Parte 167: Un doctor raro

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Calm el Camaleón llevaba ya un par de semanas trabajando en la mina de Villa Raíz, lo cual le dejaba muy agotado tanto mental como físicamente.

Ahora mismo se encontraba caminando hacia comisaría en compañía de Tommy.

"Alegra esa cara, Calm"

"Me duele la cara de llevar gafas protectoras..."

"¿Estaban muy apretadas?"

"No, es que tengo los ojos muy grandes"

"Tampoco debe de ser para tanto"

"Ni siquiera... ni siquiera puedo llevar mi camisa hawaiana..."

"Si el señor Warren te viese con ella seguramente la quemaría"

"Es broma... ¿verdad?"

Sin embargo llegaron al edificio antes de que pudiesen darle una respuesta. Dentro del sitio se respiraba una especie de aire tenso.

Solamente Nocencio estaba presente como agente, y acompañándole estaban Cara de Cuero (su ayudante) y un extraño loro.

"Buenos días"

"Hola, Tommy, ¿qué te trae por aquí un sábado?"

"Te olvidaste el almuerzo" - dijo mostrando una bolsa

"Ya decía yo que me sentía más ligero"

"........"

"Hola a ti también, Calm"

"Hola, agente Nocencio..."

El gorrión observó cómo el loro, que llevaba bata, observaba con cierta curiosidad a su amigo.

"Un camaleón... dime, niño, ¿puedes volverte invisible?"

"Un... un poco..."

"Interesante, ¿me darías un poco de tu sangre?"

"Emm... ¿no?"

"Disculpe, ¿quién es usted?" 

"Yo soy el doctor Wolfie Frankenstein, inventor consumado"

"Emm... vale"

"Dime, niño camaleón, ¿te importa entonces darme un litrito de tu sangre?"

"Oh, crispis... no me agrada esa idea..."

"Pero solo..."

En ese momento la cocodrila agarró con una sola mano al loro del cuello, levantándolo mientras le hacía algo de daño.

"Grgrrr..."

"Vale... lo... lo pi... llo..."

"Pue... ¿puede soltarlo?" - pidió el camaleón

"Sí, creo que necesita aire para respirar"

"Lo... neces... ito..."

Cara de Cuero le soltó, haciendo que cayese al suelo con cierto dolor.

"Arff... arf..."

"Cara de Cuero, no estrangules a la gente dentro de la comisaría, da mala imagen" - le dijo el perro - "Bueno, y supongo que fuera tampoco"

"Me duele al... respirar..."

"Señor... emm... ¿Frankenstein? ¿Por qué no..."

"Es doctor... doctor... Frankenstein"

"¿Por qué no sale a fuera un ratito mientras se recupera?"

"Buena... idea..."

El hombre salió acompañado del gorrión, quien no sabía qué opinar de ese tipo. Osea, ¿lo de la sangre iba en serio?

"Grgrr...."

"He admitir..." - dijo el camaleón - "Que eso ha molado bastante..."

"La violencia no mola, Calm"

"Lo siento..."

"Bueno, salvo en la ficción, la lucha libre, supermercados o aquella en que un muñeco de nieve se peleó con un tipo..."

"Nocencio..." - gruñó la cocodrila

"Me estoy desviando del tema"

"La violencia..."

"Eso, la violencia es mala, Calm"

"........"

"Y no está bien amenazar con ella"

"Ese tipo me estaba molestando... y quería mi sangre..."

"En ese caso pon una orden de alejamiento"

"¿No es eso más excesivo que devolver un golpe?"

"Le estaba estrangulando"

"De acuerdo, puedo ver su punto..."

"Ahora pídele disculpas al doctor y dile que no quieres darle tu sangre"

El camaleón salió algo cabizbajo, viendo que aquel loro ya estaba algo recuperado de su encuentro cercano a la muerte.

"A partir de ahora... consultaré por carta..."

"Doctor... siento mucho que me haya parecido bien que le estrangulen..."

"Curiosa afirmación" - dijo algo dubitativo - "Aunque no es la primera vez que me lo dicen"

"Quizás no le pasaría si vigilase lo que dice"

"Sabías palabras... emm... ¿cómo os llamáis?"

"Calm, Calm Griffin"

"Y yo soy Tommy Torrance"

"¿Griffin y Torrance?"

Ambos nombres le sonaban bastante. El del gorrión era por el libro, pero el del camaleón... ¿dónde lo había escuchado antes?

Decidió centrarse en el pájaro, pues no lograba ubicar el otro apellido...

"Vaya, qué interesante..."

Animal Crossing: Fanfic EditionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora