Solo recordaba haber estado esperando el taxi después de salir de la discoteca donde estaba con sus amigas festejando el cumpleaños de Momo su hermana y de la nada alguien cubrió su boca con algo húmedo haciendo que sus párpados se hagan pesado, su cuerpo perdiera total fuerza quedando dormida.
Al abrir sus ojos, entro en pánico al ver sus manos unidas al igual que sus pies con un cable, su boca estaba cubierta con cinta adhesiva, el lugar era completamente desconocido para ella, se movió intentando dañar o desatarse pero era imposible solo logre que le doliera más las muñecas de las manos y tobillos.
Escucho una puerta cerrándose y sus ojos fueron directo a donde provenía el sonido encontrándose con una hombre alto, un poco musculoso, de cabello negro y cara fina, ojos cafeses claros.
- Por fin despiertas.- cuando se acercó se movió intentando dañar una vez más lo que ataba sus manos una vez más no sirvió de nada.- Es imposible, solo te lastimaras así que deja de intentar eso.
Le saco la cinta con fuerza de la boca haciendo que soltara un quejido de dolor y cerrar sus ojos fuertemente donde una lágrima bajo por su mejilla..
- Todo estará bien mientras me hagas caso.
Mina: ¿Q-qué quieres?... ¿P-por qué haces esto?
- Dinero, lo hago por mucho dinero... Eres muy famosa así que debes tener mucho dinero,
Mina: Solo eso dinero...
- Si dinero y bueno veremos que más puedes darme más adelante, me darás el número de tus padres o novio así los llamare para pedirle dinero para tu rescate.
Mina: N-no...
- ¿No?
Mina: N-no...- tal vez por el miedo no recordaba ningún número, sus ojos se llenaron de lágrimas cuando el hombre la agarro fuertemente del mentón.
- ¿No qué?.- sus ojos se habían vuelto oscuros por el enojo.
Mina: N-no recuerdo ningúno...
- Como no vas a saberte ni un número.
La soltó con brusquedad y fue cuando grito pero el chico le cubrió con la mano la boca, cerro fuertemente sus ojos cuando el alzo su puño.
- Espero que lo recuerdes o te irá mal, te daré mucho tiempo no estoy de apuró y no crees que alguien te va a salvar porque sera muy difícil.
Le volvió a poner la cinta en la boca y la dejo tirada, esa noche y las siguientes fueron las peores, hacia mucho frío, las muñecas de sus manos y sus tobillos dolían, cuando iba al baño era las única veces que la soltaba, por supuesto que intentó varias veces escapar pero no lo lograba, por suerte hasta ahora él no la había golpeado pero sabia que aquel hombre no iba a tener mucha paciencia.
Una chica de estatura baja, cabello corto y negro, ojos felinos y de color marrones, entraba a la casa, sus miradas se sostuvieron por unos segundos la primera vez que se vieron pero nunca más volvió a ocurrir ese crucé de miradas, ella hacia como si no existiera, como si no estuviera ahí secuestrada.