Capítulo 12

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El examen tiene veinte preguntas de conocimiento básico, es decir, lo mismo que repiten una y otra vez. Lo único malo aquí es que mi cabeza está en otro lado, después del masaje, mi suspiro/gemido y el "soy hombre" de Kale no he dejado de preguntarme a qué se refería, ¡ya sé que es hombre! Me pasé horas estudiando para que se me fuera toda información por una simple frase, no puede ser.

—Tienen diez minutos para terminar —anuncia la profesora Mason. A duras penas contesté todas, reprobaré si no logro concentrarme para analizar mis respuestas.

«Sabes que puedes preguntarme lo que sea pequeña, por más raro que sea.» ¡Eso es! ¿Por qué se me olvidó que Kobe es como mi Google personal?

Respiro un poco, las palabras de Kobe aparecieron cuando más lo necesitaba, como siempre ha sido. Logro verificar todas las preguntas corrigiendo algunas, cuando se da por finalizado el examen lo entrego esperando obtener una buena nota y salgo rumbo a mi casillero por mis libros, necesito salir de aquí lo más pronto posible para hablar con mi amigo.

En la entrada están los chicos, me acerco a ellos, saludo a Aster y Mitchell con un beso en la mejilla, y a Colin le doy un pequeño beso en los labios sorprendiéndolo.

—¿Y ahora qué te picó? —Aster me hace la observación. A decir verdad ni yo sé por qué lo besé, simplemente quise hacerlo.

—Quería hacerlo —me encojo de hombros, siento la mano de Colin tomar la mía y giro la vista a su dirección. —¿Qué ocurre?

No responde.

Aster junto a Mitchell caminan tranquilos platicando entre sí, sin darse cuenta de que nos dejaron atrás así que halo a Colin para caminar a la acera que da a la avenida principal. Al llegar, se detiene.

—¿Lista para el domingo? —Con su dedo pulgar está haciendo círculos sobre el dorso, es como su tic nervioso.

—Sí, tengo todo listo, mañana debo hacer un par de investigaciones y el domingo estoy completamente libre para ti —le digo haciéndole sonreír, lleva nuestras manos entrelazadas a sus labios y deja un beso en el dorso de la mía.

Se me corta la respiración. Cada vez que hace eso me gusta más y, lastimosamente, me estoy volviendo dependiente de su atención. Nos quedamos viendo a los ojos del otro unos segundos hasta que Aster me llama para irnos regresándome de inmediato a la realidad, tengo que hablar con Kobe.

—No quiero que te vayas —Colin hace un puchero.

—El domingo seremos solo los dos, ¿sí? —Tomo su cara y le doy un beso levantándome con las puntas de los pies.

Colin toma mis caderas y se inclina permitiendo que mis pies toquen de nuevo el piso. Mueve sus labios sobre los míos con movimientos lentos y suaves, me siento en una burbuja donde sólo estamos él y yo.

—¡Ya suéltalo, Mirian! —Aster grita y me separo de Colin.

—Nunca me llama por mi primer nombre, está molesta —Colin se ríe cuando se lo digo y se separa de mí.

—¡Ya me soltó, ¿feliz?! —Le doy un leve manotazo en el brazo para que no haga más grande su molestia.

—¡Ya voy! —Le digo a Aster y Colin me hala para besarme de nuevo. Me separo de él riéndome. —Suelta.

Lo hace, se despide y se va en dirección contraria a la mía. Troto un poco hasta alcanzar a mi amiga que caminaba dejándome atrás.

—¿Todo bien? —Algo le pasa y siento que no he estado mucho con ella últimamente.

—No quiero hablar por ahora, ¿vale? —Tomo su mano en señal de apoyo, sea lo que sea que le ocurra me lo dirá a su tiempo, es mejor no agobiarla.

Después de un viaje corto y silencioso en autobús, llego a casa. Como si Kobe supiera que lo necesitaba está sentado en la sala con mi hermano. Les saludo.

—Mamá salió —habla Blake. —Hay comida en la estufa, nosotros ya comimos, si necesitas algo dímelo.

Le agradezco y voy a la cocina, tengo hambre. Una vez con mi estómago satisfecho vuelvo a donde los chicos para decirle a Kobe que necesito hablar con él, por suerte, mi hermano decidió tomar una ducha y puedo hablar con mi mejor amigo sin público.

Me siento justo a su lado y le cuento lo qué pasó hace unos días con lujo de detalle.

—¿Cómo hiciste el sonido? Fue como —emite un quejido —o como —gime de una forma rara.

—No, yo suspiré, pero sonó como gemido. Algo así —intento hacer el mismo sonido que ese día y lo logro.

—Oh vaya, sí, tu suspiro parece más un gemido de placer.

—Ajá, ¿y? ¿Qué tiene que ver con que me dijera "recuerda que soy hombre"?

—J, eres una chica hermosa con un cuerpo muy bien proporcionado. Mi hermano se fue antes de verte convertir en esta preciosidad y claramente se va a alterar como cualquier chico tímido al que le hables.

—No entiendo —me siento muy estúpida.

—Bien, seré más explícito. Eres sexy, gemiste y la mente de Kale lo llevó a un escenario para mayores de dieciocho contigo —abro la boca ante tal revelación. —Deberías aprovechar.

Eso explica por qué no lo entendí.

—¿Perdón? —Pronuncio en tono agudo.

—Sí, por años buscaste una oportunidad y ahora la tienes, provocas algo en él —se ríe y me codea un el costado. —Sabes que nuestros padres amarían una unión así.

—Estoy saliendo con Colin y de verdad me gusta, no voy a arruinarlo por una de tus teorías locas —frunzo el entrecejo.

—No lo es. Jem, me dijiste lo mismo con Todd y mira cómo terminó.

Lo admito, me sentía en las nubes al principio, pero después se terminó todo de un solo tirón.

—Eso no significa que quiera algo con Kale —intento en vano defender mi postura.

Pone los ojos en blanco y suspira con la boca abierta.

—Te propongo algo: Yo te ayudo con Kale y tú me ayudas con Aster —alzo una de mis cejas al escucharlo.

—Primero, no quiero nada con Kale así que quítate esa idea de la cabeza — aclaro señalándolo con mi dedo índice. —Y segundo, ¿por qué te ayudaría con mi mejor amiga?

—Porque estoy por terminar con Sienna y quiero estar con Aster. Por favor ayúdame —me mira a forma de súplica, esto va en serio.

—Primero termina con Sienna, después te ayudo con Aster —extiendo mi meñique.

—Lo haré y tarde o temprano sabrás que no miento respecto a lo de Kale —entrelaza su meñique con el mío. —Es una promesa.

Ámame otra vez ||Inseguridades 1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora