Mauricio miraba asombrado la enorme reserva y soltó un chillido de emoción cuando escuchó los temibles rugidos de los gaasyendietha que habitaban el lugar al por mayor.
Andrew por su parte se veía aterrado, no sabía a ciencia cierta el temperamento de dichos dragones ni su apariencia física real, le causaba cierto pánico no conocer nada de ellos y extrañaba tener a ónix, su dragón de volcán, con él para que lo defienda.
Por otro lado, ambos canadienses se miraban orgullosos de poder compartir uno de sus grandes tesoros con su pariente y amigo.
—¿Ya vamos a entrar?, ¿se necesita alguna protección?, ¿qué tan agresivo es?, ¿qué tan lento debemos caminar y qué tan lejos estar de sus nidos? — preguntaba un emocionado México que daba saltitos en su lugar.
—Tranquilos, — anunció Caden. — los gaasyendietha son dragones benévolos por naturaleza, los humanos les causan más indiferencia que otra cosa, son seres enormes y lo saben, así que no atacarán para nada.
—Han convivido mucho con los humanos y no le molesta su presencia, siempre y cuando no sea atacado su hábitat son capaces de incluso permitir una interacción más íntima. — comentó Pierre con ánimo.
—Sí, como sea, entremos de una vez, mientras más rápido entremos más rápido podremos volver a casa. — pronunció Andrew con cierta urgencia.
Los canadienses los llevaron dentro del enorme bosque y comenzaron a caminar a paso tranquilo por la reserva, el otro par imitó sus acciones y avanzaban lento, como si solo estuvieran dando una caminata por el bosque.
A los pocos minutos pudieron apreciar a un dragón del tamaño de un edificio de nueve pisos, de escamas azules y moradas que arecían tener luz propia, las alas eran de un azul celeste de un brillo similar al de las estrellas... parecía una pequeña constelación.
México y Estados Unidos abrieron la boca de la impresión que les causó el aspecto de tan magnifico animal, el cual parecía posar para ellos, para que apreciaran su tamaño y belleza.
—Como dijimos, es una especie benévola, pero hay una particularidad que los hace muy, muy especiales. — dijo Caden con orgullo en la voz. — y esa es...
El gran dragón alzó vuelo y tras de sí apareció un rastro de llamas de varias tonalidades, desde rojo, naranja, pasando por el azul y acabando en un atractivo morado, siguiendo la estela de fuego la misma secuencia.
—Que deja un rastro de fuego cuando vuela, las llamas suelen desaparecer en un par de minutos, por lo tanto, es un espectáculo efímero pero hermoso del cual los canadienses podemos disfrutar. — informó Pierre con aire soberbio.
—Que bonito... es como ver una constelación o una galaxia moverse por el cielo... me recuerda a mis víboras de cielo... es muy hermoso chicos, felicidades, en verdad. — alagó México a sus anfitriones.
—Sí, muy bonito y toda la cosa, pero nada que ver con mis dragones de volcán, son hermosos y mortales, pero tampoco está tan mal. — reconoció Andrew.
Y ambos canadienses ensancharon sus sonrisas, el que Andrew dijera eso significaba que el rubio se había tragado parte de su orgullo; sin duda, los gaasyendietha son lo dragones más hermosos del continente americano.
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SITUACIONES
General FictionSi crees que en la convivencia de culturas diferentes no existen los momentos graciosos o incòmodos, mejor preguntale ese cuarteto de norteamericanos que ya llevan acumuladas muchas situaciones de esa índole. Pequeños momentos ocurridos en la conviv...