15. Jeon Jimin.

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Él chico que comía frente de mi me prestaba demasiada atención, yo bajaba el rostro lo más que podía, había bebido la noche anterior hasta desmayarme pero me había levantado motivado por comenzar una nueva vida.

El desayuno del refugio no era tan malo cuando no se tiene nada que comer. Me eche un bocado a la boca siendo consciente que no sabría si comería en un par de dias.

- ¿Qué demonios me ves?

- Pareces alterado, bueno ahora más que lo demás días.

- Eso no te importa.

- ¿Te vas?

¿Cómo demonios se había dado cuenta?

Nisiquiera sabía su nombre, pensé que todos aquí me ignoraban.

Su ropa raída y la forma en que su cabello se enredaba daba un aspecto de vagabundo pero su voz y mirada hacian que creyera que era de mi edad.

- Mi nombre es Min Yoongi y el tuyo.

Yo no contesté.

- Aquí te decimos el chico fantasma.

Me reí mentalmente.

- Me representa. 

- Entonces si te vas.

Asentí, busqué que nadie más me estuviera viendo.

- ¿Cómo lo supiste?

Él solo se empezó a reir.

- Tengo mucho tiempo aquí reconozco esa expresión espantada ¿Ya sabes adónde te iras?

No lo sabía, a algún lugar que no tuviera aereopuerto y muy muy lejos de aquí.

El problema: no tenía dinero.

- Lejos.

- ¿Busan no te trato bien?

Se burló.

- Tu también deberías de irte.

- Y dejar mi trabajo de mendigo - se rió de lado - no, aquí la gente rica da buenas propinas a lo mejor deberías de probar un poco de está buena vida.

Seguí comiendo, guardando unos panes en mi mochila a escondidas.

- Toma - extendió en la mesa dos billetes de 1000 Wones en la mesa. Se acercó un poco viendo a los lados - con el primer billete tomarás un autobús que sale de la estación rumbo a Hyunsun, allí te bajarás y preguntarás donde está la estación del tren, puedes ir caminando, lo único que tienes que hacer es esperar a que pase por media noche.

El chico en realidad despedía buen aroma su aliento era fresco y sus dientes estaban perfectamente blancos.

- Solo espera que el tren comience a andar y te montas en él.

Mi mirada horrorizada.

- Puedes viajar por todo SurCorea en él tú decides donde bajar. Con el otro billete podrás comprar un poco de comida.

- ¿de.. polizonte... en un tren...?

- Así es como llegué aquí y no me arrepiento, vengo de las montañas de Daegu, si quieres ir allí puedo darte el número de un primo.

- ¿Hay... Aeropuerto en Daegu?

- ¿Aspiras viajar en avión?  - se rió y dejo ver sus rasgos pequeños, definitivamente no era un vagabundo más su actitud era él de un comerciante.

- Solo contesta.

Su mirada demasiado acusadora pero yo no me rendí.

- No, no hay.

Sonreí .

- Pero nada es gratis amigo.

Me puse serio.

Sabía que todo parecía demasiado fácil.

- ¿Qué es lo que quieres?

- Tu nombre.

Lo mire desconfiado.

- No.

- Bien en ese caso, suerte con tu viaje, tomó los billetes y los guardo en su bolsillos de su saco. Ese a lo mejor sería mi método de comer por varios días ¿Qué más daba si le decía mi nombre?

- Mi nombre es Jeon Jimin.

Hacía mucho que no decía mi nombre de casado y eso me alteró un poco haciendo que quisiera llorar como lo había echo la noche anterior, pero me recompuse al instante.

- Toma - destendio los billetes y apuntó en un papel un número de teléfono y un nombre - le dices a mi primo que vas de parte de Agust D.

Lo anoto también en el papel y me lo entregó.

- Suerte Jimin, espero que cuando nos encontremos de nuevo estés mucho mejor.

- No creo que nos volvamos a encontrar, pero te agradezco tu ayuda.

Me levante de allí y salí rápidamente del refugio, no sabía si el chico me había mentido asi que en cuanto me subí al autobús marqué al número que me había dado.

- Bueno - dije con voz temblorosa.

- Bueno ¿Quién habla?

- Hablo de parte de Agust D.

- ¿Agust D? Mmm si si ¿Quién eres?

- Yo soy Jimin, solo quería saber si el me había dicho la verdad.

- ¿Viajaras en el tren?

- Si.

No podía creer que en verdad me atreviera a hacerlo.

- Mi nombre es Namjoon, estaré esperándote en la estación del tren en tres días exactamente Jimin, márcame si tienes algún problema.

Él esperaba una respuesta pero por la ventana del autobús vi como despegaba un avión en el aeropuerto y eso me hizo tomar valor.

- Allí estaré - colgué.

No sabía en dónde estaba Daegu pero confiaría en qué encontraría algún letrero.

Bajé del autobús y espere que el tren llegara.

Allí empezaba mi aventura.

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Yo aún te amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora