|No debemos hacerlo|
-Jimin ¡Vamos a subir!.- dijo tomándome de la mano y llevándome a la puerta que guiaba al ático.
-¡Vamos!.- Reí
Llegamos a la puerta y Jungkook la abrió, estaba oscuro, tantee la pared buscando el interruptor.
-¡Lo encontré!.- dije bajándolo. -Una pequeña bombilla encendió con dificultad, iluminando la escalera.
—Jimin.-dijo Jungkook.- Dame tu mano.
Asentí y tome la mano de Jungkook.
Subimos unos cuantos escalones y llegamos al ático, este era muy espacioso, todo su alrededor de madera, las telarañas se hacían presentes en los rincones, se notaba que no había sido limpiado en mucho tiempo, tenía varias cajas amontonadas, libros, cuadros, estantes, una mesa con mucho polvo y una ventana que daba al techo, con una especie de balcón.
-Me gusta este lugar.- dijo Jungkook corriendo por todo el lugar.
-Sí, aunque necesita una limpieza.- dije examinando el lugar.
-Mañana mismo empezamos a limpiar.- dijo emocionado.
-¿Desde cuando te gusta limpiar?.- pregunté riendo.
-No me gusta, pero si vamos a estar aquí hay que hacerlo.- respondió.
-Yo no quiero limpiar.-Dije cruzándome de brazos y enarcando una ceja.
-Pues si no lo haces te castigo.- dijo Jungkook también cruzando los brazos.
-¡Ja! ¿y como me vas a castigar?.- dije pícaramente.
-No te daré lo que quieres.- dijo Jungkook saliendo del ático y bajando por las escaleras.
Lo perseguí, llegamos a la habitación y cerré la puerta.
Jungkook se acerco a mi y me dijo al oído:
-Ya es hora.- susurro.
-¿De que?.- pregunte confundido.
-Tu dijiste que después iba a ver tu cosito y tu el mio.- dijo haciendo puchero.
-Yo no dije nada.- dije riendo.
-Claro que si.
-Mejor nos ponemos la pijama.
-Esta bien, pero esto no se quedará así.- dijo tomando su pijama y encerrándose en el baño.
Unos minutos después Jungkook salio y me cedió el baño, tomé mi pijama, entre al baño, me quite la ropa y me coloque la pijama.
-¡Listo!.- dije saliendo del baño.
-Ahora sí Jiminie.- dijo Jungkook acercándose a mi.
Con una velocidad anormal Jungkook bajo mi pijama junto con mi boxer dejando mi cosito afuera.
-¡Kook otra vez no.!- dije tratando de despegar sus manos que estaban evitando que lo subiera.
-¡Anda Jimin! No es la primera vez, ¡vamos!.- hizo la carita, esa que es la mas tierna que pueda existir en este mundo.
-¡NO!
-¡SI!
-¡Joder!
-¿Si?
-Esta bien.- dije riendo.
-Siii...-dijo bajando su pijama y dejando su cosito a la vista.
Sus ojos se abrieron como los de una lagartija al ver mi cosito, lo examino detenidamente y luego examino el suyo.
-¡No es justo! Ya tengo 9 años y 9 meses y el tuyo sigue siendo el mas grande y bonito.- se cruzo de brazos.
-¡Claro que no! Para mi el tuyo esta mas bonito y sexy.- dije pícaramente.
-Ay Jiminie.- dijo Jungkook sonrojándose.
-Ay Kookie.- sonreí y me subí mi pijama.- ya los vimos, súbete la pijama.
-Esta bien Jiminie.- dijo mientras se arreglaba su pijama.
-Ahora dime, ¿Con qué me ibas a castigar?.- pregunte curioso.
-Con algo que tu deseas.- dijo sonriendo y sentándose en la cama
No lograba entender a que se refería Jungkook.
-No entiendo Kookie.- dije tratando de recordar.
-Te refresco la memoria.- dijo Jungkook pícaramente.
-Bueno... si.- sonreí.
-Tu lo pediste.- Jungkook sonrío y se lanzo sobre mi cayendo los dos al piso.
Nuestros rostros quedaron cerca, ya lograba recordar a lo que se refería Jungkook, ese día, en mi cumpleaños, mi deseo, las palabras que salieron de mi boca... Todo... ¡Mi Puta Boca!.
-¿Ya recuerdas?.- dijo Jungkook acercando su rostro cada vez mas.
-S-si y-ya reco... recordé.- me faltaba el aire.
-Aun lo deseas.- dijo Jungkook acercándose más... y más... y más... nuestras respiraciones chocaron.
Desvió su mirada hacía mis labios y nuevamente mordió los suyos, ¡Maldición! ¡sus labios me vuelven loco! Esos labios rojizos que deseo poseer... estoy a punto de cometer un error, esto no debe suceder... ¡No debe!.
•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•
🌻 Gracias por leer galletitas 🌻
🍪💜🍪
•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•°•
ESTÁS LEYENDO
El Ático (Jikook)[Adap.]
RomanceLa oscuridad era lo único que nos acompañaba en aquel pequeño mundo, la esperanza de salir de aquel Maldito lugar cada día se desvanecía un poco mas, dejando un vació hueco en nuestro interior, el cual mas tarde logramos remplazar por nuestro incond...