58. Solo Una Memoria.

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5 de Abril de 2022.
Hora: 8:14am.

Albus abre sus ojos de golpe, despertando de un sueño agitado.

Se levanta quedando sentado en su cama y lleva una mano a su frente, encontrándola húmeda debido al sudor. La frota, secándola un poco y tratando así de aliviar el leve dolor que sentía en ella.

Sus pesadillas con Dementores habían vuelto; donde Jenna le reclamaba cosas que no comprendía, donde Delphi aparecía. Solo que esta vez, unos ojos rojos lo miraban a lo lejos; eran escalofriantes, pero no le causaban miedo y, al final, eran alcanzados por un rayo de luz verde haciéndole despertar a él.

Albus deja de lado el pensamiento de aquellos sueños, recayendo en su realidad. Alza la vista y contempla su habitación vacía, en la Sala Común de Slytherin.

Suspira a la vez que sus cejas caen, comprendiendo su situación; cuánto se arrepentía ahora de haberse quedado en Hogwarts. Deseaba tanto saber algo de sus amigos; ¿Scorpius estaría pasándola mal en su casa? Él siempre prefería estar lejos de ella, principalmente en esta fecha. ¿Jenna iría a ver al señor Diggory sin él? Estaba tan avergonzado de haberlos tratado de aquella manera.

¿Por qué reaccionaba así? ¿Esos pensamientos estaban realmente en su cabeza? Si así era, él jamás los hubiese dicho. No era su deseo dañar a sus amigos, nunca lo haría. Los amaba. Por sobretodas las cosas los amaba, pero justo ahora sentía que no deseaba verlos. ¿Por qué estaba teniendo esos pensamientos tan contradictorios?

La puerta de su habitación se abre de manera brusca y Hanna entra con mucha energía dando saltitos.

-Hanna: ¡Buenos días, Albus!

-Albus: ¡Hanna!

El chico se cubre con sus sábanas hasta la barbilla y la rubia llega hasta él soltando una risita divertida y sentándose en la cama a su lado. Llevaba puesto un pijama rosa pálido y su bolígrafo de plumas tras su oreja.

-Hanna: Acabo de enviarle una carta a Jen. ¿Cómo dormiste? ¿Qué tal te sientes?

El chico suelta un pequeño suspiro, definitivamente necesitaba hablar con su novia, desahogarse con ella. Las palabras de su Eterna sin duda le ayudarían.

-Albus: No muy bien, he vuelto a tener pesadillas.

-Hanna: ¿Pesadillas?

-Albus: Había dejado de tenerlas... (baja la mirada y su expresión se torna afligida) No me estoy sintiendo nada bien últimamente, Hanna (la mira). Quisiera que pudieras ayudarme...

-Hanna: (Inclina la cabeza con preocupación) ¿Cómo puedo ayudarte, Albus?

Ni siquiera él lo sabía. No sabía ni entendía nada de lo que le pasaba últimamente. Esos descontrolados arranques de ira, esa sensación de abandono dejando a su cuerpo actuar contra su voluntad; nada de eso tenía sentido para él cuando pensaba en sus motivos.

-Albus: No sé realmente qué pasa conmigo. No me siento yo mismo. Me siento... (forma una mueca de dolor) tan molesto todo el tiempo...

-Hanna: Ay Albus (sonríe tratando de animarlo), pero si es normal que todo el tiempo estés molesto.

-Albus: No, no es eso (niega reiteradas veces). Es decir... Siento mucha ira, ¿sabes? Una que no puedo controlar y solo quiero... descargarla contra mis amigos.

-Hanna: Ya veo (su sonrisa se borra y se torna triste, bajando la mirada algo cohibida) Albus, ¿y si tal vez... es porque de verdad estás molesto con ellos? (lo mira con una mueca) ¿Y si llevas tiempo guardando todo lo que sientes, y ya no puedes contenerlo más?

EL LEGADO y El Asedio de la OscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora