Parte 132: Un pequeño interés

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La historia de hoy (y la de mañana, no os voy a mentir) tiene lugar hace años, cuando Estrella llevaba ya un año trabajando en el museo.

La pelícana se encontraba en su descanso, hablando con Estela. En el tiempo que llevaba allí había formado cierta amistad con ella.

"Me alegro que te hayas acostumbrado al museo"

"Con diferencia es mejor a la oficina de correos..."

"¿De verdad?"

"Es más silencioso, no hay tantas máquinas, tengo con quien hablar..."

"Cierto, tu horario era nocturno"

"Si hubiese nacido con el pelaje marrón casi hubiese sido un búho más"

"Un chiste muy ocurrente"

Esto lo dijo Sócrates, quien pasó por al lado de la habitación que servía como sala de descanso. Parecía haber ido únicamente por la escoba.

"¿Te ha hecho gracia?"

"Mínimamente"

"Sócrates, ¿a dónde vas con eso?"

"Hay que barrer la zona de los fósiles, desprenden mucho polvo"

"Pero es la hora del almuerzo, deja eso"

"Ya comeré más tarde" - dijo antes de irse

El hombre se marchó, tatareando algo con bastante alegría.

"Veo que es muy dedicado a su trabajo"

"¿Sócrates? Desde siempre"

"Con que sí..."

"De pequeño recuerdo que ya cazaba insectos y buscaba fósiles"

"Te recuerdo a ti en el instituto, pero no a él"

"Avanzó algunos cursos, aunque eso no impidió que... bueno, le acosaran"

"¿Acosarlo?"

"Sí, él era bastante estudioso, pero nunca tuvo demasiados amigos"

"Así que era el listo de la clase"

"Sí, y eso combinado con sus aficiones..."

Prácticamente le estaba diciendo que era el nerd de su clase y que por ello se metían con él. O al menos así lo interpretó Estrella.

"Serían un atajo de imbéciles"

"Eso por supues..."

"Si alguien conociese a tu hermano vería buenas cualidades"

"........"

"Ser trabajador es bueno, y es considerado y educado..."

"........"

"¿Pasa algo?"

"No, es solo que siempre te veo chinchar a Canela..." - comentó con una sonrisa - "Pero es agradable ver también tu lado amable"

"Vaya, eso es que tengo que pulir mi papel de villana"

"Jajajaa..."

"Supongo que algunas no cambian desde el instituto..."

"Tu tampoco has cambiado mucho, conmigo siempre fuiste amable"

La pelícana se quedó pensando en eso, como si fuese una breve reflexión personal.

Al día siguiente Estela quedó para comer con Canela, por lo que a Estrella se le ocurrió hacer algo especial a la hora del almuerzo.

"No entiendo cómo..."

"Sócrates, ¿qué estás haciendo?"

"Oh, hola Estrella, creo que se ha escapado una de las polillas"

"Deja una bombilla encendida y ya aparecerá"

"Por probar... dime, ¿en qué puedo ayudarte?"

"Hoy has vuelto a escaquearte de tu hora del descanso, ¿no?"

"Bueno, digamos que he empleado ese tiempo en..."

"Hoy no creo que te libres"

El búho notó que la chica tenía en su mano derecha una pequeña cesta.

"¿Qué es eso?"

"Mi almuerzo, bueno el mío y el tuyo"

"No era necesario, puedo comer..."

"Sabes cómo se pone Estela cuando te saltas las comidas"

"Porque hay mucho trabajo"

"Y para eso están las horas de almuerzo, para recobrar fuerzas"

"Supongo que tienes razón, querida"

"¿Querida?" - repitió levantando una ceja

"Oh, bueno, es una forma de... bueno, de referirme a ti, simplemente..."

"Nunca te he escuchado llamar así a otra mujer"

"¿En serio? Bueno, habrá sido..."

"Sócrates, ¿que tal si vamos a almorzar?"

El búho acabó accediendo a la petición, lo cual se acabaría volviendo una rutina que se daba alguna vez por semana.

Incluso Sócrates empezó a no saltarse los almuerzos para sorpresa de su hermana.

Animal Crossing: Fanfic EditionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora