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El sol se estaba poniendo a lo lejos, escondiéndose tras los edificios de Seúl mientras el viento golpeaba las ventanas de su apartamento. Hace algunos años Jin compró un piso en lo alto de un rascacielos en medio de la ajetreada ciudad de Seúl, las calles abarrotadas de gente y los incontables negocios y tiendas le daban una tranquilidad un tanto inquietante, ya que por lo general le gustaba el sonido del mar y las olas al romperse en la playa, a veces pensaba que tenía que reemplazar aquel el sonido con algo mas, un sonido más fuerte, tal vez para olvidar la inminente muerte que lo asediaba en cada misión.

Con un suspiro se sirvió una copa de vino, ya era la segunda en ese día, no solía tomar más de una, en esta ocasión necesitaba más, tal vez era porque su pantera interna se sentía inquieta.

- Desobediente... interesante-escuchó una voz a su espalda que le erizó la piel del cuerpo.

- Señor Kim, diría que es un placer tenerlo en mi hogar pero lastimosamente no lo es-dijo Jin en voz alta mientras tomaba la máscara que siempre mantenía en el bolsillo de su pantalón y se la colocaba despacio como si no le afectara la presencia del vampiro a sus espaldas - ¿No le han dicho que es una falta de respeto indagar en la vida de un Rastreador?

- Creo que va después de la regla que dice que no se debe entrar a un lugar sin permiso.

- Touche.

Esta vez Jin le concedió un pequeña victoria al vampiro, solo le estaba pagando con la misma moneda, eso le pareció muy interesante.

- Me resultó muy dificil averiguar donde vive.

- Me alegro, sin embargo supongo que debo dificultar mi rastro en cuanto a propiedades se refiere.

Jin había comprado aquella propiedad a nombre de alguien más, ni siquiera conocía el rostro del cambiante de quien tomó prestado su nombre sin permiso claro, aquel cambiante que vivía en Inglaterra ni siquiera debía saber que tenía una propiedad en Seúl. Corea del Sur.

A pesar de la armonía de la conversación que mantenía con Kim Namjoon en su mente un sin fin de pensamientos recorría a mil por hora su cabeza, queriendo averiguar cómo es que el vampiro pudo averiguar el lugar exacto donde estaba su apartamento.

- Eso me agradaría... me encanta la caza Rastreador.

- Ahora que me encontró dígame qué pretende al venir hasta mi hogar Kim.

- Llamame Namjoon.

-Señor Kim, le invito a salir de mi apartamento, estaré en su oficina en una hora.

-Si me voy va a cambiar de lugar ¿No esa así?

- Si.

- Lo espero en mi oficina-con una media sonrisa Kim Namjoon dijo en un susurro bajo, con voz ronca observando detenidamente la espalda del leopardo.

Jin apenas giró su cuerpo para observar la imagen del vampiro diluyéndose en el aire, en ese momento odiaba que hiciera eso, siempre desaparecía con la última palabra como si él no tuviera nada que responder u objetar, desaparecía impidiendo que Jin pudiera despotricar una incontable retahílas de insultos en su contra, claro que no lo haría, pero fantaseaba con poder hacerlo alguna vez. Como odiaba que fuera tan odioso y su actitud de todopoderoso hacía hervir su sangre, seguramente nadie desobedece una sola orden de su parte y eso solo hacía que Jin quisiera desobedecer cada una de ellas, objetar y estar en contra de todo lo que dijera Kim Namjoon.

Con un suspiro dejó salir todo el aire que tenía atorado en sus pulmones, cuanto odiaba las reacciones que tenía frente a Kim Namjoon, su pulso quería acelerarse como loco, su temperatura subía evidentemente y con todo el control y esfuerzo del mundo lograba controlar las respuestas de su cuerpo. Ahora solo le restaba rogar porque el vampiro le diera la información correspondiente al objeto que tendría que encontrar y no verlo hasta que tuviera que entregarle los resultados de su búsqueda.

- Maldito vampiro.

Después de una hora exacta Jin se encontraba frente a la secretaria del odioso vampiro esperando porque la mujer con perfectas uñas pintadas de un rojo brillante le diera por atenderle, sabía que aquella actitud de la secretaria se debía al plantón que le dio la primera vez que estuvo ahí. La pobre había corrido con esos enormes tacones en un intento por alcanzarlo y él malvadamente le dedicó una sonrisa al verla, claro que la vampiresa no tendría por qué haberlo visto ya que llevaba una máscara tapando su boca pero tal vez vio la diversión flotando en sus iris.

- Un momento por favor-se excuso la vampiresa con una sonrisa sosteniendo el teléfono en su oído, al ver que el leopardo comenzó a mover su pie repiqueteando el suelo de madera con la punta de su zapato frente a su escritorio.

Jin no respondió ante la petición de la vampiresa y se dispuso a observar la enorme pintura que se encontraba en la sala de espera que curiosamente estaba en el techo, al igual que la Capilla Sixtina, claro que en lugar de Santos, ángeles y querubines, en aquella pintura se divisaba ángeles con alas negras, con las manos apuntando hacia abajo, de ellas salía fuego, como si quisieran alcanzar con sus llamas al que estuviera desde abajo observando.

- Una hermosa pintura ¿no cree?

Al escuchar la voz de Kim Namjoon tan cerca el impulso de saltar lejos, al igual que un gato asustado se instaló en su cuerpo. Con esfuerzo Jin logró controlar aquel impulso y se mantuvo de pie donde estaba observando hacia arriba. Aún le molestaba que le resultara difícil la tarea por controlarse en presencia del vampiro pero lo sobrellevaba de la mejor manera, sin dejar entrever lo que le sucedía.

- Es muy hermosa.

- Un humano la pintó para mí hace muchos años atrás, tenía un don excepcional en sus manos, lastimosamente la enfermedad se lo llevó a temprana edad.

-Pudo haber convertido a ese humano para deleitarse con las pinturas que realizaba.

-Pude haberlo hecho, si. Lastimosamente aquel humano no le atraía la inmortalidad, le asustaba que el tiempo mermara sus fuertes sentimientos, los cuales necesitaba para plasmar las imágenes de su cabeza en una superficie.

-El saber que en un futuro no tendrá la misma pasión por pintar le debió asustar más que la muerte misma.

-La pasión es un fuerte sentimiento, que a mi parecer no disminuye con el tiempo, si se conoce al ser adecuado.

Tras decir aquellas palabras en vampiro se acercó a su cuello ocasionando que todos los vellos de su cuerpo se erizaran por completo. Aclarando su garganta Jin se apartó del vampiro, su aroma y su aliento cerca de su cuello lo estaban poniendo inquieto.

-Me parece que tenemos negocios que tratar señor Kim-dijo Jin sin perder un ápice de profesionalismo en su voz.

-Pase por aquí-concedió el vampiro con una sonrisa, alzando una mano para guiar al Rastreador hacia el interior de su oficina.

-Jenny no pases llamadas y no dejes que nadie entre a mi oficina.

-Y si Yoo...

-Dije nadie-interrumpe Namjoon a su secretaria sabiendo quien trataría de entrar a su oficina, el único ser en esta vida que se permitía el lujo de desobedecer sus órdenes sin miedo a las consecuencias-cortale las piernas si es preciso pero no dejes entrar a Yoongi.

- Si señor.

EL RASTREADOR ( Namjin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora