20. Me gustas.

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- Está allí de nuevo ese hombre.

- Ya lo ví.

Metí la navaja en mi pantalón después de romper el empaque y seguí metiendo cervezas en el enfriador.

El chico que me ayudaba despachaba cervezas detrás de mi.

Los chiflidos cada vez que me agachaba me tenían harto. Aún así seguí trate de ignorarlos, el otro ayudante había faltado y esa noche atendí en la barra como lo hacía antes.

- Si estuviera el Sr. Kim esos imbéciles no te molestarían.

En mi bota llevaba un par de navajas y en mi cintura la pistola con un equilibrio impecable y no tenía miedo en usarla. Así que en mi pensamiento siempre estaba el Sr. Kim diciéndome que debía defenderme yo mismo.

- En serio me tiene harto ese tipo que siempre te anda rondando.

Me detuve y limpié mi sudor. El sonido de la música y el calor del lugar me estaba sofocando.

- ¿Por qué no le dices que te deje tranquilo?

- Ya calla por favor.

Era verdad, el hombre de pelo largo color café claro y tez blanca había estado insistiendo en hablar conmigo desde hacía varios meses.

Yo solo lo ignoraba, pero hoy solo no podía evitar que me viera con demasiado interés.

Pero debido a todo lo que había experimentado sabía que no había manera que yo dejara que alguien me tocará.

Pero luego él tipo ese solo iba pedía una cerveza y se iba al amanecer esperando que yo le diera una oportunidad, al principio me hizo gracia pero ahora solo hacía que quisiera sacar la pistola y espantarlo de dos balazos.

El mes pasado cumplí 26 años, había pasado tanto tiempo desde la última vez que me habían echo el amor que simplemente dejo de importarme. Así que no, yo no estaba interesado en su oferta.

Me levanté y miré al hombre de perfil.

Aunque era atractivo había algo en él que no terminaba de agradarme.

Mi primer razonamiento era que el problema estaba en mi y no en él, con seguridad podía afirmar que ya no podía confiar en nadie.

Era imposible que yo volviese a amar a alguien como lo hice en el pasado.

Además  ahora ya no necesitaba a nadie para que me protegiera.

¿Entonces por qué buscaría algo que alguna vez fue mi perdición?

Moví las botellas de nuevo abstraído en mis pensamientos por un largo tiempo ignorando a todos.

- Jimin, el hombre ese de nuevo, quiere hablar contigo.

Era insistente pero bueno hablaría con él y le dejaría en claro que yo no estaba disponible ni ahora ni nunca.

Me levanté acomodando mi pistola en la hebilla de mi pantalón ceñido color negro haciendo juego con la polera que se amoldaba a mi cuerpo y como siempre mi cabello escondido bajo una boina, totalmente tintado como siempre para no llamar la atención pero ahora me preguntaba si era aún muy necesario.

Mi mano derecha portaba un tatuaje en honor al hombre que me saco de la penumbra y me dio una vida. Una K enredada en fuego que había marcado un antes y después en mi vida.

Yo aún te amo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora