastimó a muchas personas.

—Hijo... que hayas sido su primera vez no quiere decir que después de eso ella no...

Mas la mujer se vio obligada a guardar silencio luego de notar que Yuknee regresaba a la sala de espera.

Aunque lo tomó del antebrazo, Hyukjae saltó fuera de su asiento y se alejó del lugar donde sus padres y él conversaban.

Donghae lo observó pasar en frente suyo y le horrorizó dilucidar el rumbo de sus pasos.

—Hyukjae... —quiso detenerlo, pero el pelinegro no le dirigió siquiera una mirada. Parecía no poder concentrarse en algo que no fuera su primo.

Yuknee, por su parte, lo observó tranquilamente caminar a él. Levantó la mano en cuanto Hyukjae se le plantó enfrente.

—No te pongas a gritar aquí. Vayamos al parking y hablemos. —Sin esperar una respuesta comenzó a caminar. Hyukjae, aturdido, se limitó a seguirlo.

La exasperación incrementó en su pecho al no recibir palabra alguna de su primo. Este solo se apoyó en un muro y encendió un cigarrillo.

—¿Me puedes explicar la maldita mierda que estás inventando...? —Antes de que Hyukjae terminara su pregunta, Yuknee casi le estampó en la cara la carpeta que estuvo cargando desde que salió del consultorio.

—No me estoy inventando nada —afirmó sereno.

Hyukjae, sospechando lo que encontraría dentro, abrió la capeta y sacó los resultados de las pruebas de sangre. Todo su coraje desapareció como por arte de magia y la mandíbula le tembló al leer que, de hecho, existía un parentesco sanguíneo total entre Yuknee y Kim Joyin.

—No entiendo —murmuró en, apenas, un hilo de voz.

La sensación amarga hizo mella en su pecho. Entonces ¿todo el tiempo tuvo razón? Joyin no era su hijo. La imagen del niño no era el reflejo de la suya, sino de la de su primo.

¡Hola, papá! [Eunhae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora