Capítulo 16

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Tengo que admitir que estudiar no es lo mío. Odio tener que leer una y otra vez los mismos temas para los exámenes próximos y que no se me quede grabado nada. A pesar de que lo he intentado de mil maneras sólo una es la que me resulta: decirlo en voz alta o que alguien me lo diga. Cuanto deseo una distracción por más mínima que sea.

—Tenemos que hablar —Kobe cruza la puerta de mi habitación hasta llegar a mi cama donde se sienta.

Eso fue rápido.

No sé qué hace aquí o por qué no me avisó primero pero definitivamente está molesto, un día como cualquier otro hubiese llegado haciendo ruido con la alegría que siempre emana y lanzándose directamente a mi cama porque ama acostarse en ella. Al parecer hoy no será así, se encuentra serio de pies a cabeza.

—¿De qué hay que hablar? —Frunzo el ceño extrañada, espero que no haya ocurrido algo malo con Aster.

—Tengo entendido, gracias a una fuente confiable, que mi hermano gemelo Kale compartió tiempo de calidad contigo el miércoles pasado justamente aquí, en tu casa, comieron Muffins acompañados de una taza de chocolate y después él contribuyó a que terminaras tu tarea, ¿me equivoco?

—No cuenta como fuente que Kale te lo contara —digo con tono burlesco, sin embargo, mi amigo no ríe así que borro mi sonrisa de inmediato.

—Jem, ¿puedo saber por qué mi mejor amiga y mi hermano están pasando tanto tiempo juntos? —pregunta con tranquilidad.

No había pensado en eso, es cierto que últimamente paso demasiado tiempo con Kale por una u otra razón, nunca planeamos nada sólo sucede y en cada ocasión simplemente pasamos el tiempo juntos, no hay nada más que dos chicos platicando o comiendo, aunque me ha ayudado mucho en las tareas de la universidad.

—Se han estado dando las ocasiones, o más bien, él crea esas oportunidades porque siempre encuentra la forma en que le diga que sí —me encojo de hombros.

Sonríe con la boca cerrada mirándome como si fuera una pequeña ingenua, admito que a veces no entiendo algunas cosas, pero me molesta que simplemente no me lo diga y ya. Le hago una seña para que hable de una vez.

—No me lo dijo, pero definitivamente le gustas, lo sé porque tengo ojos. Ya no te ve como yo lo hago: la pequeña que tengo que cuidar porque la quiero como mi hermana. Para él ya eres una chica que merece su completa atención porque es increíble y sería un idiota si deja que termine con alguien más.

—O, simplemente quiere conocer esta nueva yo más enfocada —suspira llevándose dos dedos al puente de la nariz.

—Entonces explícame por qué no ha salido con alguna chica de las que se le han insinuado en las fiestas, a las que, por cierto, prácticamente tuve que arrastrarlo.

No digo nada y Kobe se deja caer de espaldas a la cama en signo de rendición, eso me da unos minutos para pensar en lo que dijo. Explicarlo no puedo, Kale siempre fue de salir solo por diversión, tal vez ya recapacitó en ese aspecto e intentará ser más centrado en sus relaciones para encontrar a su chica ideal.

Chica ideal.

Pensar en Kale enamorado de una chica me retuerce el estómago, es más, me molesta. ¿Por qué mi vida tiene que ser una novela cada vez que parece que todo irá bien?

Necesito pensar en otra cosa, algo que me afecta directamente pero no me vuela la cabeza de mil formas: Colin se irá a un extremo del país y no tengo quien me acompañe de ida y vuelta al aeropuerto.

—Kobe... —le llamo.

—¿Sí? —Sigue mirando el techo.

—¿Me llevarías al aeropuerto? —Se sienta de golpe, no todos los días tu mejor amiga te pide que la lleves al aeropuerto. —Colin se irá a otro estado y quiero despedirme de mi novio.

Abre los ojos en cuanto la palabra "novio" sale de mi boca.

—¿Son novios? ¿Cuándo pensabas decírmelo? ¿Aster sabe?

Tapo su boca antes de que haga más preguntas.

—Sí, te lo estoy diciendo ahora y sí —respondo las preguntas que ya hizo y le cuento lo ocurrido el día en que nos hicimos novios, desde que llegué al parque hasta el presente, haciendo que reaccione de forma graciosa en algunas partes. Siempre ha sido un exagerado.

—Bien, te llevaré con él —dice al fin. Celebro internamente.

Grandioso, algo menos de que preocuparse.

—Ahora, cuéntame qué hay del asunto A —junto mis manos con emoción haciéndolo reír.

Sonríe, me cuenta las salidas que ha tenido con Aster empezando por la cena de reconocimiento en la que, parece, ninguno notó mi incomodidad.

—Estoy demasiado feliz de salir con ella —suspira.

—Alguien está enamorado —me burlo un poco molestándolo.

—Puede que tengas razón — traducción: estoy muy enamorado.

—¿Y cuando le pedirás que sea tu novia? —Mi pregunta lo toma por sorpresa y se toma el mentón pensativo.

—No lo sé, ¿no es muy rápido? —Me encojo de hombros.

—Se conocen desde hace un tiempo, depende de ti escoger el momento adecuado, sólo no la hagas esperar tanto —aconsejo.

Se queda callado unos minutos viendo un punto fijo en el suelo.

—¿Me ayudarías a planear algo para ella?

—¿Qué pregunta es esa? Claro que sí.

No será difícil, Aster puede ser igual de cursi como grosera, es decir, mucho. Así que le doy una que otra idea al gemelo para que decida qué hacer y que no. Nunca había visto a Kobe así, tal vez porque no me pedía ayuda antes para empezar a salir formalmente con una chica. Deseo lo mejor para estos dos y que nada se les interponga.

Ámame otra vez ||Inseguridades 1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora