|•Capítulo 31•|

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F e l i c e s

Repartía delicados besos por su cuello, disfrutando de la dulce textura de su piel. Era tan delicioso, tan perfecto, tan único y lo mejor de todo... Sólo para mí.

Pero, no podía. Tenía que resistirme a el deseo que sentía por él.

-No podemos.- dije sobre su piel. Mis labios se separaron de su cuerpo y fijé mis ojos sobre los suyos.

-¿Por qué no?.- hizo un mohín. Desilusionado por mis palabras.

-Aquí no. Nos pueden descubrir, kookie.

-Pero Jiminie...- Chilló. Acuné su rostro en mis manos y lo miré con decisión.

-No podemos, kook.

-Esta bien, Jiminie.- rezongó con desgano.

-Te lo recompensaré luego.- di un pequeño beso sobre sus rosados labios y Jungkook atrapó mi labio inferior entre sus dientes.

-Eres muy travieso.- Gruñí mientras soltaba mi labio. Jungkook sólo rio.

-Ve a cambiarte. Te espero afuera.- dije y el asintió.

Dio vuelta en sus talones y caminó hacía la cortina, moviendo su trasero descaradamente.

Sonreí y decidí tomar unos chocolates antes de salir de la habitación.

•••

Jungkook cerró la puerta tras de sí y caminó hacía mi encuentro. Ya no vestía con aquel erótico vestuario pero, aún así, se veía apetecible.

-¿Y ahora que hacemos?.- Cuestionó ladeando su cabeza.

-Ya tenemos lo que necesitamos. Deberíamos regresar al ático.

-Pero, Jiminie, tenemos toda la noche, hay que aprovechar la poca libertad que tenemos.- habló con un puchero en sus labios.

-Bueno, tienes razón.- apoyé.- ¿pero que podemos hacer?

Jungkook se mantuvo pensativo por unos minutos hasta que sus ojitos se iluminaron.

-¡Vamos al lago!.- exclamó con entusiasmo.

-¿Al lago?.

-¡Si, Jiminie!, ese que está entre el bosque.- señaló Jungkook y lo primero que se me vino a la mente eran mis estúpidos celos y Taehyung.

-Me parece bien.- sonreí y mi hermano comenzó a dar saltitos de emoción.

Salimos de la casa y caminamos hacía el inmenso bosque oscuro. Aquel imponente lugar me producía un poco de miedo de día y de noche, mucho peor. Suspiré cansinamente y caminé junto a Jungkook con nuestras manos entrelazadas.

Ramas y hojas secas crujían bajo nuestros pies creando un sonido escalofriante. Mi paso era apresurado pero, de vez en cuando, debía aminorarlo a causa de las quejas de Jungkook que prefería ir a un paso más moderado.

La noche solo era iluminada por el brillo de la luna nueva. El cielo estaba manchado por numerosas estrellas, hacía mucho tiempo que no observaba aquel lindo panorama. Anduvimos por varios minutos hasta que, finalmente, pudimos visualizar aquel pequeño lago.

Su agua cristalina resplandecía bajo la luz de la luna, la cual, se reflejaba majestuosamente en esta. El viento nocturno realizaba pequeñas ondas calmadas y diminutas luciérnagas revoloteaban sobre este. Un lugar lleno de paz y tranquilidad.

Jungkook soltó mi mano y corrió hacía la orilla, se puso de cuclillas y su mano tocó las tranquilas aguas.

-Es muy lindo, Jiminie.- Dijo con alegría. Se levantó y observé como quitaba su camisa junto con sus pantalones y los arrojaba a alguna parte.

-¿¡Que haces!?.- Grité y corrí a recoger su ropa. Jungkook rió y saltó al lago.

-¡Jungkook!.- mi mandíbula tocaba el piso. Solté toda la ropa y corrí hacía la orilla.

-Ven, Jiminie, está rica.- Sonrió Jungkook sacudiendo su cabello totalmente empapado.

-¿Estas loco? ¿por qué hiciste eso?.- le regañé pero el me ignoró por completo.

-Deja de preocuparte tanto y ven.- dijo y continuo, felizmente, nadando.

Fruncí el ceño y lo miré con negación. Aunque, al fin y al cabo, teníamos que disfrutar de nuestra limitada libertad.

Di un largo suspiro y comencé a quitar mi ropa, la coloqué juntó a la de Jungkook y corrí a su encuentro.

-Al fin.- comentó y me limité a rodar los ojos. Jungkook sonrió y rodeo mi cuello con sus brazos.

-Eres un tonto, conejito.- bufé y coloqué mis manos en su cintura.

-Pero así me quieres.- reí y deje un pequeño beso sobre sus labios.

-¡Guerra de agua!.- Gritó y comenzó a arrojar agua sobre mi rostro.

-¡Kook!.- sacudí mi cabeza y comencé a chapotear agua hacía él.

Reíamos a carcajadas, disfrutando aquel hermoso momento.

Eramos felices.

•••

-Iremos hoy.- Preguntó mi hermano.

-No sé, espero que sí.- contesté mientras contaba mis pequeños ahorros.- veintitrés dólares. Es muy poco.

-¿Cuánto necesitamos?.

-Mucho, esto apenas nos alcanza para los autobuses y trenes. Necesitamos para la comida y el refugio.

-Ya quiero irme.- murmuró.

-Yo igual.

La cerradura de la puerta comenzó a sonar. Rápidamente escondí el dinero en la mesita de noche y regresé a mi asiento.

"Quiero tomar tu mano y escapar muy lejos."

El Ático (Jikook)[Adap.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora