Después de mi salida con Colin, Kale no quiso saber nada, no preguntó e hizo como si eso nunca hubiese ocurrido. Entiendo perfectamente que no quiera saber de ello y agradezco, aunque use técnicas raras, evite que los celos le ganen.
—¿Te parece que estoy engordando? —Le pregunto a Kale mientras me observo en el espejo de cuerpo completo.
—¿Qué? —Se ríe un poco. —No, te ves preciosa.
Encuentro su mirada a través del reflejo, está acostado sobre su estómago con el mentón entre sus manos viéndome con fascinación.
—¿Seguro? Porque dicen que engordas cuando tienes pareja — comento, no estoy muy convencida de su respuesta. —Además, ¿sabías que para las mujeres resulta difícil bajar de peso después de dejar de ser vírgenes?
Frunce el ceño y se acerca a mí abrazándome por la espalda.
—No veo la diferencia, de verdad —besa mi cabeza.
Giro entre sus brazos hasta estar de frente y coloco mis manos en sus bíceps.
—Me costó mucho llegar a un peso perfecto y no quiero perderlo, ¿entiendes? —Me sincero.
Hace unos años me sentí insuficiente porque unas chicas se burlaron de mí en clase de gimnasia. En realidad no estaba gorda sólo eran unos kilos demás que provocaban los odiosos rollitos, pero claro me dejé afectar y comencé a ejercitarme hasta que bajé esos kilos y los rollitos desaparecieron, de ahí sólo salgo a correr, cosa que hace mucho no hago.
—Bueno, si no me crees y quieres ejercitarte, te puedo ayudar —dice buscando mis manos hasta cubrirlas con las suyas.
—¿Saldrás a correr conmigo? —Le pregunto con emoción. Salir sola a veces me resulta demasiado aburrido, a pesar de que disfruto el tiempo conmigo misma.
Hace una mueca.
—En realidad estaba pensando en otro tipo de ejercicio —dirige mis manos a su cuello y acerca más su cuerpo al mío colocando sus manos a los costados de mi cadera. —Uno donde involucre una cama y a los dos sobre ella durante horas, las veces que quieras.
Su vista se fija en mis labios y comienzo a reírme, matándole el momento.
—Seguro, ¿en tu casa donde vive toda tu familia o en la mía donde es posible que te castren? —Pregunto con burla. Es una mala idea.
—Tienes razón. —Levanta la cara mirando al techo, pensando y cuando tiene una idea no duda en decírmelo: —Kobe me pidió cuidar su nuevo departamento, puede ser ahí y podemos estrenar su cama nueva.
Kobe encontró un departamento donde piensa vivir en cuanto Ronan cumpla el año. No le encuentro mucho sentido porque es obvio que el pequeño se quedará bajo el cuidado de su abuela mientras Kobe esté trabajando y posiblemente se queden a comer, cenar y dormir en la casa de los Ferrec.
—Estás loco —pongo los ojos en blanco y él sonríe.
—¿Eso es un sí? —Respiro profundo intentando no sonreír, pero me es imposible. —Sí, es un sí.
Me besa después de decirlo y me pongo de puntillas. Sus manos se dirigen a mis piernas invitándome a dar un salto y envolverlas en su cintura, pero se escucha el grito de Blake llamando a mi madre en el piso de abajo cortándonos el rollo. Acaba de llegar, lo que significa que debemos bajar para que no arrastre a Kale fuera de la casa.
Llegamos a la sala y nos sentamos en el sofá de dos plazas, nos deja a la vista de los demás tal como lo quiere Blake. Coloco mis piernas sobre los muslos de mi novio y recuesto mi espalda en un cojín para esperar que papá llegue, habíamos decidido que Kale cenaría con nosotros esta noche.
—Jem —veo que gira su cabeza en dirección a la escalera para verificar que los pasos de Blake dejen de escucharse. —¿Este sábado?
Frunzo el ceño.
—¿El qué cosa de qué? —Pregunto confundida.
Inclina la cabeza a un lado y me mira indicándome que ya lo sé.
—Lo que estábamos hablando en tu habitación, mi amor —reacciono formando una "o" con la boca.
—Hablas de la salida y la cena —invento al ver que mamá salió de la cocina.
Me mira extrañado y le guiño para que me siga el juego, lo capta de inmediato.
—Sí, entonces, ¿el sábado? —Insiste y asiento. Me regala una sonrisa parecida al gato de Alicia en el país de las maravillas.
¿Qué está pasandaaa?
Cuando papá llega le ayudo a mamá a poner la mesa y comenzar la cena. Blake tiene cara de pocos amigos, tengo entendido que salió con Isla, supongo que no le fue tan bien después de todo, mi amiga le dejó en claro que no buscaba nada serio mientras está en la universidad porque prefiere meterse de lleno en su carrera, así que si mi hermano creyó encontrar a la persona correcta cometió un error.
—La comida está exquisita, señora Nova —alaga Kale.
—Que ahora sea tu suegra no implica que debas dejar de llamarme por mi nombre, cariño —reprocha mi mamá y me hace recordar cuando Gillian me reprendió por lo mismo.
—Lo siento —se disculpa con la cara algo roja, posiblemente por el uso de la palabra "suegra".
Vuelve el silencio por nuestra parte mientras papá habla sobre su trabajo, mamá le escucha con atención y se ríe con cosas que no logramos entender los demás. Están en su mundo, son cómplices y eso me hace pesar si Kale y yo nos veremos así a los ojos de los demás o si llegaremos a esa edad y seguiremos teniéndonos el mismo amor que ahora.
—Kale, Miran —nos llama papá, desde su puesto en el sofá. Terminamos de cenar hace unos minutos y, después de recoger y limpiar, volvimos a la sala excepto Blake que decidió encerrarse en su habitación.
—¿Qué pasa? —Pregunto.
—Estamos muy felices de que estén juntos —comienza a decir mamá y sé que esto no irá bien. —Cuando estudiaba con Gillian hablábamos mucho sobre una unión entre nuestras familias, es muy bonito ver que eso se nos cumplió después de tanto tiempo.
—Mamá —es vergonzoso que quiera hablar de eso.
—Sólo queremos saber qué planean en un futuro —habla papá, esto está empeorando. —Si se piensan casar o tener hijos.
Kale se tensa a mi lado y me cubro la cara con las manos, me quiero morir de la vergüenza. No ha pasado ni un mes desde que nos volvimos oficiales y estamos teniendo esta conversación con mis padres.
—Bueno, nosotros no... no.... —Kale trata de hablar, giro mi cara para verlo y carraspea un poco. —No hemos hablado de ello.
—Esperemos que lo hagan pronto —dice papá tranquilo.
Soltamos un suspiro de alivio y cuando creo que la conversación finalizó, mamá agrega:
—Mientras tanto cuídense, no quiero ser abuela todavía —El calor sube a mi cara y siento a Kale removerse incómodo.—¡Mamá!
—Ambos tuvieron la charla —continua, —sé que son jóvenes y es normal que tengan la necesidad de...
—Zara —interrumpe Kale y lo agradezco. —No tienen de qué preocuparse, estoy seguro de que Jem y yo estamos en la misma sintonía, las cosas saldrán bien.
Mis padres sonríen y permiten que Kale se vaya a casa.
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Ámame otra vez ||Inseguridades 1||
Teen FictionKale regresa de Estados Unidos después de cinco años poniendo en aprietos a Jem, quien ha estado enamorada de él toda su vida. Jem se niega a aceptar que aún ama a Kale. Kale quiere que Jem vuelva a amarlo. ¿Qué sucederá? Inicio: 10/07/2020 Fin: 2...