Hermione se despertó con un horrible dolor de cabeza. Nunca había bebido de esa forma, no sabía lo que era el guayabo y ahora estaba segura de que no quería volver a experimentarlo.
Un repentino mareo la hizo correr al baño. Cuando salió se encontró a Draco sentado en la cama y sonriéndole.
—¿Te sientes mejor? —preguntó.
—¿Qué haces aquí?
—Esta es mi habitación, Granger.
Hermione miró la cama, la puerta, el baño. Parecía que los ojos se le iban a salir de la cara y su boca tocaría el suelo. Draco no puedo evitarlo y soltó una carcajada. Entre la expresión de ella y el darse cuenta de que no recordaba nada, el momento era particularmente divertido.
—Malfoy, por favor dime que no hicimos nada —se tapó la cara con las manos para no mirarlo.
—Si así hubiera sido, lo recordarías —le regaló una sonrisa seductora. Hermione lo miró por entre sus dedos y se sonrojó—. Toma, te traje jugo de naranja y aspirinas. Bébelo e iremos a desayunar.
—Solo de pensar en comida me dan ganas de volver a encerrarme en ese baño —le dijo riendo.
—Lo sé, pero es necesario. Una buena comida y mucho líquido te quitarán ese guayabo.
—¿No existe una poción para esto? —preguntó esperanzada.
—Eso sería maravilloso, pero debo decirte que por ahora es solo un sueño.
—Pues algún día la crearé —dijo decidida.
En el comedor se encontraron con un banquete que recordaba a los de Hogwarts. Luna y Theo ya estaban desayuno y conversaban alegremente.
—¿Y los demás? —preguntó Hermione.
—Buenos días para ti también, castaña —dijo Theo —¿o prefieres hablar de las buenas noches que tuviste? —le sonrió pícaramente.
—Cállate, Theo —dijo Draco y le lanzó un gajo de la mandarina que estaba comiendo.
—Creo que no los veremos por un buen rato —contestó Luna —se durmieron cuando estaba amaneciendo. Nosotros iremos ahora a la playa ¿nos acompañan?
—Claro que sí —habló Hermione —me encantaría.
Theo y Luna se adelantaron, y Hermione y Draco quedaron solos en el comedor. Al inicio ella se negaba a comer, pero gracias a la insistencia del rubio devoró un enorme desayuno y después de darse una ducha podía decir que se sentía renovada.
Se encontraron en la cocina para empacar algo de merienda y unas bebidas. Draco usaba unas bermudas verde menta y una camisa blanca de lino. Hermione lucía un bikini blanco que resaltaba sus curvas y un short de jean. Ninguno dijo nada pero a los dos les gustaba lo que sus ojos veían.
Se sentaron bajo una gran sombrilla en una manta sobre la arena y acomodaron sus cosas. Hermione iba a empezar a leer cuando se dio cuenta de que Draco batallaba con el bloqueador solar.
—Malfoy, déjame ayudarte —sin esperar respuesta le quitó el frasco de las manos y se lo aplicó. No podía negar que le estaba gustando acariciar esa espalda ancha y esos fuertes hombros. Draco tampoco era inmune a su toque y lo estaba disfrutando más de lo que le gustaría admitir.
—Mi turno —se levantó y volvió a sentarse detrás de ella.
—No es necesario, estaré en la sombra todo el tiempo.
—No discutas, Granger. Te aplicarás bloqueador así me toque obligarte —le bajó las tiras del bikini lo suficiente para que no le estorbaran. Puso un poco del producto en sus manos y con delicadeza lo esparció sobre sus hombros, masajeó su espalda y cuello. Sabía que ella lo estaba disfrutando y eso le encantaba.
Hermione sentía que iba a enloquecer así que corto el contacto y se volteó para poder mirarlo a la cara.
—Draco...
—Dime —contestó al tiempo que tomaba uno de sus rizos.
—Tengo la impresión de que anoche hablé de más —lo miró a los ojos pero inmediatamente bajó la mirada. Sus mejillas se habían tornado coloradas.
—No dijiste ni hiciste nada, no te preocupes.
—Por favor —insistió. Draco suspiró.
—Dijiste que me querías a tu lado... siempre —quiso ver su reacción, pero ella escondió su cara.
Sintiendo mucha vergüenza, Hermione se negaba a encontrarse con esos ojos grises. Suficiente había sido emborracharse y dormir con Malfoy, pero ¿eso? ¿Por qué demonios le había dicho eso?
—Hermione, no importa —le acarició la mejilla y la obligó a mirarlo—. Sé que no estabas en tus cinco sentidos y que tu borrachera hablaba por ti.
—¿Y si te dijera que de verdad siento eso?
Esta vez Draco fue el sorprendido. Desde que leones y serpientes habían comenzado a juntarse, él había descubierto un sinfín de cosas que le gustaban de Hermione. Le encantaba la forma en que fruncía su ceño cuando se concentraba en un libro, cómo sus ojos brillaban cuando compartía con sus amigos y lo nerviosa que se ponía cada vez que estaba con él. Pero nunca se hubiera imaginado que ese nerviosismo se debiera a una atracción.
La miró a los ojos, buscando una señal, algo que le dijera que ella solo jugaba con él, pero no la vio. En sus ojos encontró pura sinceridad y algo de miedo. Tomó su cara con delicadeza, se acercó lentamente y la besó. Lo hizo con ternura, tomándose su tiempo para disfrutar de esos labios rosados. Hermione enredó sus dedos en el cabello rubio de Draco y profundizó el beso. Él la tomó de la cintura y la levantó para sentarla a horcajadas. Cuando al fin les faltó el aire se separaron.
—Te diría que yo siento exactamente lo mismo.
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💛
Este capítulo se lo dedico a samantha_benitez que me pidió una segunda parte. La verdad no había considerado continuar ninguno de los One Shots publicados, pero no me pude resistir.
¡Gracias por leer!
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Dramione: One Shots
FanficPequeñas historias sobre Hermione Granger y Draco Malfoy en diferentes lugares, situaciones y años. Para los amantes del Dramione. *Todos los personajes pertenecen a J.K. Rowling* *La imagen de la portada no es de mi creación, solo la edición* #9...