Caden subía las escaleras que van a la azotea, era el último lugar en el que le faltaba buscar a Pierre, a su primo y a su mejor amigo.
Sabía que Andrew y Pierre estaban ansiosos de ir a la playa, pero las circunstancias no lo permitieron, así que para animarlos se las arregló para conseguir coco fresco y así bebidas de crema de coco, pero al no verlos se preocupó.
Una vez subió al lugar los encontró... haciendo el peor ridículo hasta ahora.
—Hey, Caden, ¿qué tal el mundo exterior?
—¿Qué rayos hacen?
Estados Unidos y Quebec estaban acostados sobre unas toallas en la azotea de México, asoleándose y en traje de baño.
México, por suerte, estaba vestido y les llenaba una alberquita inflable con agua.
—Nos bronceamos, ven únete, hermano. — animó Andrew.
—Mex incluso ha conseguido arena para que juguemos. — aclamó Pierre.
Caden miró al apiñonado con reproche.
—¿Qué te he dicho de consentirlos tanto? — reclamó.
—Solo es un acapulco en la azotea, no pasa nada hombre, además míralos, están felices.
Caden solo suspiró, ¿esto lo pasan todos los padres del mundo?, joder, ahora admira a esos sujetos.
La única ventaja es que, en momentos como esos, en los que él es el padre, Alejandro es la madre, solo espera lograr convencerlo de actuar hasta el final esta vez.
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SITUACIONES
Narrativa generaleSi crees que en la convivencia de culturas diferentes no existen los momentos graciosos o incòmodos, mejor preguntale ese cuarteto de norteamericanos que ya llevan acumuladas muchas situaciones de esa índole. Pequeños momentos ocurridos en la conviv...