Animal Crossing: Fanfic Edition

Parte 78: Una dada de alta

El joven Tommy Torrance se había decidido a ayudar a Ankha con una investigación sobre las pesadillas que estaban dándose en el pueblo.

Es por ello que tenía pensado aprovechar que tenía que ir a trabajar al ayuntamiento para poder preguntar mejor al alcalde. Afortunadamente también estaba allí Bram.

"Buenos días, señor Bram"

"Hola, Tommy, ¿qué tal todo?"

"Muy bien, me alegra ver que le han dado el alta"

"Sí, ya estoy mejor y me han dejado regresar a casa"

"Sigo diciendo que el doctor West exageró mucho con esas fracturas" - dijo Canela con varios papeles en la mano

"La radiografía no exageraba..."

"Ahí tienen razón, Canela, la radiografía..."

"La radioterapia siempre ha sido una ciencia médica discutible"

"Eso no es..."

La perrita se dio la vuelta para ir a la zona de archivos, cosa que le permitió no ver la cara de desagrado del murciélago.

"Por cierto, señor Bram, quería preguntarle algo"

"¿A mi? Como no sea sobre periodismo... poco"

"¿Sigue teniendo esas pesadillas?"

"Pesadillas... pues no, creo que los antibióticos me han permitido dormir poco..."

"Es cierto" - comentó el humano - "Tu y Katrina supongo la estaréis investigando"

"Sí, más o menos..."

"La verdad es que son molestas, pero al menos no son dañinas"

"Eso es lo que dice siempre el personaje a punto de palmarla" - dijo Bram

"Gracias por desearme la muerte"

"No he dicho que lo desee... pero serás el primero"

"Señor Bram" - interrumpió aquella conversación - "¿Ha logrado recordar algo más de ese sueño?"

"Recordar algo... creo que el tipo que parecía Posho..."

De aquí abajo no vas a salir... jajaja...

"Parecía una especie de... ¿lagarto? ¿puede ser?"

"Eso coincide con otros sueños..."

"Gracias por meterme el miedo" - admitió Bram - "Pero quiero irme a casa y descansar un poco, el doctor me ha dicho que me tome las cosas con calma"

"Oh, sí, siento si le he molestado"

"No, no te preocupes, chico"

"Ya nos veremos por aquí"

El murciélago se marchó a su casa, donde pensó un poco en sus últimas semanas en el pueblo. Quizás debería empezar a escribir algo...

Nada más comer se marchó a echar la siesta, típicos entre murciélagos y andaluces...

"Bram..."

"Zzz...."

"Eh, Bram..."

"Zzzz... mamá..."

"¡Despierta! ¡Inútil!" 

"¿Eh? ¿Qué?"

El hombre se levantó y vio que estaba tumbado en una especie de cementerio rodeado por una niebla rojiza. Reconoció el sitio...

"Oh... venga ya... otra vez no..."

"Otra vez sí, Bram..."

Una figura borrosa, pero con gabardina, apareció entre la niebla.

"Esto es un sueño... solo un sueño..."

"Lo es... muy cierto... pero ya sabes lo que dicen de los sueños..."

"¿Mmmm?"

"Pueden ser muy reales..."

El suelo tembló un poquito y unas manos cadavéricas le agarraron tanto de los tobillos como de las muñecas. 

"Venga ya... ¿por qué me haces esto?"

"¿Por qué os hago esto?"

"Yo no te he hecho nada..."

"Cállate..."

"Ni que te hubiese escupido o..."

"¡He dicho que te calles!"

El misterioso sujeto salió de la niebla, revelando un rostro altamente quemado y desfigurado, ojos amarillos y un rostro de enfado.

Agarró con sus garras de hierro el cuello del murciélago sin que le cortasen.

"Mírame a los ojos..."

"........"

"Dime... ¿qué ves?"

"Odio... enojo... me suenas de algo..."

"Bien... pillas el mensaje... en este pueblo nadie va a volver a dormir... la tranquilidad se acabó, ¿lo entendiste?"

"Sí... lo pillo..."

"Bien... ahora..." - apretó sus garras - "Manda el mensaje..."