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El aroma del bosque penetró sus fosas nasales al igual que el calor del cuerpo a su espalda impregna su piel. A diferencia de la primera vez que despertó en esa cama suave con aroma a caoba, esta vez no se encontraba apresurado por levantarse, lo que le permitió observar con atención el cuadro que tenía frente. Aquella imagen de un paisaje otoñal junto a una cascada y una hermosa casa le pareció tan viva que el agua parecía moverse al igual que las hojas anaranjadas precipitándose lentamente al suelo rocoso, una que otra yacía en la superficie del agua queriendo ser llevada lejos por la corriente. El azul del agua junto con lo anaranjado de las hojas le pareció algo hermoso, como el frío y el calor fundiéndose en una imagen. 

Respiró hondo para luego sacar el aire de sus pulmones en un resoplido cuando sintió unos suaves labios en su nuca apenas tocando su piel, su sonrisa pareció al instante por aquel ligero toque y por el brazo que rodeaba su cintura. Namjoon a su espalda respiraba hondo el aroma de su piel, sus brazos en torno a su cintura lo apretaron con fuerza, con aquello Jin por primera vez en mucho tiempo sintió una seguridad que nunca antes había sentido, el llamado de la muerte no llegaba a sus oídos, como cada mañana.

Con cada respiración el aroma a caoba que no paraba de envolver su cuerpo ingresaba gustosamente a sus pulmones, logrando hacer a su corazón latir intensamente, una sensación que amaba tener en su pecho.  

Sin importar que estuviera totalmente marcado por completo, en muchos sentidos que no alcanzaba a entender adoraba la esencia de Namjoon por todos lados. La ligera punzada de dolor en su cuello... adoraba sentirla, hace tanto tiempo que el dolor le era indiferente pero esta vez él escozor por la mordida se sentía bien. 

-¿Durmió bien mi precioso felino?-Preguntó Namjoon con voz ronca, en un tono bajo, cerca de su oído.

-Muy bien-respondió en voz baja con voz perezosa-demasiado diría yo, por lo general no duermo tanto, ni tan profundo. Todas las noches debo mantener una parte de mi alerta... solo por si acaso.

-¿Por si acaso qué?

-Esa pintura... -cambió de tema Jin prontamente, no deseaba compartir con Namjoon que su vida constantemente corría peligro, conociendo muy bien a su vampiro sabía que  era muy probable de que tendría algo que decir al respecto -es muy hermosa, ¿la pintó ese artista tuyo que pintó el techo de tu oficina?

-No, yo mismo la pinté, hace muchos años-respondió Namjoon ocultando su sonrisa al notar el pequeño tinte de celos en las palabras de Jin. Seguramente estaba curioso de saber si llevó a alguien además de él a su castillo y la respuesta era un rotundo no, más se la guardó para sí mismo.

-No sabía que pintabas.

-Cuando vives muchos años es inevitable no adquirir algún tipo de pasatiempo.

-¿Tienes muchos pasatiempos? 

-¿Además de hacer enojar a cierto felino?... no, solo pintar y tocar el piano. 

-Tocas muy bien el piano y pintas muy bien. 

-¿Acaso estás enumerando todas mis virtudes?

-Mas o menos. 

-¿Por qué?

-Solo me estoy convenciendo de que eres el indicado. 

-¿Y cómo voy hasta ahora? 

-Pues...-habló alargando la última sílaba pensando en la respuesta. -Yo diría que vas por buen camino. 

Después de aquella respuesta Namjoon giró el cuerpo de Jin hasta quedar uno frente al otro y  cuando lo tuvo de frente supo que quería que todas sus noches y mañanas  fueran de ese modo. Quería ver esos ojos verdes adormilados al despertar, que aquel cuerpo de piel blanquecina estuviera siempre envuelto entre sus sábanas de seda negra y que el aroma a sándalo de su cuerpo impregne su habitación por completo. Sin perder el tiempo tomó esos labios sonrosados con deseo, con pasión, con una ternura que jamás había sentido pero sobre todo con un amor tan grande que en ocasiones parecía no tener principio, ni fin.

EL RASTREADOR ( Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora