|•Capítulo 35•|

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D u e r m e


- Esta bien, mi señora.- respondió Do Hyun con una reverencia.

Observé a Jungkook con los ojos aguados. Mi hermano parecía no afectarle, pero seguro era yo el que estaba demasiado sentimental. Nunca había imaginando que aquellas palabras saldrían de su boca.

- Vamos al jardín. Tomaremos una taza de té y hablaremos sobre tu paga.- indicó la mujer que solía ser mi madre. (Lo sigue siendo, pero no creo ser capaz de aceptarlo ahora)

Do Hyun asintió y las dos salieron de la casa.

- Tenemos que irnos de este lugar.- le indiqué a mi hermano. Tomé su suave mano y entrelacé nuestro dedos, buscando el consuelo que necesitaba en ese momento.

Subimos de regreso a nuestra habitación y cerré la puerta con seguro. Jungkook caminó hacía el baño sin decir nada, abrió la puerta y se encerró por un rato. Suspiré y decidí comenzar a guardar nuestras cosas en un bolso de los que ma... ella solía regalarnos a modo de disculpa.

Tendríamos que dejar la mayoría de las cosas. Necesitábamos ir ligeros para evitarnos contratiempos mientras escapamos. Mañana nos iríamos después de que ella saliera a su viaje y Do Hyun y OhSoo estuvieran fuera de casa o distraídos en alguna actividad. Sino lo hacían habría que salir por la pequeña ventana del ático, había unas cuantas cuerdas y sábanas guardadas, las utilizaríamos para bajar.

Era muy arriesgado pero , sinceramente, era aún peor continuar aquí esperando los intentos asesinos de Do Hyun. Aún no había recaudado el dinero suficiente, pero no tendría otra alternativa, tal vez podría vender algunas de mis ropas. Lo pensaría luego, mi objetivo es mantener a Jungkook a salvo y lejos de los oscuros secretos de las personas que habitan en esta casa.

"Pero Jungkook también te oculta algo." dice mi subconsciente.

Suspiró y sé que tiene razón, pero también sé que mi confianza en el es más grande y solo debo esperar a que él reúna el valor y me cuente que es lo que sucede entre ella y él.

El ruido de la puerta de baño abriéndose me saca de mi nube de pensamientos. Volteó hacía mi hermano y observó que tiene la mirada pérdida y la nariz roja. Creo que a estado llorando. Dejo de empacar las pocas cosas y me apresuro a llegar a su lado y envolverlo en mis brazos. Él me
corresponde, me rodea el torso con sus brazos y apoya su cabeza de cabellera rojiza sobre mi pecho.

Siento como se estremece y un débil sollozo sale de sus labios.

- ¿Por qué me pasan estas cosas,
Jimin? ¿Qué he hecho para que me odie tanto?.

Su voz quebrada y dolida hace que mi corazón se destroce en mil pedazos. Lo abrazo con mas fuerza y le beso la coronilla, con delicadeza y lentitud, aspirando el dulce aroma de su cabello. Cereza... el sabor de sus labios.

Camino con él hasta la cama y los dos nos acostamos abrazados, con mis ojos fijos en los suyos, sintiendo como el aire que suspiraba choca contra mi boca.

- No has hecho nada, Jungkookie. Tu eres un ángel, ella es un demonio.- murmuré mientras acariciaba sus suaves cabellos con mi mano. Su cabeza reposaba en mi brazo y sus ojitos tristes seguían mirándome bajo aquellas largas pestañas.

Era tan precioso.

 - Tengo miedo, Jiminie. ¿Qué pasará con nosotros?.- habló con voz muy baja y melancólica.

- Mañana nos iremos Jungkook. Muy lejos. Sólo tu y yo, no tendremos que volver a verla nunca más. Seremos... libres.

Jungkook asintió y se acurrucó más junto a mi, entrelazando nuestras piernas y aferrando sus brazos a mi cuerpo.

- Nunca me dejes solo Jiminie.

Cerré los ojos con fuerza y traté de tragar el nudo que comenzaba a formarse en mi garganta, oír el dolor en su voz era insoportable.

Tomé su barbilla con delicadeza y la alcé hasta que su labios quedaron muy cerca de los mios. Los cubrí en un suave y tierno beso, absorbiendo la lindura de su ser.

 - Nunca lo haría.

Jungkook sonrió con tristeza. Me separé un momento de él y rebusqué en el cajón de la mesita de noche, hasta que mi mano se topó con el llavero de osito que le había regalado a mi hermano hace tanto tiempo.

Pisé su pata y la música inundó nuestros oídos.

Lo sostuve en mi mano y me volví hacía mi hermano para abrazarlo una vez más.

- Los días pasan y el sol es cada vez más brillante.- Comencé a cantar con voz suave a su oído, siguiendo la música de cuna.- la noche llega y la luna nos cubre con su luz melancólica. Cuando en la noche te envuelven las alas de tul del sueño, tus labios ilumina de una sonrisa el reflejo. Duerme tranquilo,
bien mío. Duérmete, que yo tu sueño feliz guardaré. Cierra los ojos y duérmete ya, porque tu angelito muy bien te cuidará.

Y Jungkook se durmió en mis brazos.

"Bendito sea el día en que tus sueños se llevaron a cabo en mis brazos. Aquellas noches de cielo sin estrellas y nubes llenas de llanto."



El Ático (Jikook)[Adap.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora