50. Días de Fiestas. Parte 1.

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Un Poquito de Brillo.

19 de Diciembre de 2021.
Hora: 8:32am.

Albus abre sus ojos, despertando de un extraño sueño.

No habían Dementores, como era costumbre. No hacía un frío aterrador como solía sentir ni la oscuridad gobernaba. Tampoco Delphi se presentaba inesperadamente, asesinándolo sin miramientos. Nada.

Ni siquiera Jenna había aparecido en él y eso era aún más extraño; ya que no había ni un solo sueño de Albus donde su mejor amiga no se hiciera presente, de una manera u otra.

En su lugar, unos brillantes ojos dorados lo miraban con una intensidad que desconocía; pertenecientes a una pequeña niña de unos 8 o 9 años, que Albus podría jurar haber visto alguna vez, pero era malo para recordar todo aquello que no hubiese sido dicho por Jenna.

"Tranquilo... Está bien, no debes temer..."

Tales palabras resuenan una vez más en su mente con la suave voz de aquella niña, que le brindaba una calma gratificante, como solo la había sentido con una persona.

Albus se estira en su lugar, cerrando sus ojos y bostezando con pereza, para luego levantarse de la cama.

Una carta cae entonces, deslizándose por el aire lentamente hacia el suelo, redactada con una caligrafía tan bella como las palabras en ella escritas. El Slytherin la toma rápidamente evitando así que se ensuciara y pasa a releerla por última vez, fijándose en las palabras que finalizaban aquella carta.

"... Mereces el amor que das, mereces ser abrazado por la calidez con la que arropas a otros. Eres más que especial, Albus. Feliz Navidad."

-Albus: Mi Eterna...

El chico se dirige a la ducha, con la idea en su mente de que tal vez aquel sueño hubiese sido provocado por aquella carta, pero no tenía mucho sentido una vez que le daba vueltas a dicho pensamiento. Al volver a su habitación, contempla la bufanda esmeralda con franjas en diversas tonalidades de verde que descansaba junto a su almohada y que había llegado a él acompañada de aquella carta.

Albus la acaricia y, tomándola como quien carga una delicada reliquia, decide colocársela; era tan suave, parecía hecho a mano, olía a malvaviscos y el chico pudo sentir como un calor familiar lo envolvía de pronto. Era un regalo adelantado de Navidad, y aquel era el último día en Hogwarts antes de partir a casa para las fiestas; qué más daba si lucía su obsequio ante el resto. Era hermoso después de todo.

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-Rose: ... Y todo resulta una completa locura, ya que somos demasiados, pero es divertido y la pasamos genial.

-Scorpius: Me los imagino cantando en coro a Celestina Warbeck.

-Rose: (Suelta una carcajada) No, solo lo hacemos Lucy y yo acompañando a la abuela.

-Scorpius: Si estuviera presente me les uniría sin dudarlo.

-Rose: ¿Y por qué no?

-Scorpius: (La mira confundido) ¿Disculpa?

-Rose: ¿Por qué no estarás presente? Digo (se encoge de hombros), si deseas ir estás totalmente invitado.

-Scorpius: (Alza sus cejas con asombro) ¿Lo dices en serio, Rosie?

-Rose: Por supuesto, ¡eres mi novio! Papá no lo sabe, aunque creo que sospecha algo, pero el resto de la familia está enterado. Así que... ¿Qué dices? (sonríe muy emocionada) ¿Vienes a La Madriguera para Navidad?

EL LEGADO y El Asedio de la OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora