Típico

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Todo parecía ir tranquilo y en orden en la frontera entre Coahuila y Texas, las transacciones se hacían con normalidad y en el ambiente se podía respirar tranquilidad.

—¡Vuelve a tu maldito lado, hijo de la chingada! — gritó el castaño rojizo con cólera.

—¡Oblígame, moron! — respondió el pelirrojo con tono burlón.

O bueno, era así hasta que a Texas se le ocurrió asomarse para molestar a Coahuila.

Entre trabajadores, ciudadanos y visitantes miraron el típico escenario en el que ambos Estados se agarraban a golpes de manera salvaje y se insultaban con todo lo que tenían.

—Se puede sentir la tensión sexual entre esos dos... — comentó uno de los guardias a los texanos que estaba revisando.

Ante esa afirmación, los americanos no hicieron otra cosa más que asentir en acuerdo.

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