21. Sed de venganza.

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Desde que me había mudado a la casa del Sr. Kim jamás había subido al desvan.

Solo había cajas con sus pertenencias. Cuando comencé a sacudir  una de ellas se cayó del estante y se abrió dejando ver fotografías del Sr. Kim cuando apenas era un adolescente.

La primera foto contrastaba bastante con el recuerdo que tenía de él, siempre tan serio.

Las demás fotos eran de sus padres y más allá  de unos paisajes.

Tomé todas y las volví a poner en la caja. Decidí dejar allí sus recuerdos el jamás me compartió nada de él y me sentía mal husmeando. Cerré puerta pero algo llamo mi atención. Había un cuadro colgado en la pared cubierto por un manta.

Me acerque y lo descubrí.

Un rostro conocido apareció pintado al oleo. Era el chico del refugio. El rostro le faltaba pintar de un costado así que asumiria que allí fue cuando se separaron.

No quería indagar pero me preguntaba que tan importante fue ese hombre para el Sr. Kim.

Una semana después manejaba en las calles de Seul rumbo al refugio, en el otro asiento estaba una caja con fotografías que había encontrado de Min Yoongi mirando el paisaje.

Eran una obra de arte, él en verdad tenía talento para la fotografía.

Tomé la caja y salí a una calle antes de refugio.

- Min Yoongi.

Le dije ala chica y está revisó en una lista.

Recordaba por completo todo aquel sitio y lo mal que lo había pasado en ese tiempo, pero ya no me afectaba, incluso podría decir que no había ahora nada en esa ciudad que me hiciera ilusión, visitaría la tumba de mi madre y luego regresaria a Cheonan.

- Él si está en la lista.

- Gracias.

Solo era cuestión de esperar.

Regresé al carro y me recargue en él.

La pistola y el atuendo negro me hacían sentir  como si estuviera a punto de cometer un delito. 

Por la noche pude verlo llegar junto con otros indigentes.

Me repugnaba hablar con él, pero el último deseo del Sr. Kim era que supiera que había fallecido y después de ver cuan importante fue para él decidí tomar su venganza después de tanto tiempo.

- ¿Min Yoongi?

Él tipo se volteó al escuchar mi voz.

La caja bajo mi brazo.

- ¿Te conozco?

Mi rostro estaba maltratado por las constantes peleas en el bar y mi cuerpo era más musculoso ahora.

- Qué importa.

Él se acercó a mi curioso.

- Espera un momento si te conozco, yo jamás olvidó un rostro.

Yo no me moví ante su escrutinio.

- Claro, has cambiado pero esa nariz y labios los reconoceria en cualquier lado. Jeon Jimin.

<Él apellido>

- Él mismo.

- Te perdiste amiguito - sonrió claramente satisfecho de encontrarme de nuevo - dime ¿ahora que te dedicas?

Yo aún te amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora