|•Capítulo 27•|

880 98 16
                                    

|Tuyo|

-Hazme tuyo Jiminie.- Sonrío.

Me incliné hacía él, recorriendo su cuello con mi nariz hasta que llegar a su oreja, haciendo que soltara suspiros y se retorciera en la sábanas ante mi toque.

-Desde luego que sí.- Susurre a su oído.

Repartí besos húmedos por toda la extensión de su oreja, mordiéndola de vez en cuando hasta dejarla roja
carmesí. Luego de un tiempo abandoné aquella zona y recorrí lentamente con mis labios, el camino que había trazado con mi nariz. Jungkook ascendía sus manos por mis brazos, apretándolos cuando mordía o succionaba su piel, sus roces me hacían delirar y perder la poca cordura que quedaba en mi, sus manos aferrándose a mi piel, dejando marcas rojas en está, clavando sus uñas de una forma salvaje que me hacía desearlo más.

Junte nuestros labios de forma desesperada y ansiosa, sintiendo el calor de su boca en la mía, recorriendo todo su territorio con mi lengua, sus labios hinchados y rojos eran un pecado que estaría dispuesto a cometer numerosas veces. Tomé sus mejillas con mis manos para tener mas firmeza e intensidad mientras que Jungkook luchaba por mantener un poco de estabilidad, depositaba sus manos en mis hombros y ejercía fuerza para acercarme cada vez más a él. Devoraba su boca, y eso le encantaba.

Descendió sus manos a mi espalda, hasta que unos de sus dedos tocó una de mis recientes heridas, a lo que no pude evitar esbozar una mueca de dolor sobre la boca de Jungkook.

-Oh, mierda, lo siento, Jimin, lo si...- Se separó y yo sin analizarlo tomé nuevamente su boca callando sus palabras, poco a poco sus labios se acoplaron a los míos.

-Tranquilo, bebé, no pasa nada.- Hablé sobre su boca, Tae sonrió dio un beso casto sobre mis labios.

-Te amo Jimin, nunca lo olvides. Soy tuyo, para siempre jamás.- lo besé una vez más sin pensarlo dos veces, adoraba el sabor a cereza que por alguna extraña razón siempre permanecía en sus labios, haciéndolos mas dulces e intensos.

-Te amo Jungkook, todo el tiempo lo e hecho y jamás dejare de hacerlo.- Una hermosa sonrisa cuadrada se plasmó en su rostro, sus ojos destellaban un brillo de alegría y conformidad, habíamos declarado nuestros sentimientos correspondientes y aunque no era de la forma más romántica, era perfecto para nosotros.

Mis manos se pasearon por su abdomen plano, disfrutando la textura perfecta de su piel con la yema de mis dedos. Jungkook llevó su cabeza hacía atrás y cerró sus ojos, jadeando por la falta de aire y enloquecido por los roces que le proporcionaba a su cuerpo sin pudor ni vergüenza alguna, su piel era como el agua dulce, pura y suave... Deseable.

Baje mi mano hasta la cinturilla de su pantalón, jugueteando con él, algo que era torturante para Jungkook quien se arqueaba en busca de mas toque. Me incliné hacía su cuerpo y dí una lamida a uno de sus pezones, colocándolo erecto inmediatamente al tiempo que Jungkook soltaba un gemido.

<<Que bien se oye cuando gime, y mas si soy la razón de ello>>

Con una mano me apoyé en el colchón para no caer sobre el cuerpo de Jungkook, mientras que con la otra desabrochaba los botones de la prenda que me impedía el paso a la parte baja de su cuerpo. Continué lamiendo, mordiendo y succionando sus pezones, escuchando los gemidos y jadeos de mi hermano, alcé mi vista y me encontré con su hermoso rostro sudado y lleno de placer, era tan excitante escucharlo y verlo de aquella forma. Cada vez era mas fuerte la presión que sentía en pene, el pantalón aprisionaba a mi "cosito" y sentía que iba a explotar en cualquier momento.

Dí unas pequeñas lamidas más y sus deliciosos pezones y continué bajando por su pecho, dando mordidas a su piel lechosa hasta dejar mis dientes marcados en esta, esas marcas eran las únicas que quería ver en su cuerpo, sólo esas.

El Ático (Jikook)[Adap.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora