Parte 160: Una conversación

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Sol cerraba la puerta a William el topo tras despedirse, al mismo tiempo que avanzaba hacia el sofá y sacaba su teléfono del bolsito.

Realmente solo tenía tres contactos. Uno de ellos era Sócrates (para cuando su hermana no lo cogiese), otra era su hermana y finalmente Canela.

"........"

"¿Sí? ¿Quién es?"

"Soy Sol... ¿no me tienes en tu lista de contactos?"

"Es que no estoy acostumbrada a usar el móvil..."

"¿Por qué no?"

"Porque prácticamente vivo a un minuto de casi todo el mundo"

"Buen punto"

"Dime, ¿qué es lo que querías?"

"Por la cita que te dije"

"¿Lo decías en serio?"

"Canela..."

"¿Qué? Cortaste tu historia antes de terminar y todo parecía un simple malentendido surgido..."

"¿Quieres que te cuente o no?"

"Perdón..."

La perrita y la pelícana se habían hecho amigas con los años, cada vez que Canela tenía que mandar un paquete y Tommy no estaba disponible se pasaba a verla.

"Y entonces desayunamos..."

"Eso parece poco sano, ¿no?"

"Canela, en la vida hay que tomar riesgos"

"Pero tan extremo..."

"Dime, ¿qué has cenado tu?"

"Tortilla a la francesa"

"Vale, eso suena bien"

"Pero dime, ¿qué pasó después del desayuno?"

"Me acompañó a casa y por el camino hablamos"

"Qué bien"

"........"

"........"

"¿Crees que deberíamos haber ido a algún otro sitio?"

"Bueno, mañana os levantáis temprano"

"Sí... y el horario me pilla también los fines de semana..."

"Tal vez deberías replantearte contratar a alguien para los fines"

"¿Dejar la oficina de correos en manos de otra persona? No creo que pueda hacer eso"

"¿Por qué no?"

"Porque ese sitio es mi vida, llevo quince años trabajando allí, no lo puedo dejar a cualquiera"

"Te entiendo, yo tampoco dejaría el ayuntamiento en las manos de cualquiera"

"¿No le dimos el puesto de alcalde a Ben el primer día que vino?"

"¡Eso fue un error! ¡Dijiste no volver a mencionarlo!"

"Vale, tranquilízate..."

Su hermana Estrella había dejado su trabajo hace años, en principio porque no le gustaba ni el trabajo ni el horario.

En cambio a Sol le encantaba, y no quería dejarlo en manos de otra persona.

"Por cierto, ¿al final hablaste con tu hermana?"

"Con... ¿mi hermana?"

"Me dijiste que querías hablar con ella"

"Oh, sí, quería comentarle mi cita... igual que te lo comenté a ti..."

"¿Querías? ¿No lo has hecho?"

"Emm... no..."

"Creí que ahora os llevabais mejor"

"Nos vemos una vez al mes y tal... pero no me gusta llamarla de noche por si le molesto... tampoco en el horario de trabajo..."

"¿Y durante el almuerzo?"

"No... no sabía cómo consultarle exactamente..."

"Pues igual que lo hiciste conmigo"

"No es tan fácil..."

"Si hasta yo he hablado con ella más que tu"

"Pero tu tienes ventaja porque eres amiga de Estela, y ella suele poneros un poco de freno"

"Pero tu eres su hermana, no va a comerte"

"Aún así... no creo que estos temas le interesen"

Aunque se había vuelto más social con su hermana, lo cierto era que al ser polos opuestos y siempre diferían en casi todo.

"Ella habló contigo cuando empezó a salir con Sócrates, ¿no?"

"Sí..."

"Y también cuando se fue a casar"

"Cierto..."

"¿Entonces por qué no ahora?"

"Bueno, era ella quien me llamaba... quizás... quizás se moleste..."

"No me hagas decirlo"

"¿Decir el qué?"

"Que es probable... de que no se comporte... maaal..."

"¿No te ha costado decir eso un poco? Quiero decir..."

"¡Buenas noches!"

Y la perrita le colgó la llamada. Aún así Sol estaba un poco insegura acerca de si tenía o no razón con eso último... ¿cómo hablarle a su hermana?

Animal Crossing: Fanfic EditionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora