6/10 PARA EL CAPÍTULO FINAL
UNAS SEMANAS DESPUÉS
El aroma de aquel café por la mañana era distinto al de otros.
En si, el día también lo era. Juliana había despertado más emocional y más sensible que días atrás. Había logrado conciliar el sueño de la noche después de estar casi dos semanas sin poder dormir. Las pesadillas eran constantes. Algunas veces más sufridas que otras, pero pesadillas al fin.
Para su suerte, siempre habían unos brazos delgados y largos envueltos en su cintura vigilando sus sueños. Una respiración intermedia que hacía eco contra su cuello le hacían saber que todo estaría bien, porque ella estaba allí.
Juliana se llevó la taza del café a los labios perdiéndose en la bonita vista que tenía. Un día tranquilo, lluvioso y sereno donde solo se podía respirar paz y tranquilidad. Un día de esos que más había anhelado después de vivir tantas cosas que la habían abrumado en cualquier aspecto.
Allí, en esa soledad incesante, recordó lo mucho que había cambiado su vida en cuestión de semanas. Había dado un giro tres sesenta, y aunque nunca lo imaginó, estaba muy feliz con los resultados.
Deslizó la mirada hacia el corredor y vio la puerta de su habitación abrirse. De él, salió una preciosa ojiazul que despertaba con ojos somnolientos mientras bostezaba. No pudo evitar sonreír cuando apareció en su cuerpo una de sus pijamas favoritas. Valentina la vio desde lejos con una sonrisa cálida y radiante. Las mismas que le había estado regalando durante semanas.
Después de salir de la clínica, Juliana y Valentina habían decidido compartir su tiempo juntas. Fue la morena quien le propuso quedarse con ella en su casa. En esa casa solitaria donde tuvieron uno de sus primeros encuentros. Sus rutinas eran las mismas. La morena despertaba e iba a su trabajo. Valentina empezó a trabajar con la fotografía para una agencia de modelaje. Fue Juliana quien lo consiguió para ella; sabía el talento que tenía, y que los resultados serían más que satisfactorios. Había empezado a compartir más como una pareja aunque aún no lo fueran oficialmente. Ninguna había decidido darle una etiqueta, pero ellas sabían que lo que tenían y lo especial que era. Porque no era algo más. No era algo pasajero. Era algo real UE estaban viviendo con plenitud ahora que podían. Ahora que Juliana había arriesgado a lanzarle al vacío del amor.
No fue fácil. Fue un obstáculo que sigue perdurando entre ellas.
Cuando empezaron a hacer sus salidas oficiales los medios de comunicación seguían cada uno de sus pasos. Las hostigaban e incluso las seguían a todos lados. Por momentos se sentía como un reality show. Pero Juliana sabía que todo eso podía ocurrir cuando ella decidiera formalizar su relación con Valentina Carvajal.
—Sentí tu falta en la cama—fueron las primeras palabras de Valentina mientras Juliana la recibía con una sonrisa—. Creí que habías ido al despacho.
—No quise ir—le dijo suavemente—. Sebastián se está encargando de unos documentos que estaban pendientes y lo único por hacer. Quería aprovechar que estás aquí conmigo, y salir a cenar por la noche—la sonrisa de Valentina fue grande al escucharla—. Tengo una sorpresa para ti.
—¿Una sorpresa para mi?—preguntó con asombro. Juliana sonrió de medio lado y asintió.
—Una sorpresa muy especial—le dijo—. Estoy muy segura que te gustará.
