Capítulo 19

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He estado evitando a Kale desde que me dejó en casa después de ir al aeropuerto. No pensé que me haría caso cuando le dije que me buscara hasta que aclarara sus ideas. Debo admitir que ha sido lo mejor, por lo menos para mí porque he estado más relajada y concentrada de nuevo en lo que necesito. Sin embargo, hoy se termina mi paz mental, nuestras familias organizaron una cena a petición de Kobe.

Decidió que quería pedirle a Aster que sea su novia. Yo le sugerí que simplemente se lo pidiera en una salida, pero este chico va en serio en todos los aspectos con mi amiga.

Me puse un jean tiro alto negro, una blusa gris, un suéter guindo abierto que llega a mitad de muslo y unos botines negros de tacón cuadrado, hoy ondulé mi cabello por lo que lo llevo suelto. Es un conjunto casual con el que me siento cómoda y no llevó mucho tiempo. De todos modos, la que debe lucirse es Aster, después de tanto tiempo de espera hoy será el día en el que formalice con Kobe.

Llegamos a la casa de los Ferrec junto con Aster que llegó a mi casa primero para calmar sus ansias. En cuanto entramos mi madre saluda con alegría a todos dentro de la sala de forma rápida e inmediatamente se va a ayudarle a Gillian a la cocina. Mi padre, Blake y el señor Ferrec se alejan al comedor para conversar. Kobe me da un beso en la frente en forma de saludo para después llevarse a Aster a un sofá de espacio reducido sólo para ellos dos. Ni Kale ni Lynn dan señales por lo que prácticamente estoy sola, podría ayudar en la cocina, pero a Gillian y a mamá les gusta ponerme incómoda cada vez que pueden.

—¿Dónde están tus hermanos? —Le pregunto a Kobe sacándolo de la burbuja en la que siempre se mete con Aster.

—Arriba, creo. Puedes subir a buscar a Lynn, si quieres —le agradezco y subo las escaleras hasta llegar al pasillo en el que correteaba cuando era pequeña.

La habitación de Lynn es la primera a la izquierda, sin embargo, la música que emana de la última habitación me atrae como un imán. Camino hasta ahí, sin poder evitarlo abro lentamente la puerta, el sonido de ésta se pierde a causa del volumen. Lo primero que veo son paredes beige con cuadros de, lo que se podría considerar, antigüedades y posters de bandas. Una mesita de noche de color oscuro al lado de la cama con un enorme edredón de la bandera del Reino Unido cubriéndola y acostado en ella boca abajo, solo con un jean negro, se encuentra Kale.

Desde donde estoy parada puedo ver perfectamente la espalda de Kale, ancha, algo esbelta y con los omoplatos marcados, además, en esa posición su pequeño y redondo trasero sobresale. Tal vez debería dejar de ver su atractiva espalda y su lindo trasero, pero no puedo. Antes solía verlo con inocencia, ahora parece un bocadillo, un lindo y sexy bocadillo.

¿Qué acabo de decir?

—¿Mirian? —Ahora tengo a Kale frente a mí, sin camisa, lo cual me hace notar que gracias a su delgada cintura y sus hombros anchos forma una perfecta "V". Tiene el abdomen plano y una casi nula línea marca sus pectorales.

—Perdón, yo sólo... —inventa lo que sea, rápido. Concéntrate, mujer, sube la vista. ¡Sube la vista!

—Una fotografía dura más —dice con tono burlón recargando su brazo en el marco de la puerta.

Reacciono de inmediato.

—No, gracias —cruzo mis brazos sobre mi pecho, él dirige su mirada ahí. Ahora es mi turno de hacerle quedar como idiota. —Mis ojos están arriba.

—Lo sé, solo comprobaba lo que me dijiste hace tiempo: ya no eres una niña —sube su mirada hasta chocar con la mía. Sus ojos verdes se ven un poco más oscuros de lo habitual por la poca luz del pasillo, aun así, son preciosos. Ninguno pierde el contacto visual por unos largos segundos, pero alguien tiene que ceder antes de que alguna de las personas de abajo note que no estamos presentes.

—Vístete para la cena —murmuro, alejándome de su habitación.

Llego a la puerta de Lynn, toco levemente y entro. Está sentada frente a su peinador marcando más las ondas de su cabello, me ve por el espejo y sonríe.

—Hola, Jem.

—Hola, ¿te falta mucho? Estoy sola abajo —saco mi labio inferior formando un puchero.

—Ya estoy lista, vamos.

Bajamos directo a la cocina ofreciendo nuestra ayuda, ponemos la mesa y avisamos a los demás para empezar a cenar. Kale bajó hasta que Lynn lo llamó, lleva puesto el mismo jean negro, se puso una camisa negra holgada y unos converse negros. Me regaló una sonrisa socarrona en cuanto entró al salón sentándose a mi lado, puse los ojos en blanco, a veces no lo entiendo ni un poco.

La cena como siempre fue tranquila, los mayores hablan de uno tras otro tema ignorándonos por completo hasta que mi madre, como siempre, tuvo que decir de más.

—Para esta cena se me había ocurrido que Mirian trajera a su novio, porque queríamos conocerlo, pero ¿qué me habías dicho, hija? —El silencio de nuestro lado de la mesa es sepulcral. Tengo la atención de todos sobre mí.

Trago el bocado que estaba masticando.

—Él... se fue de la ciudad con sus padres —comento y tomo un trago de mi bebida, tengo la boca seca.

—¿Por qué? —Gillian pregunta.

—El trabajo de su padre requería que se mudaran.

—Oh... que mal. ¿Estás bien? —Vuelve a preguntar.

—Por supuesto, quedamos bien. Fue una decisión mutua.

—Entonces... estás soltera, de nuevo —asiento. —Pues espero conocer a tu próximo novio.

Le sonrío en modo de respuesta, el ambiente vuelve a la normalidad y terminamos de cenar. Para tener un momento de paz me ofrecí a lavar los trastos sucios, obviamente, los anfitriones se negaron. Accedieron gracias a mi insistencia, sin embargo, dijeron que necesitaría ayuda a lo cual Aster se apuntó de inmediato. Lynn se nos unió después de unos minutos, por lo que dividimos en lavar, enjuagar y secar. Hicimos el trabajo bastante rápido acompañado de una charla agradable, como las que solemos tener y no desperdiciamos la oportunidad de hacer sonrojar a Aster a causa de Kobe.

Cuando regresamos a donde todos, mi a mejor amigo alejó de nuestro lado a Aster y la llevó al patio trasero. Ya es el momento al parecer. Minutos después, ambos llegan tomados de las manos.

—Familia — empieza a decir Kobe, —les presento a mi nueva novia, Aster.

Gillian, mi madre y Lynn, chillan de la emoción, los hombres presentes sonríen con aprobación y yo me limito a levantar mis dedos pulgares en su dirección. Serán perfectos juntos, lo sé. Sólo espero que no vayan a salir con alguna tontería futura.

Ámame otra vez ||Inseguridades 1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora